-Yo también soy de Taured, en realidad.- Me dijo Angèle. —Un día subí a la cima de una colina, y de ahí todo era diferente, todos decían que el lugar se llamaba Andorra, y no entendía nada. Al rato descubrí investigando sobre los mundos paralelos, y supe que yo no soy de aquí, y tú tampoco. —
—Espera... ¡Yo también subí una colina antes de irme! ¿Pero qué haces aquí en Japón?—
—Como no tengo ningún pasaporte por ser de un país inexistente, me compré documentos ilegales, y me descubrieron, por eso estaba en la misma sala que tú.—
—¿Y no puedes simplemente regresar a nuestra..... Dimensión?—
—Supongo, tal vez haya una especie de portal dimensional en esa colina, pero nunca he intentado ir hacia allí, no quiero volver a Taured.—
—¿Y por qué no quieres vol.-?—
—¡Simplemente no quiero!— Me interrumpió antes de responder. —Si quieres volver, te recomiendo que vayas a Andorra lo más rápido posible.—
—¿Y cómo hacemos eso?— Dije yo.
—Lo mejor será hacer un pasapoete falso, con una identidad falsa, para eso, tendremos que comprarte un pasaporte falso...y para eso, tendremos que salir de este hotel...Pero los guardias que tienes no nos facilitarán la salida.—
—Salgamos por la ventana, hay un árbol afuera que nos puede facilitar la caída si nos agarramos por las ramas.— Propuse yo, estábamos en un 5to piso, pero el árbol era la clave.
—Buena idea, toma tu maleta y vámonos.—
Abrimos la ventana, tomé mi mini maleta y saltamos al árbol que estaba cerca, y fuimos bajando poco a poco mientras nos agarrabamos de los ramas para no caer.
Tardamos un poco, pero una vez abajo, empezamos a correr hacia las calles de la gran Tokio.
—¿y a dónde vamos?— le dije.
—A Nishinari-ku (西成区), donde yo compré los pasaportes falsos.— Y corrimos hacia tal barrio.
Nada qué decir, era obvio que se trataba de un barrio 'chungo' de Osaka, o al menos eso pensaba.
Llegamos a una casa algo alejada, y bastante escondida, en un callejón. Tenía un pequeño garaje. Ahí, Angèle dijo unas palabras japonesas, y se abrió el ya mencionado garaje.
Había un grupo de personas japoneasas conversando, ahí Angèle, con un tono de voz esta vez más pasivo, les habló en japonés, y supongo que les pidió un nuevo pasaporte para mí.
Ellos no parecían muy contentos sobre tal cosa, y la situación se les escapaba de Angèle de las manos, así que de mi maleta, saqué una bolsa con yenes, que me había dado mi jefe antes de irme de viaje. Obviamente no les entregué todo, pero parece que eso les animó. Dijo que para la noche estaría listo.
Tuvimos que quedarnos ahí un buen rato, y ya no nos intimidaba mucho el grupo de japoneses que había ahí.
—Si aquí fue donde compraste tu pasaporte, y te pillaron antes, ¿Cómo sé que esto es seguro?— Le dije a Angèle.
—Tranquilo, me descubrieron porque cometí un delito hace poco, por eso cuando me detuvieron en el aeropuerto, descubrieron que mi pasaporte es falso, pero no le toman mucha atención.—
A la noche, lo habían terminado, una identificación modificada, lo único que necesitamos. Acto seguido, nos fuimos al aeropuerto y conseguimos el pasaje más pronto hacia Barcelona.
Todo iba saliendo bien, de hecho, ya íbamos entrando al aeropuerto, hasta que vi a lo lejos a Ryota, el interrogador de antes, hablando con la seguridad.
—Angèle, nos descubrieron.— Le susurré.
—¿Qué?—
—Nos están buscando.—
—Mierda, ya estamos entrando al avión, así que no pasa nada.—
Para nuestra suerte, al rato el avión despegó, y no hubieron inconvenientes, pero de seguro que habrá mal sabor de boca para Ryota, que de seguro lo despedirán.
Ahora rumbo a Andorra.