Pasado en los corazones

.52.

Me quedo paralizada en el sitio sin saber que hacer.

El no debería estar aquí.

No debería haberse enterado de la existencia de Owen así.

Me temo lo peor cuando me doy la vuelta para enfrentarme a sus ojos llenos de preguntas.

-Vaya no sabía estabas ocupada.

Silencio en toda la sala.

Pero no uno de esos cómodos para nada, las miradas que se lanzan Elián y Owen son como dagas, uno de ellos sabe quien es el otro porque sabe la historia pero mi primer amor no sabe que está delante de mi ex novio.

Conozco a Elián y no le hará ninguna gracia enterarse de quien es Owen, ahora que habíamos medio solucionado las cosas su aparición sé que causará problemas en nuestra reconciliación.

Así que hago lo único que se me ocurre.

Miento.

-Este es Owen el hermano de Helen *digo*

Vale de momento no estoy mintiendo.

-Y un viejo amigo *suelto*

Ahí está la mentira...

Escucho un carraspeo de garganta proveniente de mi mejor amiga que no debe estar muy contenta de mi presentación pero parece que a los chicos les sirve porque ambos se estrechan la mano.

-Soy Elián Davis *dice*

-Por supuesto que lo eres *dice burlón Owen*

Otra mala cara de parte de Elián y se que esto va a terminar muy mal si no consigo poner distancia entre estos dos por suerte algún ángel divino se a apiadado de mi ya que justo cuando voy a proponer marcharme con Elián a este le suena el teléfono.

-Florecilla, debo irme pero nos vemos esta noche *dice*

Nos hay pregunta en su frase.

Básicamente en esa frase Elián me está exigiendo vernos esta noche y no va a ser para una noche de diversión, quiere saber todo sobre Owen lo noto en su mirada azul oscura.

Mi amor cruza la puerta de la entrada a toda prisa mientas habla por teléfono con quien deduzco que es la enfermera cañón.

-Vaya así que ese era el capullo que te rompió el corazón *suelta Owen*

Una noche después de unas cervezas de más, le conté a Owen sobre la existencia de Elián y por estaba tan reacia a la idea de volver a entregar mi corazón de nuevo a alguien.

En algún momento creí que lo había conseguido pero ahora me doy cuenta que mi corazón siempre le a pertenecido a él.

-Bueno debo volver a mi hotel, si quieres hablar ya sabes dónde encontrarme *me dice Owen*

El resto del día transcurre normal como otro cualquiera de trabajo, los niños han estado más nerviosos de lo normal así que lo que más me gustaría sería irme directa a la cama pero cuando salgo de la escuela me encuentro con que mi viejo amor me está esperando.

-Pensé que nos veríamos esta noche *digo*

-Solo tengo unos minutos pero venía a traerte esto *me entrega un sobre*

Abro el sobre color amarillo que reconozco a la perfección ya que la florista del pueblo lleva usándolos décadas, dentro de él hay un puñado de semillas de mi flor favorita.

Una punzada directa al corazón.

Los ojos se me empañan y quiero confesarle que esta mañana no he sido del todo sincera con él pero tengo miedo de su reacción.

Elián debe interpretar mal mi gesto ya que me rodea con sus brazos y deposita un beso en mi coronilla.

-Solo quería que supieras que siempre recordaré todas las cosas de la vieja Florecilla  y me aprenderé las nuevas.

Me derrito ante su comentario, se está esforzando en recuperar lo nuestro y eso debería estar haciéndome feliz pero solo me hace sentir culpable.

-Elián debo decirte....

-¡¡Doctor Davis!!! *grita una voz aguda*

El pequeño Gael acompañado de su madre se precipita hacia los brazos de mi acompañante, este se apresura en cogerlo al vuelo después empieza a dar vueltas con el niño en sus brazos.

Una sonrisa boba se instala en mis labios imaginando un futuro en el que Elián sostenga así a una mini personita fruto de nuestro amor.

Miro a la madre de Gael y veo una mirada soñadora es sus ojos, recuerdo su historia y como el padre de Gael los dejo. Me hace pensar en mi padre y que consejo me daría el ahora mismo.

Seguramente me diría que no mintiera al amor de mi vida y que fuera valiente, también creo que no estaría muy feliz de que el amor de mi vida sea ese chico al que tenia que echar a altas horas de la noche de mi habitación.

En el fondo sé que papá vio en Elián el hijo que nunca tuvo.

-Bueno campeón vuelve con tu madre que yo tengo que despedirme de tu profesora *me guiña un ojo*

-Doctor Davis, ¿la señorita Miller es su novia?

Su madre y yo intercambiando una mirada cómplice y puedo ver cómo la mujer intenta retener una sonrisa.

-Pronto campeón, pronto lo será *dice*

Quiero creerlo, en el fondo de mi corazón quiero cree que la nueva Emory conseguirá olvidar el pasado y amar sin miedos ni rencores de nuevo a este hombre.

Después de una rápida despedida Elián se marcha de nuevo al hospital para terminar unos papeles quedamos en que me recogerá dentro de unas horas así que me apresuro en volver a casa para comenzar a arreglarme.

Termino poniéndome lo más seductora posible ya que así será más fácil distraer a Eliàn mientras le cuento toda la verdad o bueno eso lo que me ha aconsejado Helen después de echarme un sermón por haber mentido esta mañana respecto a su hermano.

Sé que a ella le habría encantado que lo mío con su hermano hubiera salido bien, es un tema del que no solemos hablar pero sé que ella estaba ilusionado con la idea de que fuéramos cuñadas.

En eso me recordaba a Jane.

Cuando he terminado de aplicarme la última capa de mascara de pestañas me llega un mensaje de Eliàn avisándome de que ya está fuera espesándome en el coche.

Me calzo unas bailarinas y frente al espejo, me mentalizo y repaso por última vez la disculpa que he preparado.

Salgo de la casa y casi me caigo de culo cuando veo al hombre trajeado que me espera apoyado en su camioneta.




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