Capítulo 5:
Brady Jones:
Esa chica sí que tiene agallas, pues cuando Manuel se burlaba de ella pensé que se echaría a llorar o salir corriendo u otra cosa, como siempre sucede, pero no. Manuel todavía tiene la marca de la mano de esa chica, bien merecido lo tiene por imbécil, es mi amigo, pero no estoy ciego.
Ella dijo que era mayor que nosotros, aunque su físico aparenta mi edad, bueno como dicen por ahí, las apariencias engañan… No sé si se referían a esto pero para mí si.
Cuando la chica y sus amigos se fueron, todos menos Manuel acabamos doblados de la risa, no es para menos, le habían dicho algo que jamás en la vida se lo dijeron Así que él ahora está descargando su rabia en ese saco de boxeo. Estamos en el gimnasio, es la primera clase que tenemos.
-Tío, hazme ese favorcito, por favor -me suplica Thiago por enésima vez.
-Ya dije que no me pienso involucrar con esa tía.
-Venga, ¿Por qué no? -se cruza de brazos.
-Porque no se me apetece ser un cabrón galán y luego dejarla plantada -respondo, sentándome en los bancos del vestidor-. Además, ¿No la escuchaste? Es mayor que nosotros.
-¿Y eso qué? -se encoje de hombros y se sienta a mi lado- Ella no parece ser mayor que nosotros.
Así que piensa igual que yo. Bueno, tiene sentido, ya que su físico es muy joven.
-Da igual, ella es profesora de último año -volteo mi rostro a donde él, mientras me cambio los zapatos y camisa.
Falta poco para que la campana suene y ya nosotros terminamos el examen, el profesor Matthew nos dijo que nos podíamos cambiar y quedarnos aquí pero sin molestar al resto de la clase.
-¿Y qué? ¿Qué no has visto esas películas donde existe el romance entre alumna y profesor, y viceversa?
Le miro de reojo y hago una mueca de desaprobación.
-De todas formas no voy a coquetear con ella, solo porque tú quieres cogerte a su amiga.
-Venga hermano, no me la quiero coger -Levanto una ceja mirándole incrédulo y juntas sus manos como si fuera a rezar-. Te deberé una, pero hazme ese favor, te lo ruego.
-¿Por qué no se lo pides a Manuel? -inquiero, sin creer esa posibilidad por lo sucedido.
-¿Crees que ya no se lo pedí? Pues se lo he pedido justo antes de que empezara a golpear ese saco.
-¿Y qué te dijo?
Sé que de seguro se negó, pero de todas formas quiero saber.
-¿No es obvio? Si te lo estoy preguntando a ti, es porque él se negó rotundamente.
-¿Ni tan siquiera con esa tía que escribe?
-Ni con ella, dice que no quiere lastimarla y ese bla bla bla de Romeo trágico.
La verdad es que Manuel podrá ser insoportable y un auténtico cabrón, pero es un romántico empedernido, y cuando quiere algo lo consigue.
Escucho la campana sonar y me levanto.
-Bueno, que tengas suerte consiguiendo su número -le doy do palmaditas en el hombro mientras camino a la salida.
-Chicos, se ha acabado el turno, iros directo a vuestro salón, sin desviarse. -nos dice el profesor.
-Tío, por favor -insiste- ¿Lo harás?
-No.
**
-No sé porqué mierda acepté esto. Sigo pensando que esto es una mala idea.
Tiago, a mi lado, responde con una sonrisa:
-Venga, nadie se va a enterar.
Lo fulmino con la mirada.
-Bueno si voy a hacer esto, Manuel no se debe de enterar. Sino acabaría con tu fantástico plan. -Añado eso al final con ironía.
-Está bien, mejor que quede entre nosotros.
-Buen día alumnos -saluda, una aparentemente alegre profesora, Alisa Bennett.
-Buenos días, señorita Bennett -respondimos al unísono.
-Se ve que hoy si está de humor, señorita Bennett -Suelta Freddy y algunos se ríen, incluyendo a la profesora.
Sí que está de humor.
-Así es Freddy, estoy de muy buen humor.
-¿Y se puede saber por qué?
Pero que metiche.
-Por una buena noticia que compartiré con ustedes.
Hace una pausa.
-¡Ya tenemos profesora de literatura! -exclamó.
Todos se preguntaban quién era, otros resoplaban. Thiago y yo nos miramos, sonreímos y negamos con la cabeza, sin duda alguna esa era la noticia.
-¿Sabías que ahora nos toca doble turno de Literatura? -
Lo miro y niego.
-El plan empieza desde ya.
-No, dame una semana para asimilar esto.
-Lo siento, Brady, pero tiene que ser ahora o nunca.
-Prefiero nunca.
-No comiences -me fulmina con la mirada-. Ya has aceptado, no te puedes retractar.
-Bien. -Suspiro.
-Chicos, os advierto que debéis llamarle "señorita Evans". Os pido respeto, puede verse muy joven para esta profesión, pero sigue siendo profesora.
Eso desató una ola de murmullos nuevamente.
-¿Qué tiene que ver que sea joven? -quiso saber Carlos.
Cuando la profesora iba a contestar, dos toquecitos en la puerta la interrumpieron, llamando la atención de todos. Ahí estaba ella, con su rostro angelical y su cuerpo de diosa. Llevaba unos jeans azul claro y una blusa negra con un nudo en la esquina que dejaba ver parte de su abdomen, unos converse en negro, su hermoso cabello negro estaba recogido por una trenza. Traía un maquillaje ligero, pero más me llamó la atención sus labios; llevaba un rojo pasión en ellos.
Juro que en este instante desearía poder probarlos... tan solo roce, caer en la tentación.
Sacudo mi cabeza mentalmente para borrar estos pensamientos pervertidos.
-Es toda una diosa -susurra Thiago y paso saliva- ¿A que sí, Brady?
-No es mi tipo -le resto importancia haciendo un ademán.
-Tú y tus gustos. -resopla.
-Haría falta que tu chica entrara por esa puerta y dijeran que ella estudiará aquí.
Otros dos golpecitos más llaman la atención; el director.
-Buen día, chicos. -Se fija en Mónica y le da una pequeña sonrisa, para luego prestarnos atención- Vengo a deciros que a partir de hoy tendréis compañía, por cinco meses, de tres alumnos nuevos... de intercambio.
-¿Estás de coña? -Espeta incrédulo, Manuel.
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Editado: 25.07.2025