CAPITULO 2
—Jake, juro que si no te das prisa te llevo en calzoncillos al instituto –amenazó Chloe desde la puerta de la habitación — ¿has llegado alguna vez a tiempo al instituto?
—El año pasado no te importaba si llegaba tarde o no llegaba –contestó Jake perezoso terminando de ponerse los pantalones.
—El año pasado yo no iba a clase contigo, venga date prisa y luego ya volveremos a por nuestras cosas.
— ¿Estas segura de querer pasar todo el año durmiendo allí conmigo? Tendremos que compartir habitación con algún capullo engreído y su sirviente.
—Tú eres un capullo engreído y yo tu sirvienta así que estamos a mano. —contestó Chloe sacándole la lengua.
Chole y Jake eran amigos desde que tenían uso de razón, la abuela de Chloe era el ama de llaves de la casa de Jake; en realidad era como de la familia y eso hizo que ambos niños crecieran juntos como iguales. Eran de la misma edad y estaban en el último año del instituto antes de la universidad.
En Paraíso Hills los estudiantes de ultimo año estaban obligados a dormir en una residencia que el instituto tenia en las inmediaciones para prepararlos de cara a la universidad ya que, la gran mayoría irían a una de las universidades de la Ivy League y eso quedaba a cientos de kilómetros de allí, era una manera de que la transición no fuera tan dura y no perdieran el buen camino de vista al verse liberados de dormir cada noche en su casa. Los dormitorios tenían reglas, por supuesto, pero solían ser flexibles a fin de que los estudiantes pudieran experimentar algo de libertad y porque no, libertinaje, antes de ir a la universidad. Claro que Paraíso Hills no era un instituto al que todos pudieran acceder, era para la elite de la elite y las instalaciones que tenían lo demostraban. Tenían camareros para servir el almuerzo y mayordomos para entregar toallas al salir de la piscina olímpica, era todo lujo y privilegio, y por eso cada estudiante en la residencia se llevaba su propio sirviente para que no le faltara de nada como cuando estaba en casa.
Chloe no era la sirviente de Jake y él jamás la hubiera tratado como tal, pero si ella hacía ese papel podría acceder a la educación de forma más o menos gratuita, de otra manera hubiera sido imposible por su situación económica poder acceder a un titulo en Paraíso Hills y para ser coreógrafa como ella quería necesitaba tener una referencia que destacara en su currículo.
—En serio Chloe –dijo Jake cogiéndola por los hombros y mirándola a los ojos — ¿estas segura de esto? Vas a ser la única chica en los dormitorios masculinos y ellos pueden ser realmente un dolor en el trasero.
—Ya lo sé, no me encanta la idea pero si esto me va ayudar a llegar donde quiero pues aguantare ese dolor en el culo.
—Y no creo que a las chicas les gustes tampoco, ellas son muy competitivas y en cuanto algún chico se fije en ti vas a ser objetivo fijo.
— ¿Estas intentado deprimirme antes de la prueba? –pregunto Chloe intentado parar ya el tema.
—Vale, vale –contesto Jake alzando las dos manos al aire a modo de rendición –pero luego no digas que no te lo advertí.
Chloe sabía de sobra lo difícil que iba a ser, estudiar allí suponía dar las mismas clases que Jake a un nivel que no estaba segura de tener. Su anterior instituto era uno de los peores del condado, al menos le dejaban elegir una actividad extracurricular que es lo que a ella le interesaba, había elegido ballet porque en Paraíso Hills tenían a la mejor bailarina del país de la década de los 60 dando clase. Jake por su parte había elegido fútbol americano para complacer a su padre, sabía que iba a recibir más golpes que pelotas pero quería que su padre se sintiera orgulloso de que al menos durante una temporada su hijo había lucido el uniforme que tan orgullosamente llevo él en su juventud.
Tan pronto como el chofer atravesó la puerta de entrada del instituto Chloe saltó del coche para dirigirse a la sala de danza que estaba ubicada en la parte trasera del edificio. Lucía un precioso tutú negro acompañado de un body fucsia sin mangas que realzaba su figura, y medias transparentes con un toque de color para que su desastroso intento de tomar el sol durante el verano quedara lo más uniforme posible.
— ¡Chloe! –gritó Jake desde el coche mientras balanceaba en sus manos las zapatillas de ballet fucsia con una sonrisa burlona.
Chloe volvió rápidamente derrapando sobre sus deportivas cogiendo las puntas y volviendo a correr, pero esta vez llevándose de la mano a Jake en una carrera hasta su prueba. No habían dado ni diez pasos cuando chocó con la espalda de Marc, quien se giró enfadado pero pronto se le dibujó una sonrisa al ver la persona que lo había atropellado.
—Ups! –Dijo Chloe mientras notaba como unos brazos la rodeaban evitando su caída –lo siento.
Marc acercó un poco más a Chloe contra su pecho mientras la rodeaba por la cintura en un abrazo que duraba un poco más de lo que debería. Gracias a Dios que Carl estaba allí para carraspear y sacarlo de su momento.