Para el último verso
El silencio entre cada latido
Gonzalo Romero
·ZZ·
Antes que todo y primero que nada, les haré saber lo agradecido que estoy. Gracias familia y viejos amigos, volví para quedarme así sea en palabras y las acciones pasen a otro idioma más sutil. —la vida y el andar, eso se verá más adelante—.
Gracias a ‘Algo que te deje sólo en poesía’. Gracias por escribirte y ser el primer logro de mi nombre. Gracias, del mismo modo, al pequeño grupo de lectores que supo arriesgar algún tiempo de lectura en mí.
Gracias Ángel y Piedad por decir mejor que yo las palabras entre trabalenguas que piden un idioma más claro en la lógica de hacerse entender.
A la editorial Tinta Libre Ediciones, gracias por confiar en mí, en una y dos oportunidades, y por hacer todo el trabajo. Yo, sólo tuve que escribir.
Gracias, en definitiva, al que esté leyendo esto.
‘Para el último verso’, gracias por tu historia y por haber mejorado el sueño.
Piedad, sé fuerte.
Ángel, vuela alto.
·ZZ·
04/11/2019
Recién me duermo,
todavía no te fuiste.
·ZZ·
Primeros versos
Un abrazo que vaya de la mano.
Una pregunta con silencio de respuesta.
Palabras entremezcladas en las miradas,
nuestros ojos con necesidad de mirarnos.
Pasos de sombra.
Pausarnos la memoria.
Caricias al mirarnos,
recuerdos cuando no estamos.
Besos sin subtítulos.
Amor sin idioma.
Paisaje sin aroma,
eclipse de mar en tus olas.
Poema de amor con cabello de ángel,
nació al mismo tiempo que la cobardía.
-¿Hasta dónde llegó tu vida?
-Hasta este momento de volver a sonreírte.
Algo que te deje sólo en poesía.
Algo, que siempre que nos recuerde,
para el último verso de fantasía,
en la historia del Ángel y la Piedad,
podamos mirarnos un
“buenas noches” mi Ángel,
hoy que es siempre.
Perdón,
gracias.
Soy más que las pocas
palabras que puedo decir.
Sin dedicatoria,
sin final.
Las palabras
del Ángel y la Piedad.
·ZZ·
Parte I
Piedad
Me quedaré con lo bueno.
Con cada sueño escrito
en poema para no volver
a dormirme en el malestar
de ver que no sos cuando somos,
eso ya está escrito.
Hasta un próximo momento,
quizás nos encontremos
escribiendo los mismos versos.
Cuidate y curate del tiempo.
Tal vez, hasta luego.
·ZZ·
Para el último verso, la misma canción
Puedo oír mi corazón
cuando recito estas palabras.
Entran en mi volando como un sueño
para convertirse en versos que aún no he leído.
Entran con destellos del pasado que aún siento a mi lado,
tengo que aprender a no ser tan cruel cuando recuerdo
que mis caricias no las pienso y no las veo, sino que siempre
las di sin saberlo.
Muchas veces entran en silencio porque ellas no tienen voz.
Buscan cada momento para sujetar tus manos,
se perfuman,
se visten de gala,
pero nunca llegan.
O quizás si, quizás no quiera verlo porque en esto de sentir
nunca es demasiado cuando se trata de verte a los ojos
y hablar en prosas de armonía para que luego, en el último verso
perfecto, con rimas en cada latido, suene una misma canción
con tu melodía.
·ZZ·
Haceme el favor
Sos libre siempre y yo también, en todo.
Aunque no rimemos en el mismo renglón,
siempre me voy a seguir preguntando porqué
prefiero encadenarme a alguna sonrisa de ángel,
porqué siempre fue así,
porque siempre fui yo en volver cuando tus pasos se fueron
tan por delante y yo siempre mirando un presente ausente de tiempo, acá distante.
Hacete(me) el favor y no vuelvas solo para perdonarte.
No vuelvas para que vivan los momentos, cortalos.