Pasado en los corazones

.25.

Escucho como me indican que tome asiento justo en la silla que está al lado de la suya, todavía conmocionada hago lo que me dicen sin levantar la mirada de mis bailarinas color rojo.

-Bueno Emory mi hijo me ha explicado la delicada situación que está sufriendo tú alumno Gael...

La señora Davis continúa hablando pero mi cerebro solo puede asimilar que tiene a Elián a su lado vistiendo una camisa oscura que se le pega al cuerpo haciéndole parecer un ejecutivo sexi, por no hablar de sus fuertes manos que están entrelazas encima del escritorio.

-Hemos pensado que tú podrías hablar con el señor Jones padre del alumno Michael Jones ya que creemos que es él quien está detrás de los abusos

Las manos empiezan a temblarme ya que el señor Jones como lo ha llamado ella es el causante del abuso que pase yo de niña, parece que de tal palo tal astilla. Sé que han pasado muchos años y él ya no puede hacerme daño pero dentro de mi se está batiendo una batalla entre salir a esconderme en mi habitación o enfrentarme a él de una vez por todas.

Empiezo a juguetear con mis manos mientras me quito el pinta uñas de mi dedo pulgar con el otro, es una manía que tengo desde que mis padres fallecieron según la psicóloga del internado es el reflejo de mi estrés.

Noto como una mano fuerte y caliente sujetan las mía que tengo en el regazo, cierro los ojos un segundo mientras recupero la respiración, no pienso tener un ataque de pánico ahora.

Abro los ojos para mirarle, Elián me mira muy fijamente como esperando a que yo reaccione de algún modo, me encantaría quitar su mano de las mías pero mi cuerpo me traiciona ya que el por desgracia extraña el calor de su piel contra la mía.

-Flore....Emory yo puedo estar presente en la reunión si eso te hace sentir más segura *me dice serio*

Niego con la cabeza mientras aparto su mano de las mías con bastante delicadeza tampoco quiero montar una escena delante de su madre por no hablar de que es mi jefa.

-Solo necesito un momento.... *digo levantándome*

Voy hacia la puerta mientras escucho como la señora Davis le susurra algo a su hijo, no les presto atención porque ya empiezo a notar como los oídos se me están empezando a taponar, sé que pronto llegará la falta de aire y poco después le seguirán las lágrimas así que me apresuro en salir hacia el aparcamiento, ando los más rápido que me permiten mis pies mientras voy por los pasillos.

No paro hasta que llego a mi coche.

Me limito a sentarme en el bordillo que hay enfrente de el, con las prisas no me he dado cuenta de que me he dejado el bolso con las llaves en el despacho.

Empiezo hiperventilar al notarme sin salida, noto el hormigueo en mis manos causado por el contacto de su piel, odio querer volver ahí dentro y refugiarme en sus brazos, sobre todo odio sentirme culpable por ser la causante de su dolor.

Claro que me gustaría que me acompañara a la reunión, me encantaría que el viejo Elián ese que se peleaba por defender mi honor me acompañara pero él Elián que está sentado en el despacho de su madre es el hombre que un día fue el chico que hizo una apuesta con sus amigos causándome a mi él primer y último desamor.

-Florecilla escúchame *oigo de fondo*

Noto como las lágrimas impactan con la acerca al tener la cabeza metida entre mis rodillas, intento luchar contra ellas pero estás no parecen querer parar, lloro por Gael el dulce niño que está sufriendo sin merecerlo, lloro por tener que enfrentarme al chico ahora hombre que me acosó durante toda mi vida estudiantil y sobre todo lloro por no poder superar de una vez por todas a Elián.

-Florecilla por favor.... Respira más lentamente concéntrate en mi voz

Su voz se a echo más presente casi parece que está sentado a mi lado, noto como aire fresco impacta en mi rostro, mi pelo suelto es recogido sobre mi cabeza mientras el aire ahora impacta en mi nuca.

-Eso es parece que te vas relajando poco a poco...

La brisa es agradable y poco a poco las lágrimas van cesando mientras mi respiraciones se van acompasando, noto el aire un poco más antes de abrir lo ojos.

-Florecilla....mírame ¿te encuentras mejor?

Pues no era una alucinación, Elián Davis está sentado a mi lado con su rostro pegado al mío si giro un poco la cabeza nuestras narices podrían tocarse, tiene toda mi melena sujeta con una mano y con la otra sujeta una revista que a debido usar para abanicarme.

-Genial ya veo como el color a vuelto a tus bonitas mejillas *me dice*

Si antes tenia las mejillas sonrojadas ahora deben perecer dos tomates, tener esos ojos tan cerca de mi hacen que esté apunto de desmayarme.

Una vez todo mi cuerpo parece volver a la normalidad tomó distancia separándome de él un par de palmos, peinó mi caello con mis dedos ya que debo tenerlo bastante despeinado.

Escucho como Elián ríe y por el bien de mi salud mental rezo para que no vuelva a hacerlo, su voz es muy ronca y su risa no se queda atrás, como diría Helen, Elián es el perfecto baja bragas.

-Florecilla lo que he dicho en el despacho va enserio, sé que no te gusta tener que enfrentarte a ése miserable de nuevo

Me giro para mirarlo, él me dedica una mirada sincera y hace el amago de acercar una mano hacia mí pero yo soy más rápida y me apresuro en levantarme, agarro mi bolso que ahora reside a su lado.

-Gracias pero Michael no es el primer miserable con él que trato *le digo*

Su expresión obviamente cambia ya que esa última frase me a salido más dura de lo que pretendía, no quería referirme así a Elián pero a veces es el dolor el que habla.




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