Pase lo que pase, siempre te querré ©

***

Helena Smith

Me desperté con dolor de cabeza y un pesado brazo rodeandome la cintura. Le di suavemente un beso en la cabeza a Alex, eso bastó para que me liberarse y me levantase. Me metí en el baño sin tan siquiera mirar el reloj, me observé ante el espejo, mi pelo estaba alborotado y mis ojos tenían grandes ojeras. 

Eran las nueve y media, abrí con cautela la puerta de mi habitación y me percaté de que no quedaba nadie en casa, mi padre hacía horas que había marchado a trabjajar y el sofá aún caliente me avisó de que Cara se había marchado hacia relativamente poco tiempo. 

Me prepare un desayuno a base de café solo y acto seguido entre en la ducha. Cuando salí Alex me esperaba envuelto con todo mi edredón pero despierto. 

-Buenos días enana, ¿tu no tenías exámen hoy?-. Su voz sonaba sexi y divertida. Para variar. -Mierda, el exámen de física y química, lo había olvidado por completo. Ayer le prometí a Astrid que le ayudaría-. Mi voz sonaba alarmada. - Querido, te puedes quedar, pero yo me tengo que ir, el exámen me llama-. Empecé a cambiarme ante la mirada inquisitiva de Alex, no hera la primera vez que me veía así, y cruzo los dedos para que no sea la última. 

Alex 

Empezó a cambiarse delante mio son el mínimo pudor, vi que se acercaba al armario más de lo que hubiese deseado. Al final vi que se de cantaba por unos vaqueros ajustados y un top negro, se calzó sus Adidas y se acercó a mi. 

Era mi momento, ahora o nunca. Hizo amago de darme un beso de despedida cuando en el último momento me adelante y estrellémis labios contra los suyos, no se apartó. Tanto ella como yo, eramos conscientes de lo que estábamos haciendo, pero ta no había vuelta a tras. 

Una llamada en el móvil bastó para separarnos y avisar a Helna que le tocaba volar, de lo contrario no de dejarían realizar el exámen. 

GSi quieres te llevo con el coche si es que no he perdido las llaves-.  Sabia perfectamente donde las había dejado la noche anterior. - esta bien, pero en 15 minutos tengo que estar allí, ¿lo conseguiremos? -. Su voz era de preocupación. -No lo dudes-. Salté de la cama de un brinco y me planté en la puerta principal con las llaves de mi todo terreno en la mano. 

Llegamos al instituto en diez minutos, y se bajo del coche no sin antes deposiamtar un dulce beso en mis labios. Lo nuestro por la seguridad de ambos tendría que ser un secreto. No la culpo. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.