Pase lo que pase, siempre te querré ©

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Cara Smith

Son sólo las doce pero yo ya me quiero ir a casa, estamos en un local no muy lejos de mi casa, hay varios tíos mas y alguna tía, todas están mirando a Steve con ojos deseosos, me estoy poniendo super celosa. La mitad son unas golfas del Instituto Concha De Mar, todo sabían que el nuestro, Instituto Cold Water es mejor. Hay también otras chicas que no reconozco, una de ellas es muy maja, es con la que me he pasado la noche hablando ya que Steve estaba muy ocupado dejándose calentar la polla a miradas. 

-Steve, no me encuentro muy bien, ¿Me puedes llevar a casa?-. Hice amago de llevarme la mano a la cabeza. -Claro preciosa. Adiós chicos, pasarlo bien y no os coloquéis mucho sin mi cabrones-. Su jerga me desquiciaba un poco, sabia que era de los malotes, de los deseados, pero tanto...

Me llevó a casa y lógicamente le invité a subir, era pronto y lo que no pensé era encontrarme a mi hermana con Dueñas en el sofá, viendo como esté la tenia abrazada y como Helena apoyaba si cabecita dócilmente sobre su pecho. Le sonreí complicemente y me retiré con Steve a mi cuarto. -Helena, corbata negra-. Nuestro código secreto era indescifrable. -Pajarita blanca. ten cuidado con papa, esta en la cama ya-. -Mañana hablamos-. -mmm-. fué lo que escuché como respuesta.

(Adrián) Dueñas

Estoy sentado en el sofá de los Smith con la hermana más guapa de las dos, Helena. Hace tiempo que esta mujer me vuelve loco, pero esta noche cuando la he visto en la fiesta, me he vuelto loco. Tengo a Helena apoyada en mi regazo y puedo sentir como sus párpados se cierran. Me incorporo con delicadeza y la cojo en brazos. Luego me doy cuenta de que no sé cual es su habitación. Ella por los cambios de postura se despierta y me mira dulcemente, pagaría un penique por sus pensamientos. Ellas se incorpora y me besa, joder, esta chica me va a matar, besa mejor que los ángeles. Es verdad de que esta noche pensé que lo haríamos y mañana le pediría salir, pero con lo que yo no contaba era con que fuese virgen...

-Adri, vamos a mi cuarto-. Lo dijo muy bajito como si le diese miedo el que me neragara. Cuando pasamos por la habitación de su hermana lo supe, los gemidos eran demasiado fuertes para no oírse. -Princesa, con lo de antes... cuando tu quieras-. ella esbozó una sonrisa nerviosa y asintió. Supongo que eso sea un sí.

-Pasa, ahora doy una luz, ¿o estas bien así?-. Se la notaba nerviosa. -Está perfecto-. Ella estaba de pie mirando hacia la ventana y yo estaba asentado en su cama. De improvisto me besó. Fué un beso demasiado esperanzador.

Helena Smith

No me lo podía creer, dueñas esta en mi habitación y yo estaba con el y nos estábamos besando. Paré un segundo y le susurré. -Estoy prepara-. Mi voz sonó baja y apagada pero a sus oídos llegó con una fuerza casi vergonzosa. -Eres mía pequeña-. Esa voz, esos labios... me lancé y los devoré con fuerza.

Fué el el que se tumbó encima mio, y mientras él me besaba me iba desabrochando la falda, me quitó la camiseta con la delicadeza de los ángeles y acto seguido desabrochó el sujetador lanzándolo a una esquina del cuarto. tomo mi pecho izquierdo con su boca y lo envolvió, mordió, pellizcó hasta que estubo demasiado duro para ser real, cuando terminó con uno, se lanzó al otro. Cuando terminó, yo me di cuanta de que estaba demasiado caliente para parar ahora. Le quité la camisa de una sacudida y empecé a darle una tortura de besos por todo el pecho hasta llegar a sus caderas, donde me paré y acaricié suavemente la erección que crecía y crecía con cada caricia. Nos terminamos de desnudar entre gemidos y jadeos cuando alguien llamó a mi puerta, me hice la dormida pero las manos de Adrián en mis pezones perfectamente erectos me traicionó y solté un gemido aún mas fuerte.  Este chico me va a matar...

 




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