Pasado en los corazones

.36.

-¡¡Da la vuelta!! *grito*

Noto como mi cuerpo se impulsa hacia delante, causando que mi pecho arda por culpa del cinturón de seguridad.

Jared a frenado el coche de golpe a causa de mi grito.

Miro al hombre que está a mi lado, tiene la expresión de su cara completamente desencajada, mi grito a debido de asustarlo demasiado, la verdad siendo sincera ni siquiera sé de donde me han salido tantas fuerzas para gritar así.

-Yo...lo..siento *le digo*

Abro la puerta del copiloto para poder salir del coche, no puedo soportar ver la expresión que tienen sus ojos. Cuando tuve mi último ataque de pánico delante de alguien me juré a mi misma que no volvería a dejar que nadie me volviera a mirar con lástima.

Escucho como Jared me imita y también baja del vehículo para seguirme así que me apresuro en comenzar a caminar lo más rápido que puedo, bajo la carretera que llega hasta el aparcamiento del mirador de la playa.

Noto como el aire se traba en mi garganta impidiendo que baje hasta mis pulmones, mis pulsaciones están a mil por hora y no me extrañaría que acabara por desmayarme.

-¡Emory! ¡Em, espérame! *grita Jared*

Lo escucho muy lejano y no sé si es por el ataque de pánico o porque he salido corriendo lo más lejos de el que he podido, tampoco puedo andar más porque no pienso poner un pie en la arena de esa playa.

Miro a mi alrededor buscando algún lugar para ir pero todo es agua y arena así que terminó por dejarme caer contra el suelo del asfalto, las lágrimas viajan campantes por mis mejillas y la opresión de mi pecho cada vez es más grande.

Noto como unos brazos fuertes me sujetan por la espalda, su olor a madera me abraza y poco a poco su calor hace que me vaya calmando.

Intento zafarme de su abrazo pero Jared es más fuerte que yo...

No quiero que me vea así, la única persona que me ha visto tan mal a sido Helen y no pude mirarla a la cara en una semana, sentí mucho miedo a que me mirara igual que lo hacía la gente de este pueblo antes de marcharme al internando.

-Tranquila Em estoy contigo *me dice*

Noto como acaricia mi cabello y su gesto hace que mi dolorido corazón se caliente un poco, dejo de luchar por salir de este abrazo y me dejo caer sobre el.

-Llora todo lo que necesites preciosa yo voy a estar aquí cuando termines *me dice*

Su comentario desata algo en mi que causa que llore, patalee y maldiga hasta quedarme sin voz.

No sé si han pasado horas o minutos pero cuando ya me duele la garganta de llorar paro, recojo cada pedazo de mi corazón y lo vuelvo a unir para poder armarme de valor y levantar la mirada para unirla con mi viejo amigo.

-Hola preciosa *me dice sonriente*

No veo lástima en sus ojos, vuelvo a mirarlo para cerciorarme pero no solo veo su mirada juguetona.

-Lo siento mucho... *le digo*

-No te disculpes Em, me alegro de ser yo el que te recoge y no el que te ha causado este dolor *me dice*

Algo en su comentario no termina de gustarme.

Me separo de él y cómo puedo me levanto del asfalto, tengo las rodillas destrozadas pero aún así consigo mantenerme en pie.

-Emory ¿Qué pasa? *me dice preocupado*

Lo miro de arriba abajo y solo consigo ver a un hombre bueno que acaba de ayudarme en uno de los peores momentos de mi vida pero aún así algo en mi interior duele.

-No tienes derecho a opinar sobre mi pasado Jared *le digo dolida*

Lo veo dudar un segundo hasta borrar su sonrisa, me mira dolido y eso me hace sentir mal pero eso no quita que él no es nadie para opinar sobre lo que paso entre Elián y yo.

-Emory ¿no te das cuenta? El te a jodido la vida y aún así lo defiendes *me dice enfadado*

Una puñalada directa a mi corazón y no porque me duela que me haya dicho eso si no porque sé que es verdad, por más que Elián me joda yo continúo defendiéndolo.

-Eso no es asunto tuyo Jared *le digo*

Veo que hace el amago de acercarse a mi pero yo retrocedo, comienzo a caminar hacia el coche, en el proceso me quito los zapatos aunque haga frío por culpa de la brisa no me importa.

-Nunca pensé que él te había calado tanto *susurra*

Con tan solo oírlo y algo dentro de mi se revuelve.

Las lágrimas vuelven a mis ojos pero consigo controlarlas, siento rabia e impotencia porque tiene razón por mas que pasen los años Elián es parte de mi.

Media vida me la pase amándolo y la otra odiándolo pero siempre a permanecido en mi, está presente en cada maldito poro de mi piel, en cada palpitación de mi corazón porque nuestro maldito pasado siempre estará ahí.

No consigo sacarlo de mi mente, me equivoque al volver a este estúpido pueblo debí quedarme en Nueva York donde los únicos recuerdos que tenían de Elián eran malos pero en este maldito pueblo mire donde miré tengo un recuerdo de él.

Creo que esta maldita playa me a devuelto algo que hace años ya me dio, esta playa fue la que me impulsó a dar el paso de marcharme de aquí y ahora siete años después me lo acaba de devolver.

Esta maldita playa donde descubrí que todo fue una apuesta...

Donde mi pobre corazón se rompió...

Una vez más esta playa me a dado la solución.

Debo volver a Nueva York.




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