Otros recuerdos

Anteriormente conté lo que fue estudiar la primaria y como me iba en el aula. Pero cuando estaba en casa era otra cosa.

Lo que recuerdo cuando era pequeña, lo primero que se me viene a la mente es cuando me perdí.

Así es me perdí. Mi mamá salió no recuerdo el motivo, dejándonos a mi hermana y a mi solas.

Solo se que abrí la puerta de la calle, el cancel y me fui por toda la calle hasta llegar a la parada del camión, me subí y me senté. Yo solo veía por la ventana me sentía feliz. Hasta que una señora me tomo del brazo y me jalo hasta bajarme con ella del camión. Me llevo a su casa y ahí estuve. Hasta que llegaron por mi. Cabe mencionar que yo tenía dos años y diez meses aproximadamente y son vagos los recuerdos que tengo de ese momento. Yo estuve ahí en la casa de esa señora hasta que mi mamá llegó por mi. Tiempo después supe que mi mamá la paso mal buscándome. Te imaginas llegar a tu casa y no ver a una de tus hijas. Que terrible momento para mi mamá. Ella me cuenta que le hablo a mi abuelo para ayudar a buscarme, me buscaron hasta en los aljibes. Me bocearon por toda la colonia y en la aledaña. Gracias a Dios no se quién le dijo a mi mamá que una señora tenía a una niña perdida en su casa. Era yo.

Me pongo a pensar que hubiera sido de mi si mi mamá no me haya encontrado. Pero me alegra que si lo haya echo.

Todo lo que la inocencia de un niño puede hacer. Salir sin pensar en nada más. Hoy en día solo es recuerdo. Pero que angustiante debió haber sido ese día. Me pongo a pensar siendo mayor, de todos los pequeños que salen de sus casas sin que se den cuenta los papás y jamás los vuelven a ver. Que martirio para una madre y un padre no volver a ver jamás a un hijo.

Eso es lo primero que me viene a la cabeza, del día que me perdi.

Estar en la casa si era divertido por qué tengo cuatro hermanos más pequeños con los cuales jugaba y también me peleaba. Siempre había un juego en el cual construiamos con lo que hubiera en casa, con los cojines, las toallas de baño, las cobijas y cuanta cosa encontráramos. Lo que si no puedo dejar pasar es que éramos unos tremendos, a decir verdad no siempre querían a mi mamá que nos llevara a dónde la invitaban por qué si éramos demasiado traviesos y mejor mi mamá prefería no ir a dónde la invitaran. Pobre de ella que pues sabía lo que tenía y mejor prefería quedarse en casa a qué la hiciéramos pasar coraje.

Hoy en día cuántas mamás tienen lo mismo, niños demasiado traviesos y les vale, aún así van a dónde sea, hay algunas que se hacen responsables pero otras no toleran que no soporten los demás a sus criaturas desmadrosas, hasta terminan ofendidas.

Yo en mi lugar no e tenido que pasar por momentos incómodos con mis hijos por qué les e enseñado como comportarse a dónde vamos.

Tener hermanos traviesos si es trabajo pesado. Yo siendo la mayor pase en la casa varios sustos. Uno de ellos fue el día que uno de mis hermanos más chicos se cayó de una altura de dos metros, escuché un fuerte golpe, salí corriendo de mi cuarto, vi a dos de mis hermanos uno diciéndole que se caye y el otro chillando de dolor, pregunté que pasaba, cuando me acerque vi la frente de mi hermano llorando, inflada y morada me preocupe, entonces mi hermano que estaba con el me dijo que se aventó de un hueco que estaba en las escaleras que da a la azotea, de ese hueco el pego un brinco a la segunda planta pero él era muy pequeño, la altura era demasiada así que cayó de pura frente al piso, antes no se mato mi hermano por qué una altura así es demasiada para un pequeño niño. Lo único que hice en ese momento fue echarle manteca con azúcar en la frente para bajar la inflamación, no recuerdo a dónde fue mi mamá y tampoco si le dije de lo que ocurrió con mi hermano. Hoy en día aún recuerdo ese suceso y doy gracias a Dios que no paso a mayor, mi hermano ahora es un adulto sano. Nunca le e preguntado si recuerda ese día.