Los días pasaban y no paraba de sentir la sensación de que me vigilaban a cada segundo, sin embargo, cuando volteaba no encontraba a nadie tras de mí
Comenzaba a pesar que se trataba de la tensión jugándome una mala pasada. He tenido mucho trabajo últimamente aumentando la seguridad del pueblo y sus integrantes. Las reuniones con los cambiaformas y los vampiros no cesaban y las patrullas de rastreo salieron andaban nuevamente en busca de información teniendo en cuenta las nuevas suposiciones.
Por otro lado, seguía sin saber nada de mi hermano desde el día de la discusión en la morgue y comenzaba a temer que le hubiese sucedido algo. Zack, Nolan y Tobías eran la única familia que me quedaban y no sabría cómo vivir si les sucediese algo.
Necesitaba desconectar la mente por lo que le dije a Tobías que hoy pasaría a trabajar un poco en el taller de mecánica. Sé que suena raro: trabajar para relajarme, no obstante era lo más normal que haría en estos momentos En los últimos meses no me he acercado al negocio y empezaba a acumularse el trabajo. No puedo dejar que el taller vaya a la quiebra cuando acababa de inaugurarlo.
Antes de llegar a mi destino hice una breve parada en el The Millennium, el bar de Michael, deseaba conversar un poco con mi amigo, y solo quizás el tuviese alguna noticia de Zack.
El bar se encontraba vacío a excepción de una persona que se encontraba senada en la barra, al acercarme más vi que se trataba de Derek que por las facciones de su semblante parecía estar de los nervios discutiendo con mi amigo.
—Hola chicos, ¿qué ocurre? —pregunté intrigado por la alteración de ambos, la primera vez que conocí a Derek jamás imaginé que pudiese alterarse de esta manera.
—El gatito y yo estábamos analizando las posibilidades de expandir la búsqueda a nuevos territorio —contestó Michael.
—Me parece bien ¿Cuál es el problema?
—Que el teñido de tu amigo —respondió Derek ahora— Es más terco que una mula.
— ¡Vete a la mierda! —gritó Michael —Ya está el burro hablando de orejas ¿no?
Esto no iba a terminar bien, Michael siempre reaccionaba como una furia cada vez que le mencionaban que el dorado de sus cabellos era teñido pero esta, era la primera vez en toda mi vida que lo veía insultando a alguien, además, por lo poco que conocía a Derek suponía que tampoco solía alterarse con facilidad.
¡TENGO QUE HACER ALGO YA!
—Cambiando de tema ¿Saben algo de Zack?
Logre que ambos dejasen de lanzarse rayos con las miradas y me mirasen preocupados.
—Pensé que habías hablado con él— dijo el lobo.
—Luego de la discusión de la última vez no he vuelto a saber de él.
—Si deseas puedo ordenar a un grupo que salga en su busca— ofreció Derek.
—Te lo agradecería.
Al notar que mis acompañantes volvían a mirarse con tono desafiante decidí que era mi momento de salir corriendo antes que aquellos dos comenzasen una guerra mundial.
Aún fuera del bar era capaz de escuchar la discusión de ambos. No sé qué diablos les pasaba, pero su comportamiento se dividía entre lo preocupante y lo divertido.
Llegué al taller solo un par de minutos después. El sitio se estaba lleno de polvo y suciedad debido al tiempo que llevaba cerrado, tendría que limpiar antes que nada ¡QUE DIVERTIDO!
Abrí todas las ventanas para que circulase el aire y entrase la luz del sol. Cuando más concentrado estaba en mi labor volví a sentir la presencia que me había estado espiando estos últimos días. Me preparé para atacar a la mínima señal, no dejaría que lo fuese esa cosa volviera a escapar.
Cuando voltee para lanzarme sobre mi opresor tuve que parar repentinamente al encontrar a mi hermano frente a mí. Traté de recomponer mi respiración y esconder mis garras.
— ¿Quieres matarme del susto? —grité, trate de mirar disimuladamente tras el cómo esperando que alguien más apareciese para atacar pero no pasó nada.
— ¿Qué ocurre?
Consideré la respuesta por un momento, no pondría en sobre alerta a nadie más por mis paranoias.
—Pensé que eras otra persona.
El ambiente comenzaba a tornarse incomodo, nos quedamos callados unos minutos mirándonos fijamente.
— ¿Dónde has estado? —exigí saber, traté de continuar con mi trabajo para que no percibiese mi enojo.
—Eso no es lo importante. Necesito hablar contigo.
La cólera subía por mi sangre haciéndome olvidar la poca calma que me quedaba. Había estado desaparecido durante días sin decir ni una palabra y ahora quería conversar, tan calmado y sin explicaciones previas.
—Quiero que rompas con el vampiro.
Eso aumento más mi enojo, tenía mucho que explicar y solo esto decía.
—Lo que haga con mi vida privada no es asunto tuyo ni de nadie, soy libre de estar con quien desee— contesté de mala gana.
Quise girarme y volver a mi trabajo, pero Zack me lo impidió sosteniéndome mi mano y obligándome a sostenerle la mirada. Fui a decirle que se largase nuevamente cuando la expresión de su rostro me detuvo.
Ya no se mostraba severo sino dolido, su agarre no poseía la misma firmeza que antes sino que ahora temblaba.
— ¡No es justo! —Exclamó —No lo es.
Yo permanecía sin responder, me desconcertaba verlo así. Como yo no respondía nada el continuo.
—Yo he estado a tu lado toda mi vida apoyándote, dándote el tiempo suficiente a que te dieras cuanta de lo que significabas para mí y estaba dispuesto a seguir esperando, pero tenías que joderlo todo ¿no?
— ¿Qué dices? —no podía creer sus palabras ni lo que están sugerían.
—Te quiero, eso digo. Él ni siquiera es seguro, es un vampiro, yo sí puedo hacerte feliz y el clan me aceptaría.
Parecía una total pesadilla que Zack estuviese diciéndome esto, entre todas las personas del mundo jamás lo esperé de él.
—No digas esas locuras, eres mi hermano.
—Joder, quítate eso de la cabeza— su furia iba en aumento cada vez que escuchaba la palabra hermano— Soy un huérfano criado por tus padres.
—Pero siempre te quise como a uno— me desesperé, esta discusión se salía de control y no creía poder hacer nada para solucionarlo.
—No soporto verte con esa rata inmunda, ver como lo buscas con la mirada, como lo defiendes delante de todos. No te merece y si me dieces una oportunidad verías todo lo que puedo ofrecerte.
Dio un paso hacia mí colocando la palma de su mano en mi mejilla para acariciar mi rostro. Me hallaba paralizado, no sabía cómo reaccionar o que responder. Sin embargo, cuando vi que acercaba sus labios a los míos, recordé que era el alfa y saque las fuerzas suficientes de mi lobo para detenerle.
—Ya basta— Zack se detuvo en ese mismo instante.
—Ryan, piénsalo bien, nosotros dos juntos podríamos gobernar todo el territorio.
—Eres mi hermano, y por ello te tengo mucho cariño, pero nunca serás nada más, solo amo a una persona ahora y siempre.
— ¿Es tu última palabra? —preguntó Zack retomando su mirada severa.
—Lo es.
—Espero que no te arrepientas de tu decisión.
Diciendo estas palabras dio media vuelta y se marchó dejándome solo con mis pensamientos y con la sensación de que mi pequeña familia se había roto, ACABO DE PERDER UN HERMANO.
Me era imposible continuar mi trabajo como si no hubiese pasado nada, ni en mis peores temores y pesadillas imaginé que ocurriese algo así. Me sentía culpable en parte, durante años estuve tan ajeno de todo lo que me rodeaba que fui incapaz de percibir los sentimientos de Zack.
Todos los insultos hacía Tobías no eran solamente por ser un vampiro, sino porque yo me había enamorado de él. Incluso Tobías logro percibir que se trataba de eso y yo seguía sin darme cuenta. Me sentía como un maldito egoísta.
Regrese a la cabaña sumido en un profundo silencio, no sabía que hacer o que pensar. Tobías se encontraba en la sala mirando la televisión, cuando percibió que algo no iba bien se movió a mi lado y me abrazo.
— ¿Qué ha pasado? —fue lo único que hablo.
—Yo…—no estaba seguro de que decir— He hablado con Zack— Tobías continuó sin hablar esperando a que yo terminase de contarle— Se me ha declarado.
No dijo nada tan solo me abrazó y eso era todo lo que necesitaba pero me sentía incapaz de decírselo.
—Siento que ya nada volverá a ser como antes.
Permanecimos en un profundo silencio por unos segundos, necesitaba agradecerle por estar a mi lado, por apoyarme, por no juzgarme… y sin embargo, en esos momentos, era incapaz de pronunciar palabra alguna. Me sentía aun peor de que Tobías cambiase su opinión de mí a raíz de todo esto.
— ¿Que deseas hacer?— fue todo lo que dijo.
—Lo siento pero, me gustaría estar un rato solo para pensar en todo lo sucedido.
—Lo entiendo.
Tobías lentamente se alejó de mí, sabía que volvía a lastimarlo con mi actitud, lo único que deseaba era que pasase la noche conmigo y me abrazara muy fuerte, pero me encontraba incapaz de decírselo.
—Si necesitas algo no dudes en llamarme— dijo antes de salir abrir la puerta, ante esto solamente asentí con la cabeza.
Tobías se marchó dejándome solo con mis pensamientos. Me encontraba tan abstraído en ellos que fui incapaz de percibir como fuera de la casa mi chico estaba siendo atacado y secuestrado.
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Editado: 19.04.2020