Al igual que el resto de la gente, Fel observa el evento al lado de Sabari mientras escuchan un poco de la historia de la Palabra. Viéndolos bailar, se sienten un poco más tranquilas, e incluso se les puede ver sonriendo. En el otro rincón de la plaza, Mia está sentada con Balerio, disfrutando de los eventos y de la rica comida, cocinada a la perfección. Dos mesas aparte, Roxana también se encuentra comiendo con su nuevo amigo.
El maestro Lutao, sus estudiantes y el resto del público se quedan en silencio cuando comienza la canción que sus amigos han elegido, una romántica de piano.
Adentro de Liyul, bastantes emociones emergen a la superficie, como si fueran burbujas ascendiendo desde las profundidades del mar. Su rostro irradia su amor, ofreciendo al público un adelanto de lo que será su participación en el próximo concurso de desfiles.
No había imaginado enamorarse de tal manera; la intensidad era casi asfixiante. Con el frescor nocturno y las miradas de la audiencia, siente que está a punto de tocar las estrellas. Es sorprendente que solo haya transcurrido un mes, pues le parece haberlo conocido de por vida. Si solo su madre pudiera verla en este momento, ver lo feliz que está. «Gracias, gracias por todo tu amor. Dondequiera que estés, espera por mí. Tengo tantas cosas que quiero contarte, madre mía», murmura, llevándose la mano al corazón.
Con las muñecas en las caderas, comienza a mover todo su cuerpo, mientras Eali empieza a caminar a su alrededor. Una vez detrás de ella, él la toma de la cintura y de su mano para hacerla girar una y otra vez. En tanto la lanza de un lado al otro, siente su cariño y su cuerpo cálido que la toca con cada cambio de dirección. Con su sonrisa, la está llevando a un mundo de felicidad. Antes de darse cuenta, la inclina sosteniéndola del cuello y de su espalda para darle un beso y decirle qué hacer.
—¿Estás lista para demostrarles algo único?
Con un leve asiento, le responde que sí y lo sigue con lo mejor que puede. Al jalarla hacia su pecho, la tira de la mano para atraerla nuevamente hacia su espalda. En su sorpresa, termina con su propia espalda dando una vuelta completa para acabar con sus pies en el suelo. No entiende lo que acaba de ocurrir, pero toda la gente comienza a aplaudir. Entonces, lo hace otra vez.
Pensaba que lo iba a hacer una vez más, pero cuando la sostiene de la cadera para doblarla nuevamente, le da otro beso.
—Voy a aumentar la velocidad, ¿estás lista?
Con su rostro y su escote enrojecidos, le pide que lo haga.
Los dos empiezan a bailar, girando brevemente antes de que él la levante, permitiéndole realizar una pirueta completa que deja sus piernas al descubierto. Justo antes de que toque el suelo, la atrapa impidiendo su caída y la eleva de nuevo para otra pirueta. A pesar de su pequeña estatura, parece no pesar nada en sus brazos, tratándola como si fuera una delicada muñeca.
La multitud comienza a aclamar ante la impresionante maniobra. Liyul, capaz de seguir sus pasos tras apenas un ensayo, va perfeccionando sus propios movimientos.
Al tocar el suelo, los dos se encontraban bailando con pasos ya perfectos. Cada giro, cada pirueta, les estaba saliendo perfectos. Incluso su velocidad estaba creciendo y alcanzando el nivel de los demás, hasta los estaban superando. Una sorpresa para el público, que no esperaba mucho de ellos, ya que no pueden usar magia.
—Quiero que te apoyes en mis hombros tanto como puedas.
Esta vez, Liyul responde solo con una sonrisa y sigue sus pasos de baile. Su sudor y su respiración entrecortada evidencian su cansancio, pero está decidida a darlo todo hasta el final.
Eali la dobla varias veces para ejecutar piruetas, y en la cuarta la alza hacia arriba, permitiendo que termine sobre sus hombros. No esperaba que pudiera hacerlo tan perfecto, pero ella lo había logrado. Ambos se aferran de los hombros mientras él continúa dando vueltas, creando la ilusión de que ella estuviera bailando en el aire, extendiendo sus piernas mientras giraban.
El público se vuelve loco; toda la ciudad estaba gritando. Liyul hace todo lo posible y aguanta unos diez segundos, pero al perder la fuerza, termina en los brazos de su amado, quien la devuelve suavemente al suelo.
—Ya va a acabar, pero tengo una última pieza. Quiero que des vueltas encima de la bandeja —le informa, una con dos asas que la saca de su espalda para tirarlo al suelo.
Liyul continúa entregándose al baile, mientras su amado la toca por todas partes: sus piernas, su cadera, su espalda, su cuello. Terminan con sus rostros lado a lado, para seguir dando más vueltas. Él le avisa que se aliste y le pide que se quite los zapatos; al hacerlo, la ubica sobre la bandeja. Ella gira una y otra vez con un pie, y cuando alcanza la velocidad necesaria, él comienza a darle señales para que se incline sin dejar de girar. Le da más velocidad al remover su mano y, al mismo tiempo, la hace agarrar una cadena para que pueda sostenerse.
Giraba a tal velocidad que pensaba que se iba a desmayar, pero tenía tanta confianza que hace todo lo posible para continuar. Ganando más velocidad, la audiencia se queda muda, pensando que eso iba a ser el final.
Con el tiempo que llegaba a su fin, Eali le indica a que se levante al jalar la cadena hacia arriba. Antes que enderece su rodilla, él suelta la cadena y agarra las asas de la bandeja mientras ella sigue girando. Por mucho tiempo había soñado con recrear este movimiento y había practicado muchas horas, finalmente lo hace con la persona que ama. Usando las fuerzas de sus piernas, espalda y brazos, la tira con tanta fuerza que ella sale volando, gritándole que estire sus brazos.
No podía creerlo, pero Liyul sale disparada hacia el cielo, dando vueltas con su vestido que se abre aún más, y con sus manos extendidas parecía que quería abrazar a toda la gente con su amor. En ese momento, no sentía miedo por lo que le pudiera ocurrir, solo podía sentir una gran satisfacción por el logro, por haber sido parte de sus sueños.