Es tiempo determinar con este pequeño compendio de anécdotas un tanto terroríficas. Unas más que otras, y lamento mucho que la tercera haya sido algo más personal, pero deseaba agregar algo que yo también viví en su momento, algo de lo que yo mismo aprendí al escuchar toda la historia de quien me la contó completa.
3akat es un reino complicado para los mortales. Yo entiendo eso, que crean que Nicolás es un imbécil que decidió construirlo así porque quería encajar en un estereotipo tonto de terror, pero nada más alejado de la realidad.
Todo tiene un porque, y será un imbécil, engreído, arrogante, sin vergüenza, caprichoso, altanero, hipócrita, mentiroso, traicionero, embustero, zopenco, mal agradecido, aniñado, ignorante e insoportable, pero es un buen rey en este reino, por más raro que parezca, los fantasmas le deben mucho, más de lo que imaginan.
No obstante, eso no es algo que deba mostrarles yo, sino una cosa que deben descubrir una vez que hayan muerto y lleguen hasta el reino, en donde les aseguro que su existencia como ser fantasmagórico será sin dudas pacífica y bella.
Eso sería todo de mi parte. Estoy seguro que me meteré en problemas si el rey llega a enterarse de lo escrito aquí. Tanto así, que he pensado en editarlo y poner todo anónimo, pero no lo haré. Aceptaré lo que sea Nicolás tenga preparado para mí si es que llega a leerlo, porque les voy a contar un secreto: nadie en nuestro reino lee, y quien lo hace, no le diría nada al rey.
Si el libro sale de 3akat, tal vez se vuelva un problema, mas dudo que eso ocurra. Tal vez dentro de mucho tiempo, y quien sabe, a lo mejor ni yo, ni Nicolás estaremos aquí para ver qué sucede. Bueno, yo no puedo morir y él parece ser eterno, sin embargo, los Pridh y D’Arc pueden cambiar eso. Su voluntad es una cosa que ni los visionarios podemos prever.
Gracias por leer y espero te hayan gustado estás historias. Ya sabes dónde encontrarme si me deseas comentar algo sobre lo dicho. Tal vez te podría guiar con los fantasmas que me contaron esto para que entren en detalles. Créeme, te fascinará oírlo directamente de ellos.
Nos vemos, querido lector. Cuando mueras, aquí te estaré esperando.