Primer día de secundaria

No puedo creer que me hayan aceptado en la secundaria con ese promedio, siete punto nueve. Pero ahí estaba, el primer día de clases, la verdad es horrible el primer día.

Para empezar ya no te acompaña tu mamá a tu salón, no es como en la primaria que te llevaban a la puerta del salón y todavía se quedaba ahí hasta que llegara la maestra. Aquí no. En mi caso la secundaria donde me inscribió mi mamá para empezar escojio esa por qué tenía transporte escolar pero ese transporte no era de la escuela sino que los mismos padres contrataron al conductor para llevar a los alumnos hasta la puerta de la secundaria. Esa escuela estaba algo retirada de dónde vivo, el camión público me dejaba en la esquina de la calle donde estaba la secu pero era una calle panteonera, muy larga, yo estaba en la mañana así que a las 6:30 am estaba aún muy oscuro por esa razón me iba en el transporte escolar. Pasaba a las 6:20 am en la entrada de mi colonia, si querías irte sentada tenías que ir a la entrada donde hacía su primer parada, mi mamá siempre me acompañaba a la entrada para alcanzar lugar, siempre en los tres años que estuve ahí me tocó irme sentada y se llenaba a full, no era un camioncito grande. Pero cuando no pasaba o se me pasaba me iba en taxi pero con otros cuatro alumnos más y entre todos nos dividiamos el total. En otra ocasión me fui en camión público pero no en el que me dejaba en la esquina de la secu, no. Pori colonia entraba una ruta de camión pero ese me dejaba lejos de donde estaba la secundaria, lo bueno que muchos alumnos llegaban por ese lado y con había parada de camión estaba repleta de gente a comparación del otro camión que tedejaba y estaba solo. Esa ventaja tenía ir en esa ruta que entraba por mi colonia, aún que caminaba más pero ya no iba sola. Fueron pocas ocasiones cuando el transporte no pasaba.

Cuando salí de la secundaria seguia el mismo transporte pero era otro conductor. Hoy en día no sé si aún tenga trasporte escolar la secundaria.

El primer día de clases no se me olvida. Recuerdo que llegue a buena hora, aún estaba oscuro, eran muchos alumnos, en el alto parlante se escuchaba la voz del director que nos daba indicaciones, teníamos que formarnos conforme al grupo que nos tocó a los alumnos de nuevo ingreso. A mí me tocó el grupo C.

Eran cuatro edificios, el primero estaba al entrar, ahí estaba la dirección y las demás oficinas. Enfrente estaba otro edificio que era para los talleres, del lado derecho estaban dos edificios más, era para el alumnado, conserjería y para química. A mí me tocó en el primer edificio en la segunda planta. Subiendo las escaleras a mano izquierda, obviamente aun lado del grupo D.

La primer materia fue matemáticas.

Ese día cuando llegaban los maestros se presentaban y nos daban el horario de sus clases. Nos sentaron conforme a nuestro apellido, me tocaba siempre en la segunda fila.

No recuerdo cuántas materia antes del primer recreo. Que por cierto ya no era recreo, en la secundaria se llamaba receso, había dos, el primero duraba veinte minutos y el segundo diez. Había alumnos que se quejaban, decían que sería mejor que hubiera uno solo de media hora, pero en los tres años que estuve ahí nunca paso eso, fueron siempre dos recesos.

Para mí el primer receso que tuve fue horrible. Por qué no tenía con quién pasarlo. De las compañeras que tuve en la primaria ninguna estaba por aquí, ni en mi grupo y tampoco en otro. Era terrible por qué me acuerdo que llevaba mi lonche pero como estaba sola se me quitaba el hambre, lo guardaba y terminaba comiendomelo en la casa. A veces también lloraba por que de verdad me sentía sola. Lo bueno que no duró mucho tiempo ese episodio, un día al sonar la chicharra baje a la cooperativa y le compré un lonche, cuando me lo dieron me di vuelta pensaba irme a comerlo pero vi que en la fila estaba una compañera, me acerque a ella y sin titubear le dije que si podía juntarme con ella. Para mi suerte me dijo que si. Me sentí aliviada. Desde ese día ya no me senti sola. A de más hice más amistades.

A veces estar solo no es tan bueno. Me refiero cuando entras a un nuevo lugar donde no conoces a nadie. Cómo dije antes, yo hasta lloraba. No todos son amigables o empáticos o considerados. Digo esto por qué el primer día también nos dijeron que teníamos que escoger un taller, nos formamos en la fila en la cual está a colocado un letrero del taller. Taqui mecanografía y artesanías se llenó primero, carpintería y electricidad no me llamaba la atención. Por último quedó corte y confección aunque no quería era el último que quedaba, al final de esa fila estaba una compañera que era de mi mismo grupo, platique con ella. Hasta que nos anotamos en una lista. Pues bueno al día siguiente cuando tocó el primer receso ella ya estaba apunto de salir del salón y la alcance, la verdad si estaba nerviosa pero aún así le pregunté, -¿Puedo juntarme contigo en el receso? - No se que paso por la mente de ella pero por la mía juraba que diría que si, lamentablemente me dijo que no, por qué ya tenía una amiga con quién juntarse. Sentí horrible. Quiero pensar que no lo hizo con maldad al decirme no. Talvez su amiga no estaría de acuerdo que entrata yo hacer tercera. Pero ni siquiera me dijo lo voy a pensar o déjame le pregunto a mi amiga. Algo que le diera esperanza. Solo me dijo no.

Lo bueno que ese no, no me quitó la esperanza de poder juntarme con alguien a la hora del receso, días después fue cuando volví a ver a otra compañera formada y sin dudarlo le pregunté lo mismo esta vez ella me dijo si. Cuando escuché el si sentí un alivio. Ya no pasaría los recesos sola, comiendo mi desayuno llorando o con nudo en la garganta.

Espere a que la atendieran en la cooperativa y las dos nos fuimos a desayunar nuestro lonche.

Nos hicimos preguntas para romper el hielo. Así no la pasamos platicando todo el receso, hasta se me hizo más corto.

No olvidaré esos dos primero nombre del primer día, la primera se llamaba Laura y la segunda Áurea.