Pasiones Prohibidas

Capítulo 20

Capítulo 20:

Mónica Evans:

«Vuelve a tocar a mi mujer, o siquiera respirar su mismo aire y seré lo último que verás antes de que te mate con mis propias manos.»

Recuerdo una y otra vez, un poco más tranquila, las palabras de mi novio cuando irrumpió afortunadamente en mi piso y apartó a ese hombre de mí. Rápidamente nuestros amigos llamaron a la seguridad de la universidad y con ellos vinieron los de rectoría, incluída Aylin. Brady, no obstante, luchó contra ellos para que lo dejaran poner la denuncia en la policía y no dejarlo en sus manos, porque harían lo mismo que la última vez con tal de cuidarse de escándalos públicos, que afecten el prestigio de la universidad y sus docentes.

Mi novio no quería dejarme y yo tampoco quería que se fuera, pero tuvo que hacerlo por ese motivo acompañado de Thiago, dejándome con Allie y Wakanda. Faltaban poco más de una hora para las doce de la madrugada, Wakanda se aseguraba de distraerme porque sabía que toda mi cabeza estaba hecha un lío y todavía no era veintiocho de diciembre.

—Estás más vieja que yo. —Insistió Aka, buscando sacarme las palabras y alejarme de mis propios pensamientos.

—Solo por unos meses. —Murmuro, sin mirarla, finalmente dándole lo que quiere... o al menos un poco.

—Sigues vieja.

Ruedo los ojos, con una pequeña sonrisa que se borra con el sonido de unos pasos descoordinados y apresurados en mi dirección.

—Brady... —Murmuro al verlo, sintiendo de nuevo esa tranquilidad que su sola presencia me brinda.

De inmediato se sentó a mi lado y mientras todos de alejaban dándonos espacio, me estrechó entre sus brazos, pidiéndome perdón una y otra vez, alegando que no llegó a tiempo y rompió su promesa.

—Llegaste a tiempo —Lo tranquilizo, escuchando muy de cerca sus acelerados latidos, sin querer romper nuestro abrazo—. Deja de culparte, no pasó nada grave.

—Pero pudo haber pasado —Refuta, en un tono molesto que trataba de no mostrarme, pero era inevitable, aunque no conmigo, más bien con la situación en sí y ese hombre—. No debimos aceptar el acuerdo con la dirección de la universidad en primer lugar.

Alzo un poco la cabeza para lograr mirarlo.

—¿Qué ha pasado cuando te has ido?

Suspira.

—Esta vez no se la dejaremos fácil.

Así es como pasamos varios minutos, yo escuchándolo hablar sobre el proceso legal que decidió tomar en contra de Nicolás. A pesar de ser un estudiante todavía y no poder llevar el caso como mi abogado, ha conseguido con un par de llamadas iniciar dicho proceso. Me citaron mañana en la tarde para declarar y hacer formalmente la denuncia, y Valery llamó a mi novio para hacernos saber que nos apoyaba en esa decisión y que contaríamos con su testimonio. En cuanto a la universidad, por más persuasivos que resultaron ser, no consiguieron que Brady desistiera de su decisión de tomar represalias en contra de ese hombre, eso incluía manchas en la reputación de la institución y ellos, ya no podían hacer nada. Nos la estamos jugando sabiendo la influencia de Nicolás y sus contactos, pero seguiremos adelante, le hice saber a Brady que había tomado la decisión correcta. Aunque por dentro, tengo miedo que quieran tomar acciones contra Brady y su carrera, él no se ve tan preocupado por eso.

—Por cierto —Me sonríe un poco, besando la punta de mi nariz—. Cumpleaños, bonita.

Frunzo el ceño.

—¿Gracias?

Sé que me ha felicitado, ya son las doce o un poco más de la madrugada. Lo que no entiendo fue su forma de decirlo.

—Supuse que esta fecha no sería del todo agradable después de todo lo ocurrido esta noche y lo de tu familia —Explica ante mi desconcierto—. Por eso te digo cumpleaños solamente, en lugar de feliz cumpleaños.

Sonrío, volviendo a abrazarlo.

—Eres el mejor novio del mundo. —Beso su mejilla, riéndome por lo bajo, ante el leve sonrojo en su piel.

—Ya lo sé —Exclama con falsa arrogancia y bastante dramatismo—. Nadie como yo.

—Nadie como tú. —Beso sus labios brevemente, tras una risita.

—Y mucho menos como tú.

Me devuelve el beso, esta vez profundizando, haciendo que me olvide del mundo y todo lo que existe.

**

—¿Es por lo del accidente? ¿O Nicolás?

Niego a cada pregunta que me hace, provocando su ceño fruncido.

—No, Wakanda.

—Entonces, ¿por qué estás así?

—Es que... —Suspiro, poniéndome de pie y me acerco a la ventana de su piso, observando el campus desde aquí— Todo parece ir demasiado bien que asusta.

—¿Te refieres a tus planes con el pelinegro?

Me volteo, cruzada de brazos, para verla con preocupación.

—Tengo un mal presentimiento —Admito en un murmullo desganado—. Tal vez es porque no le tengo fe a este día.

Vuelvo a mirar el campus a través del cristal. Que raro que todo esté tan vacío desde la mañana. Ni siquiera tuve clases hoy. Bueno, a decir verdad prefería quedarme hoy en la residencia, que fue lo que obligó a hacer Aka. Hoy, veintiocho de diciembre, hace cinco años, perdí a toda mi familia mientras cumplía mis dieciocho años.

En la madrugada no me sentí tan mal porque tenía a los chicos conmigo hasta que llegamos a la residencia de nuevo, tras lo ocurrido con ese hombre. Había podido descansar un poco porque estaba bastante exhausta, pero ya a las cinco de la mañana estaba con un par de ojeras enormes y un dolor de cabeza terrible; los recuerdos de mi familia y todo el dolor que aún arrastraba, me mantuvo así hasta cerca de las nueve de la mañana que Wakanda trajo la noticia de que hoy era día libre para todos y que teníamos maratón de Disney juntas.

Fue una buena distracción porque en ningún momento pensé en el dolor, ella no me daba tregua para eso.

Pero ahora, casi al anochecer, no podía seguir ignorando los recuerdos y las dudas que me carcomían desde que vi a Aka en la puerta. ¿Por qué no había recibido ni un saludo de Brady? Por la mañana pude haberlo entendido si estaba dormido, la noche fue intensa. ¿Pero ahora siete minutos para las siete de la noche?




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