Producción original de la serie
“La Leyenda del Guerrero Imbatible”
En Ingles
“The Fifth”
Escrito y narrado por HH
Libro 1
—Pasos hacia el Destino—
“El destino no juzga o toma lados, sino destruye a los que se atreven a detenerlo, aun así, tienes que luchar hasta al final. Mi querido amigo, si caes, levántate, sigue adelante y cuando nadie mas quede, yo voy a estar allí, no te voy abandonar.”
—Prólogo—
En un distante futuro, en otro universo.
«Tengo que seguir adelante, ¡no puedo rendirme, no puedo hacerlo!, piensa en lo que les va a pasar», se repetía una y otra vez. Lo necesitaba para que no se rindiera. Todo el cuerpo le era una carga insoportable: sus piernas, sus brazos, la espada que sostenía. Dentro de su cuerpo, un infierno lo consumía. Cada uno de sus respiros empujaba un espeso vapor, como el de una cansada máquina a punto de explotar. Si solamente pudiera pedirle a alguien que tome su lugar por unos cuantos minutos, solo unos cuantos, pero a estas alturas descansar solo unos segundos era un privilegio.
El monstruo no le da tiempo a seguir pensando y lo golpea cerca al corazón. Su grotesca garra se hunde en el metal de su pecho, dejando pequeños hoyos de las espinas que cubrían su enorme brazo. Afortunadamente, su armadura logra protegerlo una vez más. Apretando con fuerza su espada, le corta uno de sus brazos del lado derecho. No se le podría llamar su brazo-derecho, porque le sobran otros cinco del mismo lado. Intentar acercársele era extremadamente difícil, ya que cada uno de sus brazos tenía más de un codo, hasta tres o cuatro, que los utilizaba como tentáculos. Su rostro era horripilante, con quince ojos y tres bocas. Era realmente una criatura de pesadilla, como si alguien hubiera unido cinco cabezas diferentes sin preocuparse por su simetría o la normalidad de las cosas. Sus amigos llegan y, con su ayuda, finalmente lo vencen. Lo malo es que todavía quedan muchos más, tantos que parecen un mar interminable, y eso no es lo peor. Ni él ni sus amigos pueden expresar lo que realmente sienten al ver esos portales, probablemente porque están cansados o porque ya han perdido las esperanzas. Observan cómo cientos de miles siguen entrando. Si tan solo tuviera un poco más de tiempo, les agradecería por todos sus sacrificios, les diría lo orgulloso que está de tenerlos a su lado. Ojalá que su breve sonrisa sea suficiente, después de todo, ellos son sus queridos amigos, sus hermanos de armas.
Los sextos son innumerables, han llegado como una lluvia universal que cubre cada rincón de los universos. Poseen una fría determinación que los impulsa a cometer horribles crueldades; se proclaman jueces de las existencias y ahora han fijado su mirada en la nuestra.
Es el tercer día de la batalla en el universo Los Ríos Sin Fin, un universo creado por la Diosa Bemmatiz. Ella ha realizado todos los esfuerzos posibles para prepararse, reuniendo a numerosos dioses guerreros y creando millones de ángeles, decidida a salvar su amado hogar, el epicentro de todas sus creaciones. Aunque evacuó gran parte de los habitantes, muchos han decidido quedarse con ella para pelear a su lado. Al inicio de la batalla, los invasores lograron neutralizar el poder de sus magos, reduciendo a la mitad las fuerzas defensoras. Hasta ahora, ninguno de sus magos ha podido utilizar sus poderes contra ellos, eso no significa que no haya quienes sean capaces. Se cuentan historias sobre los guerreros de la armada del Guerrero Imbatible, quienes se dice que pueden usarlos. Tal vez sea solo una mentira, ya que si una diosa como Bemmatiz no pudo mantener sus poderes, ¿cómo un humano pudo reunir a tantos?
Aún quedan muchos legados, incluyendo su hijo, quien lidera la legión más grande en el norte, y sobretodo sostenía la esperanza de que los refuerzos puedan llegar a tiempo.
Cyntia, una de las hijas de Bemmatiz, se encontraba dentro del castillo. Caminaba de un lado a otro, presa de la preocupación y la angustia. Sofocada por la situación, decide mandar a todos sus ángeles fuera de la habitación. Toma asiento y contempla su bonito rostro en el espejo, anhelando desesperadamente que su madre pueda aniquilar a todos esos monstruos. «Madre, Roza, hermano… por favor, deténganlos», ruega mientras observa su reflejo: una mujer con ojos púrpuras y cabello dorado. Pero en lugar de ver a alguien poderosa y valiosa, solo se ve a sí misma agotada y asustada.
—¡No! Por favor, no otro —murmura con los labios curvados por la tristeza y la amargura.
Allí es donde escucha los gritos de una mujer… los gritos de su amiga. Hace tan solo unas horas la vio y le había pedido que tuviera mucho cuidado.
—¡No lo hagan, suéltenla…! —exclama, con sus ojos a punto de perderse en el dolor.
Las lágrimas terminan deslizándose por sus mejillas al presenciar cómo su amiga escapa de las garras de los monstruos. Sus gritos obligan a Cyntia a cubrirse los oídos, de todos modos escucha las súplicas de dolor y terror. Una vez más, siente los últimos momentos de alguien que no merecía morir, y se enferma al pensar que ella podría compartir ese mismo destino. El miedo la invade de manera abrumadora, una experiencia completamente nueva para ella. En ese momento, los rasgos delicados de su rostro comienzan a atormentarla, porque afuera muchas personas están muriendo por su madre, la Diosa de la casa. También mueren por sus familias y, tal vez por lo más importante, por el futuro de todos.
«¿Qué he hecho todo este tiempo? Lo siento…», se lamenta, empapando su vestido con sus lágrimas.