El sol y la luna enamorados eternos. Sus tiempos nunca coinciden, mientras uno vive de día llenando todo de claridad, el otro ilumina la noche con las estrellas de testigo.
Amor eterno que aunque no están en la misma sintonía, no pierden la esperanza de llegar a ser uno.
Al igual que tu mirada y la mía nunca van a tener ese choque preciso que nos permita perdernos en ese instante y que sin palabras pueda decirte lo que siento.
Aunque tu mirada le pertenezca a otra pero nunca mía.
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Editado: 07.06.2020