Pasión Latente

CAPÍTULO 14

Damián

El primer concierto había sido un éxito rotundo, la gente realmente estaba muy emocionada por la música y vernos como pareja. Bajando de las escaleras me encontré con mis hermanas que corrieron a abrazarme y felicitarme, aunque me sentía agotado, estaba muy contento.

—Lo hiciste genial —dice Luz.

—No sabía que Anna cantara tan bien, es raro —dice Estrella dejando la cizaña.

—Estrella, cuidado con lo que dices, a fin de cuentas, gracias a ella estamos aquí —digo intentando ser lo más neutral posible.

—¿Todo esto realmente fue por la gira? ¿Ya no te importa la honestidad? —pregunta Estrella y me hago la misma pregunta, porque no sé qué responder y mi demora le da la razón.

—Te odio Damián, no sé qué clase de hermano tengo —dice Estrella y Luz se va con ella.

—¡Chicas! —digo un poco alto, pero me ignoran, Anna aparece y me abraza.

—No le des importancia, seguro se les pasa luego, vamos, quiero tener una cita contigo esta noche —dice Anna y accedo, entre más actúe a favor de todo esto, más rápido comprenderé que no la estoy usando.

Nos fuimos a cenar al hotel nuevamente, Anna volvió a pedir licor, pero yo decliné la idea de seguirle la corriente. Es mejor no probarlo.

—Anna, gracias por esto, sé que no he sido el mejor novio y que tu fama no ha mejorado radicalmente, pero quiero hacerlo bien a partir de ahora —digo y la tomo de la mano.

—Estoy a nada de sonrojarme —dice ella coqueta— pero yo no me enamoro, así que tú tampoco lo hagas. No busques más en lo que no hay —dice ella con tranquilidad.

—Pero ¿Qué harás ahora? Porque ya yo tengo la gira, en teoría no hay mucho más que me ate a tu contrato —digo con aires de tranquilidad.

—Realmente no leíste bien el contrato, me hace entender que fuiste demasiado materialista, no eres más diferente de lo que yo estoy haciendo contigo —dice Anna.

—¿Perdón? —pregunto. Definitivamente fui un ciego.

—Tienes que estar conmigo por 1 año, así que ve pensando que harás en los siguientes 8 o 9 meses conmigo —dice ella

—Eso no es cierto —respondo.

—Ni sabes lo que firmaste, pero ese no es problema mío, concéntrate en la gira y en ser lo más adorable posible conmigo, no te distraigas con otras chicas y tampoco podemos dejar de tener citas —dice ella con tranquilidad. Sigo comiendo porque no tengo nada mejor que decir.

—Sé obediente —dice, por último. Seguimos en la cena, comemos y pues escuchamos la música de fondo, al final, nos besamos para los medios que andan por ahí y cada quien se va a su cuarto a dormir.

Después de 15 días de gira, me siento un poco agotado de la garganta, ayer tuvimos problemas con el volumen de algunos parlantes y me tocó esforzar un poco más la voz. Estoy casi mudo, en el desayuno bajamos todos menos Alaia que se quedó con Jeremy, según parece está enferma, trataré de verla después.

Nos pasamos la mañana y gran parte de la tarde paseando el país en el que estuvimos los últimos 4 días, La verdad es que tiene buenas vistas y paisajes. Al llegar al hotel, les digo que iré a mi habitación para dirigirme a la de Alaia.

Toco la puerta y me recibe Jeremy, lo cual me perturba un poco, pero de todas formas cumpliré con lo que me había prometido.

—¿Está Alaia? —pregunto

—Si, pero no está muy de ánimos para recibir visitas, puedes venir mañana quizá —dice él, tratando de cerrar la puerta.

—No —digo y empujo la puerta, Jeremy no dice nada y me deja pasar, veo a Alaia dibujando en un papel algo que no logro comprender y la saludo, creo que no se ha enterado de mí.

—Alaia —digo, ella levanta la cabeza para verme.

—Damián —responde con la voz un poco ronca, extraño.

—Me contaron que estabas enferma y pasé a verte —digo lo más natural.

—¿Por qué? —pregunta ella. Me pongo a pensar en la respuesta, analizando la verdadera razón por la que estoy aquí, de todas maneras, no es como si fuéramos amigos. Creo que solo vine porque… porque quería.

—Porque eres una amiga de Estrella y Luz, he visto que realmente no has disfrutado del viaje, todo el tiempo estás en tu habitación y ni si quiera en los conciertos te veo —le respondo, preguntándome ¿Por qué he estado preguntándome eso?

—Ellas pueden venir —comenta con lógica, lo peor es que tiene razón— así que, si no tienes nada más que decirme, puedes irte —dice Alaia y se levanta, la tomo del brazo, ella mira en esa dirección hasta encontrarse con mis ojos.

—Suéltame —dice ella y de un movimiento se zafa de mi agarre

—¿Por qué todo lo haces tan complicado? —pregunto —, no puede ser tan difícil responder unas preguntas —termino diciendo. Malo si nadie la viene a ver. Malo si alguien la viene a ver ¿Quién entiende a las mujeres?

—¿Perdón? Te recuerdo que no somos amigos y, adicional a eso, estás saliendo con mi hermana, pero se te ha dado la brillante idea de venir al cuarto de otra chica ¿No crees que eso está mal? —explica con evidente molestia, camina hasta abrir la puerta —Vete.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.