Pasión Escalofriante

Capítulo 28: Lo que crece también incomoda

Empecé a dejar currículums.
Traducciones, redacción creativa, clases de español para extranjeros.
Madrid me sonreía, tímida, pero me sonreía.

También visité universidades.
Pensaba en estudiar una maestría.
Tal vez en literatura, o comunicación.

Sentía que mi vida no solo era él.
Era la ciudad.
Era yo misma.
Era lo que quería llegar a ser.

—¿Buscaste universidades? —me preguntó Julián esa noche, mientras cenábamos pasta y vino.

—Sí. Estoy pensando en aplicar a la Complutense.
O a un curso de escritura.

—Eso es… increíble.
Su voz sonó extrañamente neutra.

Lo miré.

—¿No estás contento?

—Sí. Claro. Solo…
No esperaba que todo fuera tan rápido.

—¿Rápido? Solo estoy explorando.

—Lo sé. Solo que…
Me da miedo que un día te despiertes y ya no me necesites.

Sus palabras me helaron.

—Julián, esto no es para alejarme de ti. Es para estar mejor conmigo.
No quiero ser una sombra en tu vida. Quiero ser alguien que también brilla.

—Y si empiezas a brillar en otro lugar, con otra gente…

—¿Estás celoso de mi libertad?

Silencio.

Esa noche, no hicimos el amor.
Dormimos espalda con espalda.
Y por primera vez, sentí que el deseo también puede doler cuando se mezcla con la duda.

Al día siguiente, me llamó Ana, mi amiga.

—Tengo una entrevista para ti. Mañana a las 10. Una editorial necesita alguien que revise manuscritos. Es freelance, pero paga bien.

Acepté.

No sabía si era el inicio de una nueva etapa.
Pero sí sabía que no iba a dejar de avanzar, aunque el amor se tambaleara un poco.

Porque quien ama también debe aprender a acompañar el vuelo del otro, incluso si eso lo asusta.

ESCRIBAN SUS COMENTARIOS - LES AGRADEZCO ME AGREGE A LA BIBLIOTECA Y ME REGALEN CORAZONES.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.