Era sé una vez, hace mucho mucho tiempo, cuando el mundo aun no tenia vida, que nació una pequeña gota de agua.
Al principio la gotita Aqua se sentía feliz ilusionada, curiosa con todo lo que había a su alrededor. Pero a medida que pasaba el tiempo se fue sintiendo sola y triste.
Un día, Aqua estaba muy tranquila bajo un árbol cuando una tormenta se formó sin previo aviso. La tormenta fue tan fuerte que la gotita temblaba del miedo.
¡Bum!
Un rayo cayó en el árbol en el que se refugiaba y la tormenta cesó dejando a Aqua amedrentada.
Cuando la gotita abrió los ojos vio un destello de luz tras el árbol. Lo rodeó y vio a una pequeña chispita de fuego: Hot.
Pronto se hicieron amigos. Aqua disfrutaba lanzándole gotitas de ella misma y viendo como se convertían mágicamente en vapor, peto cuando él intentó lanzarle chispas a ella no pudo, pues de a Aqua le dolía.
Aquel no fue el mayor de los problemas, pero si el primero de muchos.
Encontraron soluciones y formas alternativas de poder jugar ambos y juntos. De poder hacer bromas sin hacerse daño.
Los años pasaron y los dos seres crecieron. Como dice el dicho:
entre broma y broma uno de los dos se enamora.
En este caso fueron ambos, pero el único que se atrevió a dar el primer paso fue Hot.
Un soleado día, estaban jugando en el campo cuando él la cogió y le dio un beso.
Aqua aturdida y dolorida, lo apartó haciéndose más daño. Al ver que tardaba más de lo normal en curarse empezó a echarle la culpa mientras Hot se disculpaba arrepentido.
Aqua estaba tan enfadada que le dijo que se fuera. El día se volvió gris y Hot se alejó de ella en sentido contrario.
Aqua comenzó a llorar sin saber muy bien por qué y se queso de rodillas donde estaba. Miró hacia atrás, Hot se había apagado y estaba en el suelo. Quiso ayudarlo pero ya era todo ceniza. En un último esfuerzo él la miro antes de desaparecer y ante aquella mirada ella se derritió dejando nada más que un pequeño charco en el lugar.
Ambos había desaparecido.
El viento comenzó a soplar y arrastro los restos de ceniza hasta el charco creando una pasta sin vida.
Al no existir ninguna de las dos criaturas la pasta se fue secando hasta ser un abono compacto sobre la tierra.
Los siglos pasaron con la ausencia de los amantes hasta que, una noche de luna nueva, hubo un gran diluvio que inundó la zona en la que los restos de ambos al fin se había encontrado sin dañarse. Un rayo cayó en el lugar y la tormenta finalizó.
A la manan siguiente te el sol brilló con mas fuerza que nunca y un pequeño brote nació en la marca pastosa.
Con los años fue creciendo. Pasaron tanto como los amantes habían logrado vivir, y justo a noche del aniversario de su muerte, el árbol los devolvió a la vida unidos para siempre, donde nada ni nadie los podría separar jamás.
El tronco ardía y las ramas eran de carbón en honor a Hot. Los frutos eran de hielo y la sabia solo era agua en honor a Aqua.
Y en honor a los dos, el árbol emanaba un vapor brillante cargado de los sentimientos de ambas criaturas y de recuerdos pasados que creaban esta historia en el tiempo.
Así nació el Árbol de la Vida, de la vida, muerte y resurrección de dos amantes creados por la madre naturaleza y destinados amarse en secretos, con unión, pero con el poder de crear más vida por cada gota, fruto o chispa que el viento llevará tan lejos como pudiera.