Pasiones Prohibidas

Capítulo 8

El hospital se encontraba atestado de personas moviéndose de un lado a otro. Nunca me gustó este tipo de lugares, cada vez que asistía a algún centro médico mi pecho se acrecentaba en una inmensa inquietud a causa de las tenciones que se respiraba en el ambiente: angustias, nervios, esperanzas llenas de dudas, muerte.
Como se había acordado en la morgue, Zack me acompaño al hospital en busca del joven cambiaformas. Nos acercamos a una enfermera que se encontraba cerca de nosotros con la intención de preguntarle sobre el muchacho recién ingresado. Fuimos enviados al piso ocho, un área del hospital reservada especialmente para seres sobrenaturales, así nos solían llamar los pocos médicos humanos que conocían el secreto  y habían jurado guardarlo.
Mientras subíamos en el elevador volví a pensar en Tobías y su acompañante, al mismo tiempo la furia y el dolor se iban apoderando de mí. No, no era dolor, era culpabilidad. Me sentía miserable por ser el causante de la perdida de la sonrisa en su rostro, desde nuestra confrontación era como si e vampiro hubiese abandonado la picardía y el carácter que le caracterizaba. Mi cuerpo ardía ante la rabia de imaginar que debido a mi estupidez lo hubiese lanzado a los brazos de otro.
Zack debió percibir mi molestia pues en un intento fallido de animarme habló.
—Comprendo tu furia, pero debes pensar con la cabeza fría en este momento y relajarte.
—Y según tú ¿por qué estoy enojado?— pregunté alzando las cejas, no creo que Zack se refiriese al mismo tema que pasaba por mi mente.
—No es obvio— contestó—Ese vampiro te ha hecho quedar en ridículo ante todos, te ha desobedecido y quitado la autoridad como alfa.
—Hasta donde recuerdo—dije furioso—el único que ha desobedecido una orden has sido tú—Zack me miró anonadado, al parecer no esperaba esta respuesta—Te pedí que no buscases problemas con los vampiros, que te callases y siguieras mis instrucciones y lo único que hiciste fue insultar a su líder.
La mandíbula caída de mi acompañante dejaba ver su asombro y disgusto ante mi respuesta.
—Pero qué diablos—comenzó a gritar enojado.
—Modera tu tono y lenguaje, estas en un hospital—le corregí sin perder la calma pero al mismo tiempo manteniendo la seriedad en mis palabras. 
—Soy tu hermano y de tus seguidores más fieles, siempre te lo he demostrado, aun así defiendes a un vampiro antes que a mí, nunca espere eso del alfa de los lobos ¿Qué pasa contigo?
—Nunca tuve razones para defender a un vampiro.
— ¿Y las tienes ahora?
No termine de comprender el sentimiento predominante tras las palabras de Zack: recriminación, furia, o hasta incluso dolor. Gracias a lo que fuese las puertas del ascensor se abrieron dando por concluida la conversación sin la necesidad de una respuesta por mi parte a esa pregunta.
Avancé por el largo pasillo con Zack pisándome los talones. A diferencia del resto del hospital esta zona es muy tranquila, pues rara vez nuestra especia ha necesitado visitar a un médico. Casi todos poseemos la habilidad de sanarnos rápidamente y solo asistimos a un hospital en casos de vida o muerte.
Incluso sin la ayuda de ningún empleado del lugar fue muy sencillo encontrar la habitación que buscamos. Un hombre de aspecto intimidante custodiaba la puerta. De piel clara un ligero tono bronceado, su cabello era de un negro tan intenso como nunca he visto en mi vida y los ojos tan azules y fríos que pudieran confundirse con una pared de hielo. Un pequeño pendiente de esmeralda resaltaba en el lóbulo de su oreja resaltando más su dureza. No cabía dudas, este hombre debía de ser el segundo al mando del grupo de cambiaformas. Nuestra presencia lo alerto casi de forma inmediata y sin alejarse de la puerta no analizo de una manera que me llevo a pensar que si fuésemos personas normales este hombre pudiese acabar con nosotros sin ni siquiera soltar una gota de sudor.
— ¿Eres el alfa?—demando saber sin corregir su dureza.
— ¿Y tú el guardián?— contrapuse a su pregunta, a pesar de su postura intimidante algo me decía que puedo confiarle mi vida a este hombre.
—Mi nombre es Derek, alfa—aclaró inclinando la cabeza ligeramente en señal de respeto hacia mi persona.
—Llámame Ryan, por favor—extendí mi mano en un saludo que aceptó de buena gana—Este es mi compañero Zack— dije señalando a mi amigo. 
Derek saludó con un breve movimiento de cabeza sin dejar de prestarme atención.
—Imagino que han venido para hablar con Thomas, están de suerte, despertó hace unos minutos.
Derek nos guió dentro de la habitación llena de equipos médicos con una gran cama en el centro sobre la que se encontraba un joven acostado con algunas magulladuras. Aun no comprendo como un simple niño logró sobrevivir a tal matanza.
El joven pasaba su mirada de Zack a mí con miedo, aun debía estar asustado de lo sucedido. Ante la tención incomoda del cuarto fue Derek quien habló.
—Thomas el jefe del pueblo le gustaría realizarte algunas preguntas sobre lo ocurrido.
—Ya te he contado a ti todo lo que recuerdo—replicó el pequeño con cara de consternación.
—No te preocupes será rápido.
Pensé detenidamente antes de hablar, el chico parecía temeroso. Nos analizaba de una manera muy precavida.
— ¿Cómo te encuentras?— pregunte gentilmente.
—Mejor que mis amigos muertos señor—su mirada era distante y desolada. Parecía sentirse culpable por lo ocurrido.
—No debes culparte, lo que sucedió fue inevitable.
Detuve mi consuelo al ver que las palabras dichas no provocaban efecto alguno en el joven. Por el contrario, su mirada se iba petrificando a la par de que su cuerpo se tensaba. Mi instinto comenzó a decirme que el testimonio de Thomas podría ser de gran utilidad para descubrir que estaba pasando.
—Cuéntanos lo que recuerdas y por favor, no escatimes ningún detalle—exigió saber Zack, quizás un poco más intenso de lo que necesitaba el momento, pero preferí no corregirlo y dejar que el pequeño cambiaformas hablase.
—Lo siento señor, no puedo recordarlo bien—levantó su mirada hacia Zack, esta vez seguro de sus palabras como si fuese otra persona totalmente distinta al chico asustadizo de hace unos segundos—Estábamos patrullando la zona encomendada cuando uno de los miembros que se adelantó para investigar el perímetro comenzó a gritar. Todos corrimos en su búsqueda, no puedo asegurar contra que o cuantos nos enfrentábamos. Poseían una fuerza espectacular a pesar de que todos parecían simples humanos.
Este dato me dejo totalmente anonadado, los asesinos no eran ningún tipo de cambiaformas ni lobos, pero cabía la posibilidad de que fuesen vampiros. ¿Qué otra especie podría tener tal nivel de fuerza para provocar tanta atrocidad pareciendo solo simples humanos? Y lo peor aún quedaba el tema de la sangre. Evite pensar en esto y continúe escuchando al joven.
—Fue en ese momento cuando me atacaron y perdí el conocimiento hasta ser encontrado por Derek. Es todo lo que puedo decirles.
Miro a Thomas directamente a los ojos y este huye de mí. Tal pareciera que ocultase algo más, pero no es el momento de insistir, aún se nota asustado por algo o alguien.
—Zack cuida un momento de Thomas, me gustaría tener una conversación a solas con Derek.
Este asiente y salgo de la habitación seguido por el cambiaformas. Sé que tanto Zack como Thomas nos podrían escuchar muy fácilmente si nos quedáramos en la entrada de la habitación y prefiero que esta conversación quede en privado. Me encamino al otro lado del pasillo. Cuando me aseguro de que estamos completamente solos me dirijo a Derek. 
— ¿Qué encontraste realmente cuando llegaste al lugar donde estaban los cuerpos?
Por unos segundos la actitud de hielo del cambiaformas se derrumbó como si estuviese agotado y antes de responder tomó un largo respiro.
—Fue todo muy extraño.
— ¿A qué te refieres con raro? ¿Es algo sobre el chico?
Derek asiente con la cabeza y prosigue.
—Como ya le habrán informado había mucha sangre en todas partes, a excepción de los cuerpos que estaban totalmente drenados de la misma, pero con el chico tal parece como si lo hubiesen colocado en el lugar luego de asesinar al resto. Se encontraba alejado de los cadáveres y ni una sola gota de sangre sobre su cuerpo era perteneciente a él.
—Pudo haber escapado y desmayarse o ser golpeado en otro sitio—sugerí sin creerme yo completamente esta versión. Derek niega lentamente con la cabeza.
—En caso de haber sido así su historia no tendría ningún tipo de sentido, además, es muy poco probable que si lo golpearon aparte lo hubiesen dejado sin apenas heridas.
— ¿Crees que miente?
—Creo que le teme a lo que mato al resto.
Tras estas palabras un silencio se apoderaba de nosotros mientras ambos sin tener que decirlo en voz alta llegábamos a la misma conclusión: Nuestra única pista era inútil y si no solucionábamos esto rápidamente todos estábamos en la misma igualdad de ser las siguientes víctimas.
LOS CAZADORES ESTABAMOS SIENDO CAZADOS.




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