Pasos en confrontación

Capitulo 5

Era guapo...muy guapo. Y ese traje le quedaba tan bien, su cabello negro y sus ojos…con una expresión estoica que deja entrever un toque de frialdad. Era simplemente guapo.

—¿Pero que estoy diciendo?—susurro Marianne, sorprendiéndose por sus pensamientos.

—¿Dijiste algo, hermana?—

—No, yo no.....—Afortunadamente no pudo continuar hablando, pues la habían interrumpido y en serio lo agradeció pues lo más seguro es que diría algo verdaderamente vergonzoso

—Rosalie, ¿Que es lo que te pasa? Se te ocurre escapar y te encuentro toda sucia, ¿sabes que tan ridículos nos harás ver?—Dijo aquel hombre con voz gruesa y un tono demandante. Examinando la vestimenta de Rosalie. La cual se encontraba escondida detrás de una joven de vestido beige que a los ojos del hombre se veía… “Linda” Y también había otra más con aspecto inocente a su lado, que al igual que su hermana, estaba toda cubierta de barro.

—Lo siento— Rosalie solo pudo agachar la cabeza.

Marianne solo lo ve con sorpresa...¿Guapo, había dicho guapo? Era un idiota. ¿Como se le ocurrió reprenderla en ves de preocuparse por ella primero?

—Disculpe! pero no creo que sea correcto hablarle así y además quien se cree que es usted? Fue un accidente, no es para armar un alboroto—Defendio la mayor, aun con Rosalie detrás de ella.

—¿Disculpe?— Contestó perplejo por tan grosera escena.

—Si lo que has oído—Marianne dejo de lado cualquier etiqueta—no puedes regañarla por algo que no a hecho intencionalmente, y si tanto te importa en vez de regañarla, pregúntale si se ha hecho daño.—A Marianne no le parecía justa la situación.

—Creo, que no debería meterse en cosas que no le incumben señorita— El estaba empezando a enojarse, pero ¿por qué para Marianne se veía tan apuesto siendo testarudo? Marianne sacudió ligeramente su cabeza para quitar esos pensamientos y tratar de recordar por qué estaba molesta.

—Ah! Mire, señor....— hizo una pausa al no saber con quién estaba tratando.

—Blackwood, Andrew Blackwood.— soltó al entender que la joven quería saber su nombre. — Y contestando su pregunta anterior, la señorita escondida detrás de usted, es mi hermana.—

—Igual creo que no es el modo correcto de decir las cosas—Insistió Marianne tratando de zafar de un reproche embarazoso a la pequeña Rosalie

—Perdone, pero no creo que entienda la situación, es el debut de mi hermana, se ah escabullido y la encuentro toda cubierta de barro y con lo que parece ser una una pésima compañia—Andrew cansado de esta discusión sin sentido, tomo a su hermana del brazo, dándose la vuelta para finalmente irse. Dejando atrás a una muy malhumorada Marianne.

Andrew volvió dentro para decirle a su madre que la noche había acabado. Dejando posteriormente a Rosalie en donde los carruajes.

Todo esto le parecía ridículo y lo tenía fuera de si.

Llegó con su madre quien hablaba con más señoras de la alta sociedad.

—Madre es hora de irnos— Llego susurrando a su madre discretamente.

—Andrew, modales, no es propio de ti, saluda a las señoras.—Contestó la señora Blackwood un poco indignada ante sus amigas.

—Es un gusto verlas de nuevo — sonrió con algo de incomodidad por las miradas de las mujeres hacia su persona.— Espero que tengan una excelente noche, pero si nos disculpan tenemos que irnos—Se despidió brevemente.

La señora Blackwood también se despidió y tomo el brazo que le ofrecía su hijo.

—¿Por qué tienes tanta prisa en irnos? Ni siquiera pude saludar a los Spencer y por supuesto a los Seymour— la señora lo veía con algo de reproche.

—Seguro lo entenderán Madre. Pero ya..-Fue interrumpido.

—Es importante, el señor Seymour era amigo de caza y compañero de negocios de tu padre, sin duda un buen hombre. Y los Spencer son los anfitriones—La señora busco entre la gente hasta ver a los Seymour a la distancia—Hay mira hijo, ahí están, deberíamos acercarnos. Trae a Rosalie—Sugirió encantada.

Andrew miro en la dirección hacia donde su madre se dirigía. Observo que la impertinente señorita que había conocido antes estaba con ellos. Al igual que el, la joven parecía estar apurada, tratando de mover a su familia hacia la salida.

—Madre, insisto en que tenemos que irnos ya. No se cómo pero Rosalie cayó a un charco, arruinando por completo su vestido. No debiste descuidarla. Ya conoces a tu hija—Le dijo también reprochando a su madre el incidente.

—¿Que? ¿Cómo se encuentra? ¿Dónde la has dejado?—Se detuvo preocupada mirando a su alrededor.

—Ella está bien, solo vámonos. Antes de que se arruine a si misma, por su rebeldía—

Los Blackwood abandonaron el salón, para poder irse sin hacer escándalo alguno.

Por su parte los Seymour estaban todos vueltos locos, no querían irse, sobre todo la señora Seymour pues había más caballeros preguntado por Minnie May. Además todos los integrantes de esta misma, estaban dispersos.

Marianne estaba desesperada, había dejado a Minnie May esperando los carruajes, así ella podría ir por su familia, pero cada vez que dejaba a uno cerca de la puerta para ir por otro, cuando regresaba ese alguien se habia vuelto a ir. Era frustrante.

—Marie, escúchame no te muevas de aquí, si ves a alguna de nuestras hermanas dile que deben irse a los carruajes, mientras iré por nuestros padres y los demás.—

—Bien—dijo de mala manera pues no quería irse. No chistó, por que cuando su hermana demandaba algo, debía de haber una buena razón.

Marianne a lo lejos pudo ver a Miranda y Margarita hablando con unas señoritas.

—Ahora vengo—Marianne dejo a Marie, para acercarse a ellas .—Es hora de irnos queridas hermanas... fue un gusto verlas señoritas.—Las jalo suavemente del brazo para hacerlas caminar hacia la salida, dónde esperaba que siguiera Marie.

—Esperen.—se detuvo abruptamente—¿Dónde están sus esposos?—

—No lo se— contesto Margarita sin preocupación pero buscando con la mirada.




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