Alaia
Nota #1, si tu hermana te pide a las doce de la madrugada salir a buscarla, es porque está en problemas.
Lo ideal sería que ella los resolviera por su cuenta.
Pero, como en este lugar, las cosas no suceden idealmente, pues bueno. Aquí estoy.
Esto es lo que pasa cuando los roles entre familias, amigos o conocidos se pierden. Te la vives haciendo labores de madre para gente que solo es tu amiga o, te la vives cubriendo errores que no has cometido… Supongo que eso es lo que nos debe pasar a todos.
—¿Qué pasa? —pregunto somnolienta, se supone que la noche se hizo para dormir.
—Necesito que vengas, estoy tomada y me tengo que ir, mañana tengo clases —dice Anna (Hermana mayor por unos minutos, conocida por ser actriz y modelo) Mis ganas de ir por ella a esta hora son totalmente nulas, aparte de que si tanto quiere “asistir” a clases no estaría despierta hasta tan tarde, además de que la resaca no le ayudará a su cutis de bebé que tanto le gusta lucir.
—Puedes tomar un taxi y regresar a casa sin problemas —digo con tranquilidad. Si eso evita que tenga que salir de casa, yo misma se lo pido con alguna aplicación.
—El Anni—movil está aquí, no lo pienso dejar tirado acá, ven por mí —replica haciendo una pausa breve, los engranajes en su cerebro corren a toda prisa, buscando que de alguna manera yo cumpla con lo que ella quiere— a mamá no le gustaría que me abandonaras
¿Recuerdan que todo cambió por la llamada?
Pues sí.
Terminé tomando un taxi a esa hora para irla a buscar. Dándome cuenta de que estaba en la casa de algún famoso (Pretendamos que eso me emociona) y que eso significaba problemas.
Mi mente: Anna no puede estar aquí haciendo cosas ridículas…
La vida real: Annabeth está tirando su reputación más lejos que llegar de aquí al final del universo.
Lo peor fue cuando encontré a mi hermana haciendo una escena a un chico, vaya usted a saber quién.
—Vamos, seré súper buena contigo —Anna seductora está en su apogeo. Incluso pestañeaba de manera coqueta y le tocó el hombro al muchacho.
—Creo que se te subieron las copas, amiga —chico x dejándola por el suelo, simbólicamente hablando.
—Venga, guapo, soy Anna, nadie se resiste a mis encantos —ella perdiendo su dignidad olímpicamente
—Anna creo que es suficiente, ya podemos irnos —intento número ochocientos de evitar que mi hermana haga una estupidez para remediar otra.
—Pero hermana, es Justin —dice Anna súper convencida
—Pero no Bieber, así que vamos —digo, intento alejarla del chico x sin éxito y para hacer más dramático el cuento, mi hermana regó su bebida en x ¡Magnífico!
—Pues Anna, ven a limpiar tu desastre —Chico x tiene mal carácter, nos vamos.
—Adiós —digo y echamos a correr, Anna tenía que ser especial y pisar a no sé qué chica. ¿Por qué creí que en algún momento de la noche iba a salir invicta de esta situación?
—Perdóname —digo rápidamente, ya no me interesa saber quién es quién, solo quiero regresar a casa, para recuperar el tiempo perdido.
—Que se disculpe esa —responde Barbie Girl, nota#2: Jamás traten de insignificante a Anna.
—¿Y tú quién te crees? —dice arrogante Anna, si había alcohol en su sistema, el enojo se lo hizo desaparecer.
—Hoy no veremos, usted no sabe quién soy yo, Annabeth, vámonos —aprieto mi agarre en su brazo para hacer que se acerque más a la salida.
—No —Frena en seco y encara a Barbie. Como cuando ya sabes que esto va a terminar mal y no ha empezado.
—¿Qué pasa nena, se acabó la hora Cenicienta? —dice la chica para poner a arder el mundo.
—Lo que pasa, monita, es que a mí me respetan y yo no tengo que disculparme por un accidente tan simple —dice ella con toda la actitud que la caracteriza, si hay algo que puedes admirar de Anna es su capacidad para mostrarse poderosa, no voy a negar que eso es genial. Sin embargo, este no es el momento para utilizarla.
—Anna, basta —digo con autoridad
—Basta tú, Alaia, tienes que dejar que esta mona aprenda lo que le corresponde —me aparta y se acerca a ella.
¿Adivinan quiénes están peleando como gatas salvajes?
Sí, Barbie Girl y Anna.
¿Adivinan quién intenta buscar que las separen?
Sí, Alaia Parker
Entre los espectadores veo un chico medio indiferente y lo suficientemente alto como para agarrar a Anna. Camino en su dirección, dispuesta a pedir apoyo. Soy consciente de que esa pelea está pesada y golpeada no quiero quedar.
—¿Podrías ayudarme? —pregunto señalando a las gatas/fieras/chicas peleadoras
—¿Por qué debería? —responde altanero. Ok. Que se pudra. A mí no me vengan con más líos, me alejo y voy por otra persona, otro muchacho un poco más amable me sirve para el plan y acepta.