Passione

18

Me senté en frente a la mesa, Gia ocupo el puesto a lado de Nicolás, este le pregunto donde paso todo el día, cuando Eiríkr llego Lía aún no aparecía, él miró su asiento.

—¿Dónde está mi esposa?

—Aquí estoy —Camino hasta su asiento, él no le quito los ojos de encima hasta que se sentó

—Te ves muy bella esta noche —Ella lo miro y se puso un poco roja

—Gracias —Él la miro y asintió

La cena transcurrió tranquila, Lía habla con los hermanos Caruso, con la atenta mirada de su esposo, quien estaba fascinado con lo que veía, y no estaba mal, estaba hermosa.

—Parece que juntarse contigo, le está haciendo mal —Mire a Eiríkr

—¿Qué?

—Esa ropa y ese peinado —dijo —¿Sabes algo? —Negué

—Se quiere ver linda, no veo problema en ello —dije

—Prefiero que sea invisible —Lo mire

—¿Por qué?

—Así es una cosa menos en que preocuparme —Sonreí —¿Qué?

—No puedes culparla porque querer verse linda, hay veces en que te cansas y simplemente dices basta y te transformas —Me miro

—Tendremos una reunión más tarde con ellos —Tomo un poco de vino —Tengo un pequeño problema —Lo mire

—¿Quieres mi ayuda? —Miro a su esposa, que se estaba riendo por uno de los comentarios de Nicolás

—Y después te irás, cumpliré mi palabra —Toco mi mano —Es fácil encariñarse contigo, así que, menos te quedes mejor

—Está bien

—¿Al menos que te quieras quedar?

—No puedo, pero si necesitas mi ayuda solo debes pedirla, vendré de inmediato

68747470733a2f2f73332e616d617a6f6e6177732e636f6d2f776174747061642d6d656469612d736572766963652f53746f7279496d6167652f456c4e5067534b48354b75544d413d3d2d313034373535333739342e313733343336626634363663613233353238303631393630323636332e706e67                    

—Me estás diciendo que estás en un rollo

—Solo te informo, sé que no tienes la mejor relación con ellos, por lo que paso en Estambul —Nicolás rodó los ojos

—Soy el heredero a la mafia si alguien a de temer serán ellos

—¿Eso es ego?

—Se le dice poder —Me reí y ellos me regresaron a ver —Más vale que ella no este —Lo mire mal —Si le pasa algo, te mato

—No, si yo me mato primero —Lo mire, me extendió la mano y me sentó en su escritorio dándole la espalda a los demás —Si te hubiera conocido antes, Dios no te dejaría escapar

—Se necesita más que atracción sexual para las campanas de boda —Él sonrió —Tú lo tienes

—Tenerte a ti y no hacer nada, maldición —Miro al resto —No me mires así Nicolás

—Tienes la suerte de poder tener más esposas —dijo Gia —¿Por qué no se casan? —Él me miro

—Si me casara con ella seria para que fuera mi primera esposa, ella no merece menos que el trono absoluto, te molesta lo que digo primito

—No —Ese era Alessio —Apuesto que disfruta de la atención

—Bien merecida que le doy, cosa que ustedes no han hecho —Tomo su vaso —Recompensó su falta de atención

—Solo te arrancará el corazón —dijo él

—¿Cómo te lo arranco a ti? —Hubo silencio —Si se la historia, por alguna razón los cinco se conocieron, los tres se enamoraron de la misma mujer tan perdidamente, hasta el punto de respirar cuando ella lo ordenaba, le dieron el poder demasiado y ahora tienen miedo de un hermoso ángel que lo único quiere es volar; —Me miro, sus dedos caminaron por mis muslos hasta llegar a mi mano. —Dos días fueron suficientes para entender que perdería si la retenía a mi lado, porque esta mujer es como el aire no puedes encerarlo, lo peor de todo es que no sedan cuenta, están perdidos sin ella, lo veo —Los regrese a ver —Cada vez que se mueve, o hace algo ustedes salen cuál imanes

—Eso no es el tema en cuestión —dijo Tomás —Después podemos hablar de como nos dejamos engañar por una bruja —Sonreí, Eiríkr alzo las cejas y me miro y asintió

—Pueden retirarse a uno de los castillos más alejados o quedarse, eso está bajo su poder, pero si hacen que todo salga mal, ustedes pagaran, aún no tienes total inmunidad, no eres un intocable, así que quiero poder cerrar esto de una buena vez y vivir en paz

—¿Paz? —dijo sarcástico Nicolás

—Lo otro lo resolveremos en su momento, pero no te vas a poder escapar de las pruebas que tengo

—¿Por qué no acabamos de una vez? —Escuché el seguro de un arma y me puse de pie

—Nicolás

—No —Me dijo, apuntándole a Eiríkr —Si lo mato seguirás siendo de mía

—Mátame a ver como sales de aquí —Me acerqué a él y me puse en medio

—Dispara —Él me miro sulfurado

—Quítate

—No, déjalo, ya solo haces que te odie

—¿Odiarme? Ya me rompiste el alma, no eres nada para mi

—Entonces, ¿Por qué estás aquí? ¿Por qué ellos están aquí? —Bajo el arma y la guardo, miro a todos y después se pasó la mano por el cabello

—No sé —Me miro —Yo no sé, siento que perdí algo que nada podrá remplazar, estoy perdido maldición, se supone que esto no debía pasar

—Pero paso —Me miro

—No es de mí de quien deberías escuchar esto y tampoco esperabas que fuera yo que lo dijera, ni tampoco querías que fuera yo quien lo dijera —Lo mire, estaba hablando de Alessio, tal vez sí, pero eso ya estaba muerto de cierta manera, dolía como un pellizcó

—Pero me hace feliz escucharlo, sé que después de todo te pude enseñar algo —Me miro

—¿El qué? —Sonreí

—Amar —Me aclaré la garganta —¿Entonces? Lo ayudarás —Miro a su primo y a mi

—Sí, lo haré, pero no por él, sino por ti, y no sonrías —Me di la vuelta y Eiríkr sonrió por los dos

—Puedes irte mi bella diosa —Asentí y Salí bajo la mirada de todos ahí




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.