Pasado en los corazones

.51.

Cierro los ojos al instante en que hago contacto visual con sus ojos celestes.

La última vez que vi a Owen habíamos estado cenando en su casa y después de una noche de sexo dormimos juntos, a la mañana siguiente cuando me desperté no había ni rastro de Owen así que deduje que debía estar en el gimnasio.

Pase el día normal en la universidad, le escribí algún mensaje para saber si quería que nos viéramos ese día pero no recibí respuesta, Helen estudiaba una carrera diferente a la mía así que hasta la hora de comer no pude reunirme con ella.

La mirada y la expresión que tenía mi mejor amiga cuando quedamos en reunirnos en nuestra habitación para comer fue lo que me resolvió todas las dudas.

Helen me contó que Owen había llamado a su casa para avisar a su padre de que se marchaba de la cuidad de manera indefinida, mi mejor amiga entró en pánico cuando se enteró ya que ella creyó que yo me iba a ir con el, al verme esta mañana llegar a la habitación de la residencia se sorprendió pero no quiso decirme nada hasta estar segura de que Owen había partido de verdad.

Hacía dos horas que su propio hermano había sido quien se lo había asegurado, le dijo que se despidiera de mí de su parte y que me entregara una carta que había dejado en casa de su padre.

Nunca llegue a leer esa carta.

-Em por favor, dime que no estás teniendo un ataque de pánico *dice mi amiga*

Niego con la cabeza todavía con los ojos cerrados.

-¿Entonces porque tienes los ojos cerrados?

-Estoy esperando a que desparezca *digo*

Escucho su risa ronca, esa que en su momento conseguía que me cosquilleara el corazón.

-Bonita esta vez no voy a desparecer tan fácilmente *dice*

Ahí está su estúpido apodo.

Algo no me pasa desapercibido en su comentario, me debato entre preguntar o no pero mi boca desobedece a mi cerebro.

-¿Tan fácilmente? *digo*

Abro lentamente los ojos para volver a mirar a mi ex novio, Owen me dedica una media sonrisa esa que hace cuatro años me sanaba el alma.

-Creo que deberíamos sentarnos *dice Helen*

Vamos los tres hacia el salón y tomamos asiento, no hay ni rastro de Holland y la verdad es que lo agradezco ya que no tiene ni idea de que he tenido más relaciones aparte de Elián, relaciones como tal podemos contar con dos la de Elián y la de Owen, hubo líos esporádicos pero que no duraban más de una noche.

-Primero quería disculparme por marcharme sin darte una explicación

En su momento me dio mucha rabia que no me diera una explicación porque volví a sentirme engañada de nuevo, volví a sentir como otro chico del que me sentía enamorada me mentía. Le había hablado de Elián de como me sentí los primeros años de internado y aún así decidió marcharse sin ni siquiera despedirse.

-Me vi obligado a dejarte *dice*

Me río ante su comentario porque esta conversación se está tornando un poco surrealista.

-¿Que pasa que te apuntaron con una pistola o algo? *digo*

-Me chantajearon

Vuelvo a reír y estoy apunto de levantarme del sofá para irme a mi habitación cuando mi mejor amiga me agarra de la mano y me retiene a su lado.

-Em deberías escucharlo *dice*

Perfecto así que ella ya sabe la verdad y no sé a dignado a compartirla conmigo, estoy viviendo un maldito dejavú.

Owen comienza a relatarme la historia.

Una mañana al salir del gimnasio se encontró con un chico de más o menos nuestra edad, el chico le dio un sobre y le dijo que debía verlo cuando estuviera solo y que le llamara cuando estuviera listo para hablar.

Owen creyó que era un loco más de Nueva York pero cuando llegó a su apartamento abrió el sobre por mera curiosidad, en él había fotos de nosotros, en algunas salíamos desnudos o manteniendo relaciones sexuales.

Detrás de una en la que salía yo durmiendo completamente desnuda había escrito un número de teléfono.

Owen habló con el chico que le dio el sobre, le explicó que si no se alejaba de mí esas fotos iban a ser difundidas por la red y serían enviadas a todas las escuelas de Nueva York así evitando que cualquiera quisiera trabajar conmigo en un futuro.

Básicamente ensuciaría mi reputación.

Owen quiso hablar con su padre que era abogado pero temía que eso cabreara al chico de las fotos, después de estar dándole vueltas unos días decidió que debía de marcharse un tiempo fingiendo que me había dejado para cuando se hubiera calmado un poco el asunto hablar conmigo pero una vez se marchó yo volví a recaer en una profunda tristeza y Helen le pidió que se mantuviera alejado de mi.

Es cierto que cuando Owen se marchó me sentí abandonada de nuevo, viejos temores despertaron y viejas grietas volvieron a abrirse.

-¿Tú lo sabias? *le pregunto a Helen*

Ella asiente y veo como una lágrima resbala por su mejilla.

-Me enteré un año después, no podía dejar que otra vez sufrieras daño ya era la segunda vez que te veía sumida en esa tristeza no podía arriesgarte a una tercera.
+Si Owen volvía y el loco ese se enteraba podía difundir esas imágenes y tú perderías tu sueño de ser maestra....

Abrazo a mi mejor amiga ya que aunque ella y Owen no eran muy cercanos ella ya había empezado a cogerle cariño y sé que fue duro para ella también su marcha y que se sacrificara de esa manera por mí me ablanda el corazón.

-Bueno creía que te merecías una explicación, yo mañana por la mañana vuelvo a Nueva York *dice Owen*

Me levanto para también ir a abrazarle ya que él también tuvo que abandonar a su familia para protegerme.

-Florecilla te dejaste esto en mi casa....

La puerta de la entrada se cierra de golpe.




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