—¿Un arma?
James no alzó la voz. No quería despertar a su hermana, ni a Max, o llamar la atención de los demás Pasajeros. Aquello quizá era algo crucial en su batalla contra Ben.
—No pienses en una pistola, o que tendremos que prenderle la mecha a Luna para que explote —se bufó Owen, en voz baja—. No. Nada de eso; pero basándome en lo que me estás diciendo… quizá Luna tiene capacidades diferentes a lo que hemos visto.
—¿Has visto algo similar? —preguntó James.
—Hay… algunas personas en la Isla que tienen dones provenientes de la Pirámide. Una de ellas se llama Tessa, y en el pasado, podía entender el Idioma de la Pirámide sin siquiera haberla visto. También calculaba los tiempos en los que la Isla podía moverse a través de las dimensiones… algo único. La otra persona se llama Aarón y podía resistir la radiación como nadie. Muy diferentes. Y únicos.
—¿Y todo eso cómo lo lograban? —prosiguió preguntando James.
—¡No tengo idea! —soltó Owen—. Pero algo importante ocurría ahí. Estas dos personas tenían algo en común. La Pirámide.
—¿Qué hay con ella? ¿La encontraron?
—Si fuera así, Dylan tendría poderes… todos tendríamos poderes, y Max aquí presente se sentiría como Peter Parker —se rió Owen.
Allori, con el ceño fruncido, le dio un golpe en el hombro para que dejara de bromear con un tema tan serio.
—Está bien, está bien —jadeó—. No. Pero…
—Pero, ¿qué?
—Hay un hombre en la Isla —dijo Allori, mirando a Owen como si estuviera decepcionada de él por no decir las cosas tal cual como eran—. El hombre que habita en la Pirámide.
—¿Qué hay un qué?
—Su nombre es… bueno, tiene diferentes nombres —añadió Owen—. Pero lo llaman Elías.
Elías. ¿Dónde había escuchado ese nombre antes? Recordaba el nombre pero no quién lo había mencionado, unas cuantas semanas atrás. Incluso recordaba cómo Max se quejaba de que si era necesario que hubiera tantas personas en aquella aventura. ¿O había sido Scott? ¿Cooper? Bueno, el caso es que recordaba el nombre. ¿Quién era Elías?
—¿Quién…?
—Elías es el Hombre de la Isla —dijo Owen, con un tono mucho más serio, con voz profunda, y mirando a James a los ojos—. La Isla siempre ha existido, así como sé, no se sabe a ciencia cierta, aunque la ciencia no tiene nada que ver. Es como si fueran lo mismo, el mismo.
—¿Elías y la Isla son lo mismo?
—Se dice que él creó la Pirámide —murmuró Allori—. Es… extraño.
—La Isla, la Pirámide, él… son como una trinidad —añadió Owen—. Elías es la Pirámide hecho hombre.
—Esto en verdad es único —soltó James—. Es una locura.
—Locura para aquellos que no creen en ello —le cortó Owen—, pero si lo vieras de frente, creando esa maravilla, entonces cambiarías de opinión.
—¿Tú lo has visto?
—Un par de veces —respondió—. Un hombre agradable.
—Allori, tú dijiste que habías hablado con la Pirámide —James giró su atención hacia ella—. ¿Querías decir que…?
—¿Recuerdas cuando te conté de mi caballo? —preguntó la mujer—. Y que al llegar a la Isla, ¿ahí estaba? Te dije que alguien me estaba cuidando. Alguien quería que me quedara en el Triángulo.
—Entonces cuando Luna se refiere a que el Triángulo le habla… ¿se refiere a Elías?
—Podría ser… sólo Luna lo sabe.
James giró su mirada hacia su hermana. Luna dormía tranquilamente, recargando su cabeza sobre el hombro de Max. El muchacho, a diferencia de ella, recargaba la suya sobre el respaldo del sillón, y dormitaba con la boca abierta, generando algunos ruidos extraños.
Si Luna había hablado con Elías, entonces… ¿quería decir algo bueno? Si lo que Owen contaba era verdad, aquello era importante. Era de suma importancia. ¿Elías le brindaría poderes a Luna? No, eso era bastante ilógico. ¿O no? Ya no sabía qué pensar.
—¿Está de nuestro lado? —musitó.
—¿Quién? —preguntó Owen—. ¿Elías? ¡Es el Creador de la Pirámide! ¡Es el Hombre de la Isla! Todo lo que ha sucedido en nuestras vidas tiene que ver con él.
Era fascinante. Saber que había un hombre en la Isla que había sido el primero que habitaba en ella era algo bastante único. ¿El primer hombre que habitaba la Isla? Si se basaba en los comentarios de Owen, tanto la Isla como Elías siempre habían existido.
—Entonces él comenzó todo —comentó James, intentando comprenderlo—. Elías inició todo en el Triángulo.
—Después de Elías llegaron… dos personas —Owen hizo un esfuerzo por recordar—. Los dos primeros que llegaron a la Isla. Podría decirse que, de la mano de Elías, ellos fueron los primeros líderes del Triángulo, y tal y como lo hizo Elías con ellos, fueron viajando para traer a más personas. Desde que inició, el peligro se hizo presente.
—¿Por qué?
—Porque el ser humano es imperfecto —respondió Owen—. Nacimos con una naturaleza caída, perdida, sucia. Los celos, el miedo, los temores, la preocupación… todo eso comenzó a manchar la Isla desde el inicio. Basándonos también en la historia de Aurora, ¿por qué crees que Pandora mata a tantos? ¿Por qué su sed de venganza?
—No lo…
—¡Porque quiso quedarse como la líder para siempre! Su avaricia y amor al poder hicieron que se corrompiera… para luego quedar loca, claro.
—A todo esto —intervino Allori—, creo que lo que Owen quiere decir es que debe de haber un líder. No para mandar en la Isla, sino para guiar a los que la habitan.
—Y ese líder debe apoyarse en Elías —añadió Owen.
—¿Por qué no vi a este tal Elías cuando estuve en la Isla con Dylan? —James lanzó la pregunta de inmediato.
—Esa ya será respuesta de Elías —terció Owen—. No veo una respuesta clara, y no me concierne a mí darla.
James no se quedó satisfecho. ¿Por qué nadie le había hablado del tal Elías antes? Si hubiera sido de ese modo, tal vez él podría haber ayudado en toda la travesía que estaban viviendo. Incluso, James llegó a pensar que con ayuda de Elías, las muertes pudieron haberse evitado.