Capítulo 15

Capítulo 15:

Brady Jones:

No la suelto hasta que veo al imbécil de Nicolás Aslan marcharse silencioso, con una mirada fulminante y una sonrisa vacía en su rostro.

La siento temblar entre mis brazos.

No sé qué demonios le dijo e hizo ese cabrón para dejarla tan asustada. Solo me satisface deducir que ese golpe en su nariz se lo ha provocando ella en defensa propia.

Ambas manos las llevo a sus mejillas para que me mire ya que antes prefirió ocultarse en mi pecho cuando Nicolás se acercaba para irse. Frunzo el ceño con molestia y ganas de partirle la cara a ese cabrón cuando veo una pequeña herida sangrante en su piel cerca de su mejilla. ¿Se atrevió a golpearla? ¿La forzó a.... eso? ¡Maldito! ¡Lo va a pagar con su sangre!

-No hagas nada. -Me dice rápidamente, su voz frágil como la caricia que sus manos dejan en mis mejillas, un gesto tan delicado como se acaricia un cristal súper fino, súper frágil.

Ella lo notó. Notó mis intenciones de ir tras él y me detuvo.

-Se atrevió a ponerte una mano encima. -Gruño por lo bajo sintiendo mi corazón latir con desespero ante el miedo de perderla, de verla herida y la rabia por lo que le hizo ese maldito.

-Solamente me empujó contra la pared, el golpe me lo di con el clavo pequeño que sobresalía de esa parte -Gruño al oír la sinceridad en su voz quebrada, intenta sonreír pero no puede-. Estoy bien, solo fue un rasguño.

-No estás bien, Mónica -Expreso mi molestia sin alzar la voz, miro de nuevo su herida-. Estás sangrando de la mejilla, te empujó contra la pared, te acorraló, te dijo algo que te dejó jodidamente aterrorizada que seguramente se trataría de lo mismo cuando llamó a tu puerta ese día.

-Yo...

No sabe qué decir, solo titubea y baja sus manos, retrocediendo un par de pasos y su mirada se clava en sus pies.

-¿Estás ocupado? -Murmura, sin alzar la mirada, sus dedos retorciéndose entre sí, en un gesto nervioso.

-Recién llegué y vine a verte -Avanzo los pasos que ella retrocedió-. Algo me decía que viniera a verte nada más llegar, tenía un mal presentimiento y mira, no me he equivocado -Lentamente llevo mi mano a su mentón y hago que suba la mirada nuevamente-. Tengo tiempo para tí, siempre lo tendré.

Sonrío un poco, pese al enojo que todavía fluye en mis venas y la agonía que me consume al verla así, de esa manera.

-¿Quieres pasar?

-Claro.

Me ofrece algo de tomar cuando entramos, pero le digo que estoy bien, que mejor me ofrezca un kit de primeros auxilios para curarle esa herida y por más que insiste en que está bien y que se curará pronto, no consigue hacerme desistir de la idea, por lo que la espero en la sala en lo que busca el kit. Si por mi fuera, la haría quedarse sentada en el mueble e iría yo mismo a buscar ese kit para curarla, pero no estoy en mi piso, así que no me puedo tomar esas atribuciones.

Regresa pronto abrazando el kit de primeros auxilios, el cual deja en mis manos y toma asiento en el mueble a mi lado. Me acomodo mejor, para quedar frente a ella y empiezo a buscar lo necesario para la curación. Es entonces cuando comienza a desahogarse, deteniendo mi tarea por un instante.

-Cumplía 18 cuando mi familia y yo tuvimos un accidente de coche, en el que yo fui la única sobreviviente.

La observo mirar a la nada, su cuerpo está aquí en su piso, a mí lado, pero su mente está lejos de aquí, en sus pensamientos. Continúo sacando las gasas, escuchándola sin interrumpir.

-Dejé mi carrera en el último año porque ya los ahorros no alcanzaban, y por eso busqué trabajo.

Voltea a verme, mientras yo la observo y preparo para limpiar la sangre.

-Me quedé sola Brady. Mi mejor amiga y los libros de ese lugar fueron ese salvavidas que nunca dejaron hundirme, mi refugio -Sus ojos se llenan de lágrimas que caen cuando cierra sus ojos, me acerco más a ella y llevo la gasa a su herida, dando toquecitos suaves para que no le duela tanto-. Era mejor nadar en la ficción que ahogarme en la realidad que me consumía día y noche.

Al dar el último toquecito, abre sus ojos.

-Y creí que a pesar de todo lo que había pasado, de lo mucho que sufría en silencio cuando nadie me veía, creí por un momento que mi vida no podía ir peor hasta que mi antiguo jefe me dijo que vendió la biblioteca y que el nuevo comprador volvería a ese lugar una joyería.

Desinfecto la herida con otra gasa y alcohol, repitiendo los mismo toquecitos. Hace una mueca, pero no se queja ante el escozor que siente.

-Sentí que mi zona de confort se hundía poco a poco. Ni siquiera se me pasó por la cabeza hablar con el nuevo dueño para pedirle trabajar ahí en la joyería, ya no sería lo mismo.

-No lo es. -Es todo lo que respondo, hablando por experiencia propia.

-Mi antiguo jefe me ayudó a conseguir este trabajo, por eso estoy aquí. Hace poco volví a empezar mi último año de carrera, por suerte, pero por videoconferencias para poder trabajar y tener un poquito más de tiempo.

-¿Qué carrera estás estudiando?

-Administración de empresas.

-Eres inteligente, puedes con ello -Aparto la gasa, sonriéndole un poco-. ¿Quieres contarme qué pasó con... él?

Asiente despacio, antes de hablar.

-Ese día en que Allie y tú estabais aquí, él llamó a la puerta para hacerme una propuesta -Aplico la pomada suavemente en su herida, escuchándola-. Me aseguró que el accidente que me arrebató a mi familia fue provocado y que él sabía quién fue.

-Y a cambio te pidió que te acostaras con él, ¿no? -Adivino las malas intenciones de ese tío, asiente, un tanto nerviosa- Dime qué no aceptaste, Mónica, y que ya lo has notificado a las autoridades y a la dirección de la institución.

Negó.

Suspiré.

-No acepté, por eso estuvo aquí hoy, y tampoco lo he hablado con nadie más que contigo ahora.

-¿Por qué? -Busco el paquete de banditas dentro del kit y saco una para ponérsela.

-Me olvidé a propósito de esa conversación, pero al verlo hoy, volví a recordar -Cierra sus ojos con fuerza, su respiración volviéndose irregular y sus manos cerradas en puños para evitar el temblor- Abrió la puerta cuando intenté cerrar y se metió en el piso sin mi consentimiento y me amenazó con contarle a Ailyn que nos besamos, eso podría expulsarme del trabajo y a ti te quitarían la carrera.