A las tres de la mañana me encuentro dando vueltas en la cama, rememorando la escena una y otra vez.
Busco un rasgo de mentira en su expresión y lo que más me duele ahora mismo es que no lo veo.
Sus ojos nunca supieron mentirme...
Como una estúpida me doy cuenta que durante este tiempo la relación que tuvimos no era del todo falsa como me gustaba pensar.
Todo era más fácil cuando estaba en el internado porque cada vez que Elián venía a mi mente era dolor lo que sentía, el dolor se puede superar pero no tengo ni idea de cómo podré superar lo que siente mi cuerpo cuando lo veo, cuando lo siento, y sobre todo cuando miles de finales llegan a mi mente.
Las infinitas posibilidades me tienen la cabeza del revés.
¿Y si le hubiera escuchado ese día? ¿De vi hablar con Jane? ¿Debí marcharme tanto tiempo? ¿Debí escribirle alguna carta?
Todas las posibilidades me hacen sentirme culpable... *toc toc*
Alguien llama a la puerta así que extrañada me envuelvo en la manta para ir hacia ella.
Me quedo en shock cuando delante de mi está mi preciosa morena de mechas de colores, mi mejor amiga me dedica una sonrisa antes de abrirme los brazos.
Me refugio en ellos como tantas veces he echo, parece que esta vez Helen también a sabido que la necesitaba igual que el día que nos conocimos.
*Pasado*
Llego a las gigantescas puertas del internado Blanca paloma.
Estoy nerviosa ya que no conozco a nadie además no permití que nadie de mi familia viniera y mucho menos mis amigos los cuales son uno de los causantes de que yo esté aquí.
Decidí aceptar la beca que me proporcionó el internado ya que necesitaba un cambio de aires y alejarme de mi ciudad natal que tanto daño me había causado.
Nada más salir del coche me di cuenta de que yo no podía desentonar más con el resto de mis compañeros, todos se estaban bajando de coches lujosos, vestían con ropa cara por no hablar de las joyas que las chicas llevaban.
Miro mi atuendo que es un peto vaquero con una camiseta de manga corta rayada, llevo mis amadas zapatillas puestas y sobre mi hombro cargo una de mis maletas solo he traído dos ya que la mitad de la ropa la dejé en mi antigua habitación, me traían demasiados recuerdos esas camisetas de grupos de rock antiguo.
Me armo de valor antes de emprender camino hacia la entrada, puedo notar las miradas clavarse en mi espalda pero es algo a lo que ya me he acostumbrado, al fin y al cabo he estado un año entero soportándolas por ser la pobre huérfana del instituto.
Al entrar veo a varias personas conversar entre ellas pero me llama la atención una chica morena con mechas de colores que está sentada en las escaleras mientras escucha música, parece absorta en su propio espacio.
-Creo que te has confundido, los establos están en el otro edificio *me dice una chica rubia*
Continuó caminando sin ni siquiera mirarla, ja ja ja que graciosa pienso mientras me dirijo hasta la habitación 105 que es la que tengo asignada.
-Vaya pensé que los petos vaqueros ya no existían *me dice otra chica esta vez pelirroja*
Aprieto los dientes para no soltarle una borderia, al fin y al cabo estas chicas van a ser mis compañeras no quiero tener más problemas, mi misión aquí es pasar completamente desapercibida.
Llego a la puerta de la habitación y luchando con las maletas consigo abrir la puerta, la habitación es de dos personas y parece que mi compañera ya a llegado, veo que encima de la cama hay tres maletas y otra está al lado de la puerta, vaya parece que mi compañera tiene adicción a la ropa.
-¿As visto como va vestida? *escucho que dicen en el pasillo*
Voy a cerrar la puerta cuando veo a la chica de las mechas de colores.
-Pues que sepáis que mi madre dice que los petos son la nueva tendencia *dice la chica*
-¿En serio Helen? *le contesta*
-Deberías leer su artículo de esta semana *le dice la chica*
El grupito de chicas se marcha apresuradamente, voy a cerrar la puerta cuando un pie me lo impide.
-Hola, soy Helen tú compañera de habitación *me tiende la mano*
Le estrechó la mano y continuó ordenando la habitación, la chica intenta sacarme temas de conversación pero yo solo le respondo con monosílabos, me hice la promesa de que no dejaría que nadie más entrara en mi corazón así que no pienso hacerme amiga de esta chica.
Presente
Pequeña Emory vas a tener que tragarte tus palabras.
Helen y yo nos tumbamos en mi cama y mientras ella me abraza y me acaricia el pelo me cuenta cosas sobre como sigue su vida en Nueva York sé que lo hace para que me distraiga y hasta consigue que me ría cuando me cuenta una pelea que tuvo con su segundo novio.
-Madre mía Helen no sé cómo eres capaz de estar con tantos hombres a la vez, yo solo pienso en uno y el solito consigue volverme loca.... *me tapo la boca*
Helen deja de acariciarme la cabeza cuando escucha mi ultima frase, rápido se recompone pero su cuerpo está más tenso.
-Pienso cortarle las pelotas a ese capullo *me dice*
Levanto la cabeza para mirarla y la veo sonreírme como si fuera una villana de Disney, me separo de ella para quedar a su altura en la cama, las dos tenemos apoyada la espalda en el cabecero.
-Me dijo que cuando estuvimos juntos estaba enamorado de mi *susurro*
Helen abre la boca totalmente alucinada y yo recuerdo que mi mejor amiga se quedó en la parte en la que yo huía de Elián, la pongo al día de todo y cuando me quiero dar cuenta ya a amanecido.
No me había dado cuenta de lo mucho que la echaba de menos.
-Helen y Emory para siempre *me susurra*