Paralelos

Capitulo I: Lo bueno de lo malo

En lugar recóndito, oculto entre los valles, se hallaba un pequeño pueblo bastante tranquilo. Donde las personas se conocen unas a otras, tal cual como si fuesen todos vecinos. Los rumores se dispersan rápido, aun así, un lugar cálido y tranquilo para vivir pacíficamente.

Es justamente este sitio, donde se desarrolla la vida de un joven llamado Jean Lacer, de catorce años de edad, estatura promedio, pelo liso y castaño, piel blanca y ojos café. Una persona común, con notas promedios al resto de la escuela, no destacaba, asocial, y de clase media, económicamente. Poseía un pequeño círculo de amigos con quienes convivía a menudo dentro y fuera de la secundaria. Aquella vida monótona al resto, cambió drásticamente al desaprobar la primera prueba de inglés. Sus padres eran exigentes en múltiples aspectos, siempre buscaban que Jean aprobara todo y siguiera al pie las reglas de sus estudios. Al momento en que el joven tuvo que dar noticia de su inconveniente, se desató una fuerte charla, la cual terminó en que iban a mandarlo a una institución que enseñara inglés, con el objetivo de mejorar sus notas. Aquella conversación se hizo reiteradas veces, ya que el joven por medio de la negociación, buscaba que cambiaran su opinión.

Un día por la tarde, sin avisarle, la madre le hizo subir al auto con el propósito de llevarlo a la institución. Él no lo supo hasta que poco después, ella le comentara lo que iban a hacer.

- ¿Es una broma verdad? – Preguntó Jean, un tanto confundido y asustado.

- No, no lo es. – Hizo una pausa. – Es una lengua extranjera, no podrás aprenderla si no te ayudan. Es por tu bien, aparte es muy bueno aprender otro idioma, sirve para el futuro.

Un ambiente tenso abarcaba adentro del vehículo, Jean quería entablar una conversación con su madre, pero los nervios no le permitían hablar. En los menos pensado, ya habían llegado al destino. Bajaron del auto sin decir ni una palabra. Muchos niños salían de clases entusiasmados y entraban los más grandes con sus mochilas, rostros serios, y la maestra esperándolos en la puerta saludando uno por uno.

- Por favor, mamá no me dejes en este lugar. - Pedía a suplicas mientras caminaban directo a la entrada del instituto. - Haré lo que sea, pero no quiero tener más clases, ya es suficiente también con la escuela, el taller y básquet.

- Hola, señora Roxana. - Ignoró a su hijo, y prosiguió a charlar en la entrada del aula con la profesora.

- ¡Muy buenas, sean bienvenidos! - Pelo castaño, sonrisa de oreja a oreja, una persona adulta de aproximadamente cincuenta años.

- Muchas gracias, yo anteriormente hablé con la directora de este lugar por teléfono y ya inscribí a mi hijo aquí. - El joven trataba de ignorar a su madre y se escondía para que nadie lo viera detrás de un muro que separaba la entrada del jardín. Expresaba con total disgusto el hecho de tener que estar allí.

- ¿Quién es el nuevo estudiante? – Preguntó la profesora Carmen, mientras giraba la cabeza para todas direcciones.

- Vamos Jean, no seas maleducado y saluda. - Dándose la vuelta, lo tomó del brazo y lo puso frente a la maestra.

- Hola. – Dijo Jean, apenado por la forma en que lo llevo su madre.

Aquel adolescente, sintió como fue llevado por la fuerza hacia el interior de la institución. Donde lo acomodaron en un aula pequeña junto a los demás alumnos que él vio al momento de llegar. La profesora lo sentó en una mesa aparte debido a que era nuevo, y también, por que los otros jóvenes venían a estudiar todo el año para recibir un pequeño título. En cambio, Jean solo venía para sacarse la materia de encima y no regresar a este lugar que lo vio como una condena. Al comenzar la clase, la profesora dictaba consignas generales para los alumnos viejos. En ese entre tiempo, él aprovechaba para jugar en su celular, ya que realmente detestaba la materia en sí.

No tardó mucho en tener que arrancar, puesto que tan solo eran siete personas los que venían a esta hora (aproximadamente las ocho de la noche). La profesora era alguien amable, cariñosa, muy inteligente y didáctica para enseñar. Con paciencia, tomó delicadamente el disgusto de Lacer.

- Cuéntame, ¿qué es el tema que vieron en tu clase y te costó? – Se sentó al lado y le sonrió.

- Pues… - Al momento de contar sobre que se le dificultaba, por primera vez, contempló bien el aula y las personas de enfrente. Algo llamó su atención de manera descomunal, una joven de cabello corto y color lila, y unos ojos color verde oscuro – Y eso es.

Luego de explicar la situación, la profesora dictó unas cuantas actividades que debía realizar y luego entregarle al finalizar la clase. La hora de estudio extra, acabó pronto. Por determinadas circunstancias, Jean tuvo que volver caminando a casa en una fría noche de invierno, donde nadie circulaba por las calles. No había peligro alguno por un asalto, sino más bien por contraer un resfriado. Recorrió unos tres kilómetros hasta que llegó a casa. Al entrar, saludo rápido a su familia, y pasó directamente a su habitación. Cambió su vestimenta y se recostó para escuchar un poco de música como normalmente hacía en su rutina. Reviso sus redes sociales para ver si tenía mensajes, pero hasta eso fue igual.

- Nada, de nuevo. – Murmuró, decepcionado y aburrido.

Jean era un tipo bastante callado y ermitaño. Disfrutaba de su soledad colocando música y jugando en el celular. De esta manera, pasaban sus noches hasta llegar a dormirse, para nuevamente ir a la escuela.



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En el texto hay: amor, amistad, vinculos

Editado: 20.09.2024

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