Escritor
La terrible sensación de nervios, sentir el corazón hasta la garganta, el temblor de manos, la terrible sensación de ver a esa persona.
Sonrio al ver la fotografía en mi galería, es ella con su hermosa sonrisa y el brillo en sus ojos.
Mi ilusión creció al verla, mis ganas de decirle todos los sentimientos que me provoca amenazaban por ganar pero me contuve, no quería asustarla, no quería alejarla.
—Hola— le salude llegando frente a ella con los nervios a flor de piel y el corazón martillando en mi pecho.
— Hola—respondió regalándome una sonrisa, sus preciosos ojos conectron con los míos haciendo que el temblor en mi cuerpo aumentará.
— ¿Puedo hacerte una pregunta?— dije nervioso, ella asintió con la cabeza haciendo que unos cuantos mechones de cabello cayeran en su rostro haciéndola ver aún más linda.
— ¿Aceptas almorzar conmigo?
— Por supuesto— fue su respuesta, un ¡Si! enérgico quiso salir de mi, pero me contuve emocionado, ambos
caminamos juntos a una de las mesas en el centro de la cafetería dispuestos a hablar de nuestras vidas.
Si, y hubiera sido hermoso hablar de como estábamos ambos, pero no pasó, no porque yo seguía aquí sentado en una mesa retirada a la de ella, solo atinaba a verla desde lejos, a verla sonreír con sus amigas, verla hacer chistes y bromas sin duda me estaba perdiendo de mucho pero aún así no tenía la valentía para acercarme a ella no con el miedo al rechazo que aguardaba en mi.
Volví la mirada a mi móvil cuando un mensaje ilumina la pantalla. Una sonrisa tira de mis labios al ver que es un mensaje de ella.
Rulos, Así la tenia registrada.
Rulos:
¿Como estás?
Yo:
Bien, ¿Y tú?
Así eran como siempre comenzaban nuestras conversaciones matutinas, era cierto que casi siempre hablábamos pero también era cierto que nunca lo hacíamos en persona solamente por medio de un móvil.
Rulos:
Muy bien igual, ¿Dónde estás? ¿Podemos comer juntos hoy?
Me agrada la idea juro que si pero no puedo, no cuando siento que mi cuerpo esta pasando por una crisis nerviosa y que no soy la mejor compañía.
Yo:
Me gustaría pero ya e quedado con unos amigos, para lo otra será.
La vi por última vez sonriendo a carcajadas, me puse la gorra, tome mi mochila, unos cuantos libros y cuadernos para luego salir del lugar, negué con la cabeza lamentando no poder ir hacia ella y hablarle diciéndole que en realidad me encantaría compartir tiempo con ella pero en lugar de eso me retiro y con tristeza escribo en mi libro de notas.
"Si tan solo no fuera cobarde"
-E