Devil's (Blue Rose I)

Dedicatoria...

@Stephenie—001
 

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(...)         

-Blue
Eventualmente, por oposición a la vitalidad de los colores cálidos, ciertas tonalidades del azul pueden representar tristeza, depresión, nostalgia o superstición
 

... 
 

—¡Desde el inicio!
 

—¡de nuevo! 
 

"No siempre deteste alas personas, antes solia poder tolerarlas."
 

—¡determinación!
 

"Siempre fui bueno ignorando las opiniones y sentimientos ajenos, hasta hoy en día lo hago."
 

—¡asi no es!
 

—¡por qué no puedes hacerlo bien!
 

—¡lo siento! — dijo exaltado el cenizo. 
 

— ¿¡como piensas hacerte llamar competencia si no puedes hacerlo!? 
 

Duras y certeras ante su pequeño orgullo. Dolor para su pequeño cuerpo, inmensos golpes verbales hacia su autoestima. 
 

— comienza de nuevo — ordenó la fémina 
 

— ahm... — suspiro ligero sonido y a sentimientos, cogió el instrumento empezando a tocarlo en la posición de antes. 
 

Su madre era una mujer muy estricta y quisquillosa. Pará nada tolerante a lo que no es de su agrado — termina de practicar y puedes irte a tu habitación... has tus tareas. 
 

— entendido — murmuró mordiéndose las comisuras de los labios. Los tacones de aguja resonaban cerrando la puerta hasta desaparecer. 
 

El pequeño empezó deslizando pellizcando las cuerdas como en el arpa, pero con otra posición ocasionando un trémolob moviendo el arco arriba y abajo muy rápido vibrato luego oscilando ligeramente los dedos sobre las cuerdas, glissando. deslizando los dedos de una posición a otra, col legno tocando con la parte de madera del arco, sul ponticello tocando cerca del puente, sul tasto tocando sobre el diapasón. 
 

Aquellos ruidos frenéticos de supuesta práctica intensa y animada, fingiendo esforzarse demás. Cuando realmente era la simple rabia que trataba de desahogar con las cuerdas para calmar ala fiera de su progenitora.  
 

Con el pecho subiendo y respirar errático. Seso los ruidos soltando una rabieta reflexionando su molestia y mal genio. 
 

Dejó el instrumento en su estuche. 
 

— tks... — sus pequeñas piernas temblando le fallaron, la cólera y frustración se habían alojado en el. Cayendo al suelo de rodillas, jalando sus mechones rubios preguntándose "¿por qué? ¿!Por qué!? ¡Acaso todo lo que haga nunca será suficiente!” halando sus mechones. Con los ojos blancos y puños apretados mordisqueando sus labios apretando sus dientes. 
 

¡Jodido instrumento! 
 

¡Jodida madre! 
 

¡Jodidos todos! 
 

Rasco sus ojos con los puños, respiro un poco inhalando y exhalando furioso. 
Ya más calmado de su casi desahogo y cólera se retiro asu cuarto a pasos fuertes. 
 

Subiendo las escaleras hacia su habitación, golpeando la puerta, tirándose ala cama. 
 

"solo queda esperar" 
 

(...) 
 

Lunes por la mañana, ya temprano se levantó para dirigirse ala escuela. “Calma” se dijo así mismo mientras se paraba de la cama, entrando al baño aseándose y devuelta a sus cuatro paredes. 
 

Se vistió con unos pantalones cortos beich, camiseta negra y zapatillas azules que llevó consigo. 
Cojio su mochila y bajó ala primera planta de su casa. Mirando aquellos pasillos de techos altos en su acomodado hogar, el no era de una familia adinerada pero aún así sus padres se daban esos lujos con tanto esfuerzo. 
 

Los pasillos de color oscuro ámbar y madera oscura. Moderno y antiguo perfectamente equilibrado "fastidio" escupió en su mente (aquel lugar donde nadie puede reclamarle nada). 
 

— Buenos días hijo dormiste bien —preguntó el padre castaño. 
 

— tks...les inporta — chasqueo la lengua con indiferencia, recibiendo la fría mirada de su madre. 
 

— ya te dije que no conteste así katsuki — reprochó la mujer, molesta jalando el oído del infante, samaqueando su cabeza lastimando su cuero cabelludo. 
 

Causándole un dolor ligero. Pero el no lo demostró "solo para ti y nadie más" se dijo por milésima vez en su vida. 
 

— no seas tan brusca, amor es solo un niño — defendió el padre. 
 

— lo sé pero...si no lo corregimos ahora será peor después — respondió indiferente dándole una mirada sería y desaprobatoria. 
 

— me voy — dijo el niño. Poniéndose las zapatillas antes de salir de casa.
 

El no toleraba esos ojos, aquellos orbes rojizo que lo llenaban de vulnerabilidad. 
 

Aquellos críticos y fríos. Listos para comérselo de una oportunidad. 
 

(...) 
 

—¡kacchan! — llamo un pequeño grupo de niños, corriendo hacia el rubio.
 

—¡que quieren! — respondió molesto para aparentar dominio e intimidación. 
 

Además de estar molesto con progenitora. Necesitaba desahogo con alguien, Con quienes pudiese ser la persona que tanto oculta ser. 
 

— vamos al árcade — le ofreció el niño con alas del grupo. 
 

— saltémonos las clases — exclamo el niño de facción triangular. como si fuese el mejor plan del cual estar orgulloso.