Solo falta poco tiempo y Eali sigue inspeccionando los patines de Liyul y los de Melenas, las correas de la silla de montar, hasta los anteojos que ambos van usar. No está dispuesto a dejar nada al azar, incluso los va a revisar después una vez más.
Así pasan quince minutos y comienza a preocuparse por Liyul, que no se encontraba haciendo una de sus tareas. Le pregunta a la princesa si la ha visto y ella le responde que no, desde que la vio irse al baño. Entonces espera unos cinco minutos antes de ir a buscarla y al salir de la carpa, la ve junto a una mujer que intentaba calmarla por alguna razón. Antes de que pueda preguntar qué ha sucedido, Liyul se lanza hacia sus brazos.
—¿Qué ha ocurrido? ¿Por qué estás llorando?
—Eali, tuve mucho miedo. Alguien intentó hacerme daño, pero gracias a Roxana, estoy bien.
Eali la abraza, asegurándole que ahora está a salvo. Al girarse hacia la mujer que acaba de ayudar a la mujer que ama, le expresa su profundo agradecimiento.
—Estoy en tu deuda, muchas gracias. ¿Tu nombre es Roxana?
—Sí, Roxana Zargan, pero llámame Rox —confirma—. No podía permitir que lastimaran a mi estrella favorita.
Con escuchar lo ocurrido, todo el grupo le agradecen de la misma forma y la invitan a comer con ellos. La gemela y la princesa no pueden creer que alguien quisiera hacerle daño, sospechan que tiene que ser uno de los participantes que le debe tener miedo. Lo más importante es que está a salvo.
Aguila trae mas tortas de carne y sin preguntarle le da doble porción a Rox que sigue escuchando cosas de Liyul. Le cuentan que hace solo unos días, no sabía patinar o bailar, pero en menos de una semana ha logrado un estupendo progreso. Ella pregunta si sabían que tenía tal talento .
—La verdad, yo ya lo sabía —confiesa Eali—, una vez me puse a bailar y ella inconscientemente pudo memorizar cada uno de mis pasos. No eran nada complicados, pero a la vez, pudo grabar los movimientos en sus piernas.
Eso era la primera vez que Liyul escucha a Eali hablar de sus talentos. Hasta ahora, pensaba que debía ser porque todos ellos son buenos instructores, pero al oír que ella posee algo único, se siente muy especial.
—He escuchado que también posees la maldición, ¿es eso verdad? —pregunta Roxana con una sonrisa.
—Es verdad, no puedo usar magia de ninguna clase.
—Sabes qué, creo que eso te hace aún más especial. Tus habilidades son verdaderas y son tuyas.
Liyul nunca se había visto de esa forma, que tuviera talentos o que fuera especial.
Una vez que terminan de comer, se alistan para ver el siguiente desfile, pero antes Liyul le da uno de sus postres a Roxana, quien al probarlo se impresiona por su exquisito sabor, haciendo que sus ojos cesen de pestañear al descubrir la verdadera razón por la que ella estaba en la lista. El sabor era indiscutiblemente lo que había probado antes: la textura, la humedad y lo dulce. La pregunta era cómo ella pudo duplicarlo.
—¿Dónde aprendiste a hacer ese bocado?
—Es gracioso, pero es una receta que mi corazón necesitaba crear, ese mismo día es cuando me encontré con Eali.
Al escucharla, él voltea; no se imaginaba que ese pastel que le tomó un mes preparar fuera la razón de que los dos estuvieran juntos.
—La verdad es que he probado este mismo sabor en otro… país, y he escuchado que tienes que estar en constante atención, por lo menos unos 3 a 5 días, para encontrar el punto de la perfecta fermentación y cocinarlo de tal manera que solo unos cuantos pueden lograrlo.
Todos se quedan con la boca abierta; pudiera ser cierto lo que acaba de decir, 3 a 5 días de constante atención para un pastel.
—¿Es eso cierto? —pregunta Eali, sorprendido.
Liyul lo confirma con un inocente asentimiento, mientras Roxana escucha con atención, pensando en las posibilidades que esto podría abrir para Liyul. Estaba convencida de que alguien debió poner ese deseo de crear esos pasteles en su corazón. No está totalmente segura, pero ¿quién podría ser?
Otra cosa, ¿por qué ella? No puede usar magia, y peor aún, su destino está marcado para sufrir. Se detiene y lo piensa con más cuidado, ¿podría ser por eso? ¿Por su mal destino que han decidido traerla, por compasión? Ella se ríe en sí misma con solo pensarlo, sabe muy bien que ninguna de ellas se arriesgaría en desafiar el sistema de Iris. De todas formas sería muy peligroso llevarla a otro universo en su condición. Pero si llegara a sobrevivir, se convertiría en una oportunidad para llegar a ser una maga de verdad; por el otro, le robaría un destino al lado de este humano que tal vez pueda ayudarla.
Entonces decide darle unos días más. Cuando voltea hacia ella, ve lo bien que los dos se ven juntos, y la idea de que Liyul pudiera brillar más allá de su destino le da un bonito sentimiento.
El grupo de Liyul había crecido por una persona más, y al lado de su nueva amiga, las chicas salen primero de la carpa para ver el siguiente desfile. Cuando Estrella comienza a introducir a la siguiente maga, es Liyul quien pone más atención.
—Ahora inicia el segundo desfile, den un gran aplauso por Liaria Monnadel —exclama la vocera, guiando su mano hacia la nueva maga con entusiasmo.
Liaria, con su vestido largo de una pieza de color blanco, estira sus manos hacia las nubes para abrirlas y llenar el aro de agua, como un gran disco reluciente. En un instante, había creado un lago entre las nubes. Y sin dar pausa, comienza a bailar con su caballo blanco, deslizándose y dando grandes saltos sobre su superficie.
Desde el suelo, la gente miraba el enorme disco de agua con asombro, dando la ilusión de estar mirando desde el fondo de un mar celestial, y para añadir otra cosa a su repertorio, sus pies sueltan un tinte amarillo vibrante que se mezcla con el agua para crear una explosión de color.
Conforme Liaria continúa su actuación, su magia lleva al espectáculo a nuevas alturas, literal y figurativamente. Los colores se intensifican, cada uno añadiendo una nueva dimensión a la atmósfera mágica. Azules profundos, rojos vibrantes, verdes esmeralda y púrpuras misteriosos se mezclan en el agua, descendiendo suavemente hacia la tierra en forma de una nieve única, producto de una lluvia mezclada con pintura. Esta visual crea un momento de asombro colectivo, con la multitud completamente cautivada.