Paranoia

Visita.

Varios días después noté que algunas patrullas policiales hacían un alboroto en el vecindario, al mirar por la ventana, todo esto ocurría justo al frente de la casa de los vecinos, tanto Emma como Dustin estaban observando aquella locura. Minutos después, apareció una ambulancia, esto me hizo cuestionarme incluso más lo que pasaba allí.

«Es una lastima que esto haya ocurrido» escuché de alguna persona en mi mente.

La casa donde todo ocurría había Sido vendida hace poco tiempo, ni siquiera mi madre sabía el nombre de quién vivía alli. Luego de un rato pude observar como los paramédicos salían de esa casa con lo que parecía ser un cadáver, esto último me tomó por sorpresa ya que era la primera vez que presenciaba algo así. Vi como la mamá de Dustin le indicaba que entrara a la casa, lo mismo con Emma, pero hizo caso omiso. En este punto la mayoría de los vecinos estaba observando con inquietud aquella situación. Joshua y mi madre habían salido a comprar comida para las mascotas, por lo cual se estaban perdiendo aquella noticia en vivo. Poco tiempo después las luces rojas y azules se fueron alejando de la vista de todos. Seguía algo impactado por lo ocurrido, pero suelo ser alguien bastante calmado ante cualquier situación.

Al mirar la hora, eran las 17:43, bastante temprano. Una notificación hizo que mi teléfono vibrara en mi bolsillo, al revisar, se trataba de Joshua. Al parecer alguien ya le había contado lo que había sucedido hace poco justo a unas casas de la nuestra. Mientras le respondía para afirmar que si, alguien llamó al timbre de la casa.

Al abrir la puerta me encontré con una persona vestida con un traje negro, cabello corto, barba algo corta y ceño muy fruncido.

«Creo que es el» pude oír de sus pensamientos, cosa que me intrigo bastante.

—Hola, ¿es usted Gareth Ackerman?—su rostro se me hacía bastante conocido.

—Eh, si, soy yo. ¿Cómo puedo ayudarle?

—Como seguro ya sabrá, encontramos al señor Tom Evans, eh...—titubeo un poco—muerto. Y quería hacerle algunas preguntas.

«¿Puedes oír esto?»

Aquello me pareció bastante extraño, era como si quería que yo lo escuchara, sin embargo lo ignore.

—Claro, no creo que yo sea de mucha ayuda, pensándolo bien, ¿Por qué razón tendría yo que saber algo?—dije con algo de seriedad.

Su rostro cambió un poco, creo que se había enojado un poco, aún así prosiguió con una sonrisa falsa en su rostro.

—Es simple protocolo, Gareth. A todos por aquí alrededor les estamos haciendo las mismas preguntas—si ese fuera el caso no vendría preguntando directamente por mi, pensé. Era muy extraño.

—Ok, entiendo—al decir esto último noté que mis perros estaban haciendo mucho ruido por lo cual me di la vuelta para calmarlos un poco.

«¿Cuando fue la última vez que saliste de casa?» volví hacia el para responder.

—Ayer por la tarde—le respondí.

—¿Disculpe?—solto con algo de duda en su rostro.

En ese instante me di cuenta que en realidad el no había dicho nada, venía de sus pensamientos.

—Lo siento, pensé que me había preguntado algo—dije con preocupación.

«Lo hice» oí de nuevo.

En ese instante no sabía cómo reaccionar, acaso ese hombre sabía algo más sobre mi o solo me estaba volviendo muy paranoico con todo esto.

—Solo serán dos preguntas, Gareth.

—Esta bien—respondi nervioso.

—¿Conocía al señor Tom?

—Eh, no. Nunca tuve la oportunidad.

—¿Cuánto tiempo has estado oyendo voces?—aquella pregunta me dejó algo desorientado, ¿a qué viene eso tan de repente? ¿Quien es este hombre?. Me encontraba bastante nervioso.

—No se a que se refiere—exprese con voz tambaleante—¿De que habla?

«Aunque no me lo digas, se que puedes escuchar esto, Gareth»

Parecía estar jugando conmigo y sus pensamientos, una ola de confusión inundaba mi cabeza y empezó el dolor de nuevo.

«Mamá tengo hambre» «¿Por qué nunca haces nada bien, Emma?»

«Calmate un poco Gareth» aquel oficial puso su mano en mi hombro y por reflejo lo aparte de mi. Estaba más que claro que el estaba al tanto sobre mi, no era ninguna casualidad que viniera preguntando por mi, las voces seguían llegando y el dolor aumentaba.

—Mirame a la cara niño—me dijo con brusquedad mientras de nuevo posaba su mano sobre mi hombro—¡Que me mires!



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En el texto hay: visiones, investigaciones, poderes raros

Editado: 21.04.2020

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