Pasado en los corazones

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Quedan quince minutos para que empiece la primera función que consiste en una mini obra de teatro sobre los diferentes continentes que hay, Max representa a Europa y está la mar de contenta con su papel, lleva todo el mes ensayando como loca.

Desde que ha descubierto que soy su tía Em no a parado de contárselo a todo el mundo incluidos el resto de mis alumnos, tuve que tener una charla explicándoles una historia adecuada para sobre edad sobre cómo termine siendo la novia del tío de Max.

Ojalá todos viéramos el mundo igual que lo hacen los niños.

Todos estaban felices por saber que había terminado siendo novia del chico que del que me enamoré cuando más o menos tenía su edad.

No me paso desapercibida la mirada soñadora que le dirigió Max a Gael pero eso lo veremos dentro de unos años cuando sean más mayores.

Busco a Eliàn entre bastidores ya que en el público no le veo, ni rastro de él ahí así que me encamino hacia los baños pero nada de nada.

-¿Has visto a Eliàn? *pregunto*

-La ultima vez que lo vi iba al despacho de su madre

Me dice mi prima Holland antes de tomar asiento en primera fila junto a Jane, Helen está en casa terminamos de arreglar todo para su futura mudanza eso si nos ha obligado a grabar a su bichito que es como llama de forma cariñosa a Max.

Esas dos se han echo grandes amigas.

Me encamino hacia el despacho de la directora Davis cuando todo se vuelve oscuro, todas las luces se apagan de pronto.

No ahora no.

No puede haberse ido la luz justo ahora.

Verbalizo algunas maldiciones mientras cojo mi teléfono móvil para encender la linterna para volver a la sala de actos.

Como no soy yo la que vivió todo el suceso que paso entre las sombras os voy a dejar que sea mi amor quien os lo cuente.

Eliàn Davis os está narrando esto

Ahora que estamos solos y mi florecilla no os está escuchando os contaré porque me fui corriendo de mi última visita médica y porque llegué tres horas antes a la función de final de curso de mi sobrina.

Estoy atendiendo a la señora Vázquez una mujer latina de unos setenta años que viene casi cada día a que le revise una parte diferente de su cuerpo, Em dice que está enamorada de mi y que por eso va tanto a la consulta para que la revise. Yo le digo que no es cierto pero en el fondo creo que tiene algo de razón.

La despido con un hasta mañana porque literal se que vendrá mañana con otro extraño dolor que no tiene cura ya que no existe.

Mi teléfono móvil vibra en mi escritorio y yo me abalanzo sobre él esperando que sea un mensaje de mi florecilla pero es un número oculto el que me ha escrito.

Sé que es Michael en cuanto lo abro.

*Espero que a tu perra le guste la oscuridad porque es lo único que va a ver en su estupida escuela*

Dejo el teléfono y todas mis pertenencias en la consulta para ir hacia el aparcamiento y coger mi coche para poner rumbo a la escuela.

Llego allí con el corazón latiéndome desenfrenado en el pecho, voy lo más rápido que puedo hasta la sala de actos donde sé que estará Em preparando todo para esta tarde.

Cuando me ve me dedica una sonrisa de esas que me ablanda las piernas y estoy seguro que hasta se me debe de caer un poco la baba.

Que le voy a hacer si estoy enamorado de esta chica completamente.

Cada respiración, cada latido de mi corazón, cada pensamiento que tengo le pertenece a ella.

Parece que todo está bajo control así que la saludo como siempre para no alarmarla, quizás solo a sido un engaño de Michael.

Veo a mi madre y hablo con ella un rato para ponerla sobre aviso pero le pido también que no le comente nada a Emory.

Sigo con la mosca detrás de la oreja cuando han pasado un par de horas pero cuando empieza a saltarme las alarmas es cuando veo que el despacho de mi madre tiene la puerta abierta, desde lo que paso con Emory ella suele cerrarlo.

Justo cuando voy a ir a investigar todas las luces de la escuela se apagan y todo queda sumido en una profunda oscuridad.

Maldito Michael Jone pero esta vez no te me vas a escapar.

Busco mi móvil para encender la linterna, maldigo al recordar que me lo dejé en la consulta.

-Vaya Vaya si es el mismísimo Eliàn Davis en carne y hueso.

Busco entre la oscuridad de donde proviene la voz de ese cabrón pero es en vano parece que está moviéndose porque no la escucho claro.

-Entendí todo mal cuando le hice daño directamente a ella.

Pego mi cuerpo contra las taquillas de este pasillo y espero a que los ojos comiencen a acostumbrarse a la falta de luz.

-Siempre fue a ti con el que tenía que haber empezado.

Me pongo en guardia cuando noto que está más cerca de mi.

-Nada le dolerá más a esa estupida zorra que acabando contigo Davis
+Disfrutaré viéndola llorar sobre tu tumba.

No puedo dejar que Em vuelva a pasar por eso, jure el día que sus padres murieron que nunca volvería a verla en ese estado de dolor. Pienso protegerla siempre aunque la vida se me vaya en ello.

Noto un puño sobre mi mejilla, intento devolverlo pero es en vano.

Escucho su risa macraba antes de recibir una patada en el estómago, lanzó golpes pero él es demasiado rápido.

-Cuando esté demacrada tirada sobre tu tumba en ese asqueroso cementerio, pienso hacerla mía justo ahí sobre tu cadáver.

La vista se me acostumbra y ya puedo ver unas sombras, le propinó un golpe que termina aterrizando en su cara o eso creo.

-Vaya Vaya así que piensas ponérmelo difícil, genial vamos Davis enséñame lo que sabes hacer.




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