El viaje fue doloroso, me enrosqué en mi asiento del rincón e ignoré a quien sea que se sentó a mi lado. Mis ojos estaban rojos de tanto llorar y mi nariz ardía. Pero en nada comparado con lo que mi corazón sentía.
Jared quiso devolverme la confianza a mi mima, al igual que Karum en Old Town. Era como su último obsequio, el de ambos.
Y ahora que estoy aquí, a punto de regresar a Canadá, me repito sus palabras, sus consejos y las obligo a quedarse conmigo.
Por ellos, por mi hermano de sangre y mi hermano de otra madre, iba a intentarlo.
Me pregunto si están viajando en auto o en avión, y lo más importante. Me pregunto hacia dónde van.
Me hubiera gustado poder comunicarme con él, aunque sea tener un número por cualquier emergencia pero cuando en la mañana lo llamé a su número para decirle adiós, el número ya estaba fuera de servicio.
No me quedé por más tiempo en esa casa, ni en el pueblo. Me fui directo al aeropuerto, ahora sola en la parte trasera del taxi y sola en el vuelo, también iba a almorzar sola en los días de trabajo. Es lo mejor, él es feliz ahora.
Ellos han sido buenos amigos desde casi siempre, Karum, un chico sin filtro pero de buen corazón, Jared, extrovertido y sarcástico.
Los mejores amigos.
De pronto, extraño más a Cody, el ver a ese par divertirse tanto ayer, me recordó a nosotros, Cody siempre era la mala influencia, quería verlo de nuevo pero al igual que Jared, estaba incomunicado junto a Isabel.
Me di ánimos a mí misma. Si Jared pudo ser feliz, yo también puedo. La diferencia es que yo no puedo irme, no puedo dejar solos a mis padres.
Cuando llego a casa en un taxi, tengo las palabras mezcladas como las bebidas que consumimos los tres ayer como locos.
Son las ocho de la noche cuando llego y es mama quien abre la puerta. Frunce el ceño cuando me mira.
-¿Dónde está Jared?- Pregunta.
Entro a la casa, dejo mi maleta a un lado y me siento en el sillón mientras le indico que haga lo mismo. James entra de la cocina e igual lo llamo.
Mamá se mira angustiada y me pide de una forma no tan amable, que le explique lo que pasa.
-Jared se ha ido, mamá, él no va a volver, no en un largo tiempo.- En lo último miento, Porque ni yo sé si volverá, en la carta ninguno lo específica.
Mamá explota.- ¡¿Qué?!- Y le explico lo que pasó, emití lo de emborracharnos como locos, eso estaba de más, además él no estaba aquí para ser castigado junto a mí, tenía derecho a mentir en ciertas partes, también le cuento de la carta pero miento diciendo que la quemé, cuando en realidad, se encuentra en el bolsillo de mi pantalón.
-No puedo creer que lo dejaras ir.- Dice molesta, sus ojos hasta brillan de ira.
-Por favor mamá, tienes que entender...
-¡No voy a entender nada!- Exclama demasiado fuerte.- Mi hijo se fue de la casa y tú en vez de ayudar, lo dejas ir y me dices que no vaya tras él. ¿Cómo puedes decirme eso?
-Él no quería que fueras tras ellos, él no era feliz mamá, está haciendo su vida, déjalo ir.- Pido con voz suave para no alterarla. Ella se acerca a mí, yo trato de no retroceder ante su forma brusca de acercarse. Mamá nunca me ha golpeado pero ahora, no dudaría que lo haga.
-No hables por él.
-No lo hago.- Le digo.- Lo decía en la carta. Quería vivir, dejar de esconderse.
-¡Es tu culpa!- Suelta de pronto, haciéndome - Tu obsesión por protegernos nos alejó de todo lo que queríamos.- Las palabras que salen de su boca don difíciles de creer, al principio no reacciono y luego viene el dolor.
-¡Basta!- Dice James. Agarra a mi madre por el brazo para sentarla pero ella no sede.
-¿Qué estás diciendo mamá?- Pregunto entrecerrando los ojos.
-Significa que ésta es la vida que elegiste para nosotros, no la que nosotros queríamos.- Dice señalando la casa.
Elegiste por nosotros.
Jared me lo había reclamado al principio y mamá lo había callado, ahora es ella quien lo dice.
Lo más doloroso es que tiene razón. Yo los alejé de su pueblo, de la gente que conocían pero todo fue para mantenerlos a salvo.
Mis dientes rechinan.- Lamento haberlos querido alejar del peligro, madre.- Digo enojada.
-No te hagas la víctima, el que tu hermano se fuera es tu culpa. Muy dentro de ti lo sabes.- Me señala y se aleja para ver s James, luego vuelve a verme después de un largo momento. Hay lágrimas llenando su rostro.-¿Ahora qué nos queda?
-Seguir viviendo.- Digo yo recordando las palabras que tanto Jared como Karum me dijeron.- Tenemos una casa, trabajos, hay tanto tiempo para vivir, Jared tenía razón con lo de mantenernos ocultos, ya no hay que hacer eso. Podemos hacer muchas cosas, mamá, podemos dejar de escondernos.
Ella resopla.- Lo dices como si fuera fácil, tal vez tú disfrutas esta vida pero no eres la única viviendo en ésta casa. No todos estamos contentos por la vida que tenemos.- Su negatividad me golpea peor que un hierro caliente. Ella no tiene ni idea de cómo he sufrido estos meses. La huida de Jared me afectó y está soltando verdades dolorosas, unos días antes me hubiese doblegado, me hubiese encerrado en mi habitación sintiéndome culpable, pero hoy no.
-Entonces lo lamento, pero aunque tú te niegues a hacerlo, yo seguiré viviendo.- Y con eso agarro mis maletas y subo a mi habitación.