Parva Luna

Capítulo VIII

Capítulo VIII

La sinfonía suena con la verdad del misterio ¿eres capaz de escucharlo?

Estaba sentada sola bajo el árbol donde encontré recostado a Lior anoche, la magia que vi ayer bajo la luna se había esfumado; ahora los rayos de sol alumbran pero no creo sea por ello que no se vea mágico el lugar.

Sino la conversación con Agatha, hace que todo se vea lúgubre como cuando estaba sola y desamparada, ¿quiero recordar?, creo esa es la pregunta que debo hacerme en estos momentos.

A pesar de haber luz, me siento en la oscuridad absoluta que me impide ver mi camino para poder avanzar y salir de ahí.

¿Desde cuándo se complicó mi vida?, tu vida siempre ha sido complicada respondió una vocecita en mi cabeza; enterré mi cabeza entre mis piernas como si con eso acallara las voces que hacen eco en mi mente.

Alguien se sentó a mi lado y me abrazo sin decir palabra alguna, tal vez necesitaba este abrazo para silenciar el ruido en mi cabeza; pasamos minutos de esta forma hasta que hablo.

-¿Estas mejor?- la voz de Halia hizo resonar el lugar- No sé qué paso entre tú y Agatha- comenzó un pequeño discurso haciendo que recuerde la plática con ella- pero sabes que no está sola ¿Verdad?- articuló acariciando mis hombros como para tranquilizarme.

Suspire, tenía razón no estoy sola, las tengo a ella y a Agatha pase lo que pase, si recuerdo o no, ambas estarán conmigo hasta el final; tal vez esta desolación que sentí se debía a que dude de ella, pensé que si recordaba me dejarían a un lado y desecharían con basura.

-Lo se Lia- dije usando un diminutivo de su nombre, uno que no utilizaba hace tiempo.

-Dia, últimamente estamos distanciadas- exclamo Halia- siento que cada vez algo nos separa- murmuro dejando ver su temor.

Ella no era fácil que diga cómo se siente, por lo cual me sorprendió que demostrara su miedo ante este distanciamiento que se estado dando últimamente entre nosotras.

-Desde que llego Alexander nos hemos ido separando, por un momento pensé que tu obsesión por saber más de él era porque te gustaba- susurró aun con un brazo sobre mis hombros- pero después me di cuenta es tonto, ambos se miran con desconfianza, así que ¿Cómo pueden gustarse si no pueden estar en la misma habitación sin bajar la guardia?- dijo mirando hacia enfrente.

No dije nada, quede pensando en algo que dijo Halia, desde la llegada de Alexander, desde que apareció en nuestras vidas todo se enredó para mí, puede que nunca fue fácil la mía, pero tenía un orden, una secuencia que se vino abajo desde que se para frente a nosotras.

Y ahí está la respuesta de una pregunta que me hice, y ahora que lo sé ¿Qué hago? Ir a enfrentarlo claro dijo la voz en mi cabeza, y tenía razón; ahora tengo que encarar a Tavalas y diga todo sobre su presencia aquí.

-Halia, gracias- dije dándole un beso en la mejilla, le agradecía porque ella me dio la respuesta de una de mis preguntas y la pista que buscaba pero tenía enfrente de mi narices.

Me pare de ahí y me encamine al lugar donde seguro encontraría a Alexander Tavalas, no muy lejos de mí, tal vez a solo unos pasos o metros cerca, siempre vigilando mis movimientos; pero si quería sonsacarle la verdad tenía que ir lejos de Halia.

-Tavalas aparece frente a mí- grite una vez me había alejado lo suficiente de Halia- Tenemos que hablar- exclamé cuando lo vi salir de su escondite con una sonrisa en los labios como si supiera a que iba esta charla.



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En el texto hay: ficciongeneral, descendiente de la luna, amor

Editado: 18.11.2018

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