Todo pasó tan rápido y ya era la hora de tomar la decisión. Le había comentado a mi abogado sobre el video del pasillo. Me dijo que tenía todo controlado y que podíamos ganar el caso. Eso me tranquilizó un poco, pero aún estaba la duda.
El tiempo pasó, el juez habló. Se presentaron supuestos testigos y ya era el momento final, donde se decidiría mi proceder.
- Luego de haber analizado todas las evidencias y declaraciones de los testigos, he llegado a mi conclusión.
Estaba con los nervios de punto y aquí es donde me pregunto ¿por qué el maldito tiempo pasa tan lento?
- Lo sentencio a usted, Brais Hernández, por homicidio simple cometido contra Elizabeth Garza. Es condenado a cumplir 5 años de cárcel sin acceso a visitas y en constante observación.
¡Clap!.... jamás olvidaré ese sonido. El sonido que definió mi futuro por los próximos 5 años. Estaría encerrado y siendo llamado criminal por haber estado en el lugar equivocado, en el momento equivocado y de la manera equivocada.
Los oficiales se acercaron a mí y me esposaron. Rogaba con la mirada y palabras a mi madre de que encontrara la manera de sacarme de aquí. Al mismo tiempo le decía a mi abogado que me fuera a ver lo más pronto posible. Ya sé qué es lo que me puede sacar de aquí, pero evidentemente no puedo solo.
(…)
Llegamos nuevamente aquí, en esta mugrosa celda con mi fastidioso y nada amable compañero de lugar. ¿Por qué la vida se encarga de cruzarnos con las malas experiencias a los que hemos dado todo por vivir tranquilos?
Anhelaba poder tener un futuro con mi amada Lis, hermosa y delicada. Siempre dije que el mundo era mucho para ella. Tenía tanto para dar y tanto por recibir. Todo mi amor, toda mi atención. No podía esperar el momento en el que pudiéramos estar juntos oficialmente. ¿Cómo se habrá sentido haber besado sus labios? Seguramente dulces como la miel, suaves como la más tierna nube. Sus manos... deliciosas al tacto. Su risa, melodiosa como la mejor música. Sus ojos, profundos y brillantes. Reflejaban tantas emociones, muchas de ellas provocadas por mis locuras.
Como la extrañaré. Mi corazón siente un vacío al saber que ya no estará más entre nosotros. Vivió una vida tan difícil con su familia y a pesar de eso siempre andaba con una sonrisa que adornaba su rostro. Sola, pero acompañada. Eso era lo que ella decía.
2 semanas después...
El oficial me comunicó que al fin podría recibir visitas. El juez se había apiadado y ablandado por mi buena conducta y mi expediente limpio. La primera persona que se presentó fue mi abogado
- Hola Brais ¿qué tal todo? ¿hiciste amigos? -dijo mientras se sentaba en la silla de enfrente.
- Ja ¿Qué crees que es este lugar? ¿una guardería? La he pasado fatal. Todos son tan rudos y desagradables. He tratado de portarme de la mejor manera para que puedan sacarme de aquí pronto.
- Sobre eso, tengo muy buenas noticias. Se han presentado nuevas evidencias. Los forenses fueron sobornados y omitieron pistas relevantes que yo pude extraer. Hablé con el juez y cedió a un nuevo juicio. Si todo sale bien, podrías estar libre en poco tiempo y limpiar tu nombre.
¡Vaya! Ya decía yo que no todo podía ser tan malo.
- Pero...
Demonios, para que hablaste voz interior...
- ¿Pero...?
- Debes hablar con la señora Ross.
- Me niego a hablar con esa lunática de nuevo. Si la veo, no dudo que me lanzaré sobre ella.
- Pues te informo que deberás hacerlo. Necesito que tomes muestras de sus huellas dactilares.
- No te prometo nada. La detesto de una manera que no te imaginas.
Bien, espero algo bueno salga de todo esto...
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Editado: 03.04.2022