Capítulo 14, Déjame Soñar

Mientras Liyul camina con Eali, la emoción de la carrera la embarga para comenzar a practicar, siguiendo la secuencia con precisión: 1, inicia con el pie izquierdo; 2, continúa con el derecho; 3, mueve su cintura con elegancia al ritmo. 4, Realiza un giro, extendiendo sus brazos con gracia, y prosigue con los pasos 2, 1, 3, 1, 2, culminando con un ligero salto al llegar al 5. Luego, eleva las manos, guiándolos hacia Melenas, quien responde con pasos propios. Eali acompaña el ritmo con sus aplausos, creando un ambiente alegre a su alrededor.

Llega el momento crucial cuando Liyul se dispone a realizar una pirueta al alcanzar el número 10. Sin embargo, el suelo resbaladizo le juega una mala pasada y casi pierde el equilibrio. En ese instante, Eali, atento y amoroso, la sujeta firmemente por la cintura, brindándole apoyo y animándola a continuar. Inspirada por el Maestro Lutao, Liyul no se rinde. Tras otro intento, logra ejecutar la pirueta con éxito. Una mezcla de victoria y gratitud la invade.

—Bien hecho, mi amor —menciona Eali con una sonrisa llena de orgullo, admirando la habilidad de su novia.

Tratando de recuperar el aliento, Liyul se detiene para contemplar el cielo y sentir la suave brisa acariciar su rostro. El aire le proporciona una sensación refrescante, renovando su energía para seguir adelante.

Ella estaba por preguntarle sobre los planes del día, pero antes de hacerlo, algo captura su atención. Frente a ellos, una porción del lago se encontraba congelada, y un grupo de personas trabajaba arduamente construyendo plataformas a lo largo de sus aguas. Le toma un momento, y ve su propia foto en cada pancarta que adorna la entrada del lago, y su nombre resplandece en letras de varios idiomas.

Sobre el hielo, una figura alta y elegante patinaba a gran velocidad. Su cabello largo y negro ondea en el aire, revelando su destreza y alto nivel de maestría. Liyul la reconoce inmediatamente como la mujer de la posada que vio unos días atrás.

Intrigada, le pregunta quiénes son todas esas personas, pero en vez de responderle, él la apresura para acercarse a ellos. Parece conocerlos y, al verlo, los trabajadores abandonan sus tareas y corren hacia ellos. Eali presenta a cada uno de sus amigos: Dailux y Brilia, los gemelos trapecistas; Maglia, la princesa del circo; Carmon, el ingeniero, y otros cinco más. Pero quien destaca con una presencia imponente es Aguila Añeni, quien, al observarlo más de cerca, resulta ser un hombre vestido con atuendos que resaltan su cuerpo y le otorgan un aspecto medio afeminado.

Liyul con una chispa en la mente lo reconoce, él es el famoso vocero de baile. Intenta saludarlo, y antes de hacerlo, él la agarra de la cintura para levantarla al aire frente a Eali, quien trata de evitar que la trate como si fuera una de sus amiguitas, aunque sin éxito, cuando Aguila logra esquivarlo.

—Así que tú eres Liyul, qué bonita eres —menciona Aguila, sosteniéndola en el aire como si fuera una muñeca.

—Ya basta, suéltala —interrumpe Eali—. ¿Y dónde está tu prometida?

—No lo sé. Además, no me habías dicho que tu amiga fuera tan hermosa —responde Aguila sin quitar su mirada atrevida de Liyul.

—Gracias, ¿me podrías bajar por favor? —pide Liyul, intentando liberarse.

—Por supuesto —responde Aguila, soltándola con suavidad.

Eali continúa informándole que todos los presentes son parte del famoso circo, las Maravillas, reconocidos por sus habilidades para realizar eventos de gran espectáculo que combinan la música, las luces y entretenimiento. Aguila agrega emocionado que su plan es cautivar los corazones de los espectadores con el poder del teatro.

—Espero que no te hayas olvidado de patinar —pregunta Aguila, observando el rostro de Eali. Al recibir su respuesta, les comunica que se les permitirá utilizar todo el lago en el día del desfile. Además, menciona que Shi'el está componiendo una canción única para el evento llamada "La Magia de Liyul". Está seguro de que será extraordinaria. Y por su parte, él está diseñando un vestido que será la envidia de todos en el concurso.

Liyul apenas puede creerlo. Al observar el lago, le resulta difícil imaginar cómo se verá en el día del desfile. Con una gran sonrisa, agradece a todos por su arduo trabajo y les asegura que dará lo mejor de sí misma.

—Y ahora, ¿dónde está ese caballo? —señala Aguila, buscando a Melenas, quien disimulaba comer hierba todo este tiempo. —te ves hermoso.

Melenas mueve la cabeza de un lado a otro, como si estuviera siguiendo una melodía que solo él puede escuchar en su corazón. Aguila, al verlo, estira la mano hacia el cielo y con la otra toca su pecho, invitando a su amigo a un baile nostálgico, recordando días que fueron duros pero también hermosos. Conectan sus miradas y, al instante, siguen el ritmo y comienzan a bailar juntos.

Por primera vez, Liyul presencia en persona las verdaderas habilidades de Melenas y queda fascinada. Ambos se mueven con esplendor y majestuosidad, atrayendo la atención de las personas que se acercan a curiosear.

Ella puede ver cómo Aguila y Melenas se sumergen en la música que fluye en su ser. Hasta ese momento, los movimientos eran fáciles de seguir, pero cuando él comienza a moverse hacia atrás, Melenas lo sigue con una sincronización perfecta. Con una sonrisa, el mago da una señal para comunicar algo especial. El siguiente movimiento sorprende a Liyul por la energía y la intensidad. Aguila salta una y otra vez, dando vueltas completas a gran velocidad, para finalmente terminar sobre un solo pie sin detenerse.

Sin esperar, Liyul voltea a ver a Melenas, y antes que nadie más, nota cómo él también se prepara para unirse al los giros. Sabe que lo seguirá, y así lo hace, dejando perplejos y encantados a todos los espectadores. Melenas une sus patas del lado izquierdo y, con las del lado derecho, impulsa su cuerpo para dar vueltas completas con una facilidad asombrosa. Ambos continúan girando por unos segundos más, hasta que finalizan en dos poses, quedando espalda con espalda, donde Melenas se levanta y mantiene la pose de dos patas durante unos segundos.