Pasos hacia el Destino

Capítulo 16, Un sueño de maní

Todas las personas en la ciudad y los guerreros esperaban a Ansaidifel para comenzar el evento, que por su lado continuaba durmiendo en las piernas de Sabari. La emperatriz se encontraba sumida en un profundo sueño, uno que revelaba el comienzo de su desdicha y la promesa que le hizo a su primera amiga.

 

Mientras los guardianes la llevaban a uno de los calabozos más profundos y mejor resguardados del castillo, Ansaidifel seguía llorando desconsoladamente, aferrándose a cualquier rincón de esperanza que le quedara.

 

—Lo siento, no quise hacer esto, pero no tengo otra opción… lo hago para protegerte —dice la voz de una mujer.

—Quiero ver a mi mami —suplicaba Ansaidifel, con lágrimas en los ojos—, tía, no quiero estar aquí.

Los sollozos de la niña llenaban el lúgubre pasillo, mientras su voz temblorosa expresaba su profundo temor y deseo de escapar.

—Escucha, debes entender que ya no vas a ver a tu madre. Es mejor que te quedes aquí; en este lugar recibirás todos los juguetes que quieras. Vivirás protegida de quienes quieren hacerte daño.

—No quiero. Quiero ver a mi mamá —rogaba nuevamente Ansaidifel, con sus manos temblando.

—Créeme, no quiero hacer esto y también quisiera que vieras a tu querida madre.

—No, quiero ir con mi mamá. ¡Quiero ir con mi mamá! —gritaba Ansaidifel, su voz llena de desesperación—. ¡Suéltenme, déjame ir!

—Silencio. Debes comportarte como una buena niña.

—Quiero ver a mi mamá.

—Dije que te calles…

—Quiero ver…

—¡Cállate!…

—Quiero…

—¡Cállate!…

—No, quiero ver…

El sonido de una cachetada resuena entre los pasadizos del calabozo; Ansaidifel sin poder aguantar el dolor se agarra la mejilla con tremendo miedo, en ese lugar se da cuenta que ya no iba a volver a ver a sus padres.

—Tienes que ser una buena niña, ¿vas a ser una buena niña por tu tía, no es así? —pregunta la ama-regional.

Sin otra opción y con más lágrimas, Ansaidifel asiente, temblando ligeramente.

—Tú sabes que te amo, ¿verdad? —continúa la ama-regional.

Una vez más, Ansaidifel asiente con el vestido mojado por su llanto.

 

La nueva ama-regional toma a su hermosa sobrina entre sus brazos, en sus ojos reflejaban su determinación hacia el poder. No podía perder esta oportunidad, aun cuando sienta algo por la hija de su prima. Quién pudo imaginarse que aquella frágil mujer pudiera dar a luz a alguien capaz de obtener la bendición.

Tiene que hacer esto, si no por ella, entonces por su propia familia; así es, es por ellos que está haciendo esto.

No es mentira que la está protegiendo, pero no puede evitar sentirse mal.

El esposo de su prima y todos sus magos fueron asesinados tratando de proteger a su hija, de igual manera su prima terminó desapareciendo, porque ninguno de sus cuerpos fueron hallados: parece que hay fuerzas que no quieren ver a una nueva emperatriz. Por fortuna su hija pudo sobrevivir cuando la escondieron entre los aldeanos.

Siendo parte de una de las familias más influyentes en las tierras, ella tiene muchas opciones. Debe ser astuta, si no puede tener a una hija con la prueba, entonces al menos pueda controlar a su sobrina.

Antes de encerrarla en el calabozo, le da un beso en la mejilla.

 

Ansaidifel Yudax'yian, a los ocho años se encontraba encerrada en un cuarto diseñado para contener su poder. Al principio, ella lloraba casi todos los días, deseando volver a ver a sus padres, pero después de muchos meses dentro de su lujosa prisión, se acostumbra a su situación.

Ese cuarto se convierte en su mundo entero; Ansaidifel aprende a no sentir tristeza o coraje por su mala situación. En estos días, solo se siente aburrida. Lo bueno es que lee muchos libros, gracias a una pequeña niña que se los trae a escondidas cuando le entrega su comida y su ropa.

Es cierto que se está olvidando del mundo exterior, pero en esos libros puede ver y leer acerca de sus diferentes tierras, los grandes 11 continentes, de los muchos reinos que existen y sus diferentes gobiernos.

Aprende sobre las magas que pueden hacer grandes cosas, como levantar ciudades enteras, llamadas las emperatrices. Estas mujeres llevan el nombre de la Diosa Iris, y cuando llegan a cierta edad reciben algo llamado la bendición, que no solo les otorga gran poder, también les permite controlar el mismo universo; por esa razón son llamadas las hijas del universo. Se menciona también que los que no logran obtener la bendición, terminan recibiendo la maldición.

Día tras día solo puede soñar que algún galante la pueda salvar, como los cuentos donde ellos rescataban a las princesas y terminaban viviendo en grandes castillos. Aparte de esos libros de princesas y reyes, tiene uno que es su favorito: se llama "La Ardilla que Salvó a Toda una Nación". Es como si esa historia la estuviera llamando a hacer algo, a convertirse en algo diferente.

Sin poder evitarlo se pregunta, ¿cuándo fue la primera vez que pudo sentir el deseo de proteger algo?

El cuento de la ardilla es una historia de mito y leyenda, que muchos otros libros parecen considerarlo como si realmente hubiera sucedido.

Mientras abre el libro, examina los dibujos del animalito, la pequeña ardilla era de color gris con cola blanca.

El libro parecía ser antiguo, hecho de un papel grueso y escrito a mano. Se dice que este libro había cambiado la vida de muchas personas.

La historia posterga un dilema: "si las personas no pueden cambiar el corazón de alguien, si la razón o la moralidad no pueden hacerlo, ¿es que no existe un lenguaje que pueda romper la crueldad de dichas personas? ¿Y si existe, es que nunca vamos a poder entenderlo?”

La primera vez que leyó el libro, se sintió muy triste, pero cuando lo leyó por segunda vez, aprendió muchas cosas. Aprendió que no se debe subestimar el poder de algo pequeño, porque en su interior puede albergar el corazón más grande del mundo.




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