Paralelos: El registro

Capítulo 9

     — ¿Cómo estás Bianca?

     — Bien… ¿mi familia?

     — Están a fuera. Es mejor que hablemos solos.

     —…

     — ¿Recuerdas lo que pasó?

     — Tuve… una crisis. Y me trajeron aquí.

     — ¿Lo recuerdas o lo supones?

     — Recuerdo solo hasta que viajaba en el auto hacia aquí.

     — ¿Y antes recuerdas todo lo ocurrido?

     — Si.

     — ¿Me quieres contar que pasó?

     — ¿Puedo hablar con Abel?

     — Preferiría que primero hables bien conmigo.

     — Es que no me acuerdo bien de todo. Me ayudaría que él esté conmigo.

     — Recién acabas de decir que recordabas todo lo que había pasado.

     — Necesito hablar con Abel, por favor.

     —Por qué no me cuentas mejor lo que tú recuerdas y luego lo llamamos a Abel para que te ayude a contar lo que no logras recordar.

     — ¿Usted ya habló con Abel?

     — No.

     — ¿Por qué no lo llama y hablamos los dos juntos?

     — …

     — ¿No confía en mí? ¿Cree que nos vamos a poner de acuerdo en qué decir?

     — Creo que los dos tiene una visión subjetivamente diferente, y es necesario para mí escuchar las dos por separado para sacar una mejor conclusión en mi informe acerca de que fue lo que originó tu ataque y garantizar las medidas necesarias para que no te vuelva a ocurrir.

     — Tampoco fue tan grave. Fue un ataque no más. No es la primera vez que me pasa. ¡Voy a estar bien!

     — Demuéstrame que vas a estar bien, y cuéntame lo que recuerdes.

     — Mi hermano me hizo una broma. ¿Si? Solo eso y yo me puse mal y exageré y se me fue de las manos. Pero fue solo una broma. No quiero que él se meta en problemas. Hable con mi mamá, no deje que mi papá culpe a Abel. Él no tiene la culpa.

     — ¿Qué broma te hizo?

     — Llámelo a él y que le explique bien. Aparte sea lo que sea solo fue una broma ¿sí? La culpa fue mía por desesperarme así y tomármelo mal.

     — Bien, hagamos esto. Vos te quedas acá y seguís descansando y tranquilizándote, y yo voy afuera y hablo con Abel sobre lo que ocurrió.

     — No me quiero quedar. ¡Me quiero ir ya! ¡Fue solo una broma!

     — Bianca, por favor.

     — ¡Por favor usted! ¡Fue solo una broma! ¡Una broma! ¡No! ¡No por favor! ¡Otro calmante no! ¡Por favor…!

 

     La paciente Bianca  Abigail Velaz, ingresó a urgencias producto de ataque de nervios. Al no poder ser tranquilizada, se recurrió a la aplicación de un calmante para neutralizar su desenfreno violento. Al despertar, mostró signos de tranquilidad, lucidez y cooperación en la entrevista para verificar y realizar el informe sobre las causas de lo ocurrido. Sin embargo, tiempo después de comenzar la entrevista, se mostró hostil, dando indicios de estar ocultando las razones que provocaron su crisis. Más adelante confesó que todo fue a causa de la exageración de su parte en la reacción de una broma provocada por su hermano mayor. En ese momento, cuando se le informó que se hablaría con su hermano para constatar el testimonio de la paciente, entró nuevamente en una crisis de nervios por lo que se le volvió a aplicar un calmante para tranquilizarla.
     Al entrevistar a su hermano mayor, éste niega que le haya hecho algún tipo de broma a su hermana en la visita a su casa ocurrida antes del ataque. Señala que todo se inició al negar la existencia de un supuesto compañero de secundaria con el que Bianca afirmaba haber soñado.
   En vista de estos datos aportados, se sugiere un diagnóstico de trastorno psicótico, al no poder diferenciar entre sueño y realidad, y paranoia, al afirmar que todos conspiran para hacerle creer que lo que ella recuerda como realidad, no lo es en verdad.
   Por esos motivos, se sugiere el traslado a la Clínica Psiquiátrica Kenton donde se realizaran evaluaciones psicológicas más rigurosas para tratar los posibles trastornos mencionados.

Firma del informe: Lic, en Psicoanálisis Alberto Julián Torrisi.

 

     Abel no parada de repasar los hechos y no entender que era lo que ocurría. Más confundido se encontró cuando su compañero Alberto vino a entrevistarlo por lo que había pasado. ¿La cordura de su hermana estaba en juicio? ¿Tantos años transcurridos con su particular distinción de lo real y él no fue capaz de percibirlo? Se sentía culpable, pero si  lo demostraba Richard se aferraría a esa idea y lo culparía a él mucho más de lo que seguramente ya pensaba que lo haría.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.