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—Rouses —Su voz llego a mi cabeza, haciéndome abrir los ojos —Sea lo que sea que estés recordando, no es malo —Negué —Estamos hechos de lo que hemos vivido y las decisiones que tomamos nos definen, no puedes huir para siempre del pasado —Mire a otro lado —Cerré los ojos y comencé a llorar, sentí que tocaba mi mejilla 

—No me toques, no me toques —Alejo su mano —Aléjate de mí, no te acerques 

—Sabes, una vez me dijiste que aprendemos a sobrellevar el pasado, recordando solo lo bueno, y no dejes que los malos recuerdos te consuman —Tomo mi mano —Sientes esto —puso mi mano sobre el suelo —La textura —Tome aire, tomo mi otra mano y la puso sobre la madera del mueble a mi lado —Son diferentes

—No, Por favor, ahora no Alessio. Lo mejor es que te alejes si no quieres acabar muerto 

Mire él avellana de sus ojos, aquel color que me encantaba tanto y que lo hacía resaltar.

—Arabella tuvo un accidente en el puente del alma, no sobrevivió. —dijo Camila —Lo siento cariño, ella perdió mucha sangre 

Aparte mis manos las lleve a mis oídos, mientras sentía que todo dentro de mí se rompió en un solo momento, mientras un alarido salía de mi garganta y se iba extendiendo por el lugar, mientras volvía a sentir lo que sentí aquella vez y que no quería sentir.

—Pero, ¿Que está pasando? —Levante la vista encontrándome con Zayden —Carajo, ¿Qué paso?

—Está muerta, Arabella esta muerta —Las palabras rasparon mi garganta —Está muerta

Paso por a lado de Alessio y se puso a mi altura.

—Princesa —Lo miré mientras negaba, lo abrace —Lo siento, lo siento 

Comencé a llorar como una niña.

—Tranquila Rouses estas morada respira, vamos, esto no se repetirá, ese suceso no ocurrirá de nuevo, estoy aquí

—No me dejes

—No lo haré, me quedaré contigo, mírame —Se separó —Te lo prometo, te amo Rouses, yo no abandono a las personas que amo ¿Dónde está tu inhalador? —Negué

—Señor —James apareció de nuevo, Zayden me lo dio, lo usé, sin mucho éxito 

—Respira, tus labios están morados, estás helada 

Esteban

Baje del auto de un brinco, y corrí a dentro, no creí que tuviera una crisis, no lo imagine, dijo que ira a descansar, a dormir un poco, había hasta preguntado por sus pastillas para dormir, pero no.

Al entrar los hermanos Caruso me miraron, si Rouses estaba así debía ser su culpa, y el mayor culpable estaba más cerca de ella con Zayden, quien le dio el inhalador.

—Rouses —Sus ojos me buscaron, había estado llorando, carajo

Me acerqué a ella, tenia los labios azules por no decir morados, estaba pálida.

—Está muerta —Me quede callado procesando la información

Había llamado hablando sobre Arabella, y ahora lo recordaba, lo único que atine a decir fue la verdad, pero verla romperse era lo peor, pero no había más camino.

—Será mejor que te recuestes —Mire a Zayden, él asintió haciéndose a un lado. No hubiera podido cargarla ni estando sano.

La tomé en brazos, parecía un muñeco de esos rellenos, mire a los Caruso que parecían desconcertados. Quería gritarles que se largaran, pero sabía que Zayden preguntaría y Rouses se enojaría, apreté los labios y hable.

—¿Qué paso?

—Nosotros estábamos…

La cabeza de Rouses cayó para atrás, al igual que su mano quedo en el aire.

—Carajo, carajo, Roses no me hagas esto —Mire a su guardaespaldas —Llama al médico y a una puta ambulancia, ahora —Salió corriendo mientras la colocaba en el sillón

—Estoy aquí —Mire a Maritza, quien miro a Rouses preocupada, comencé a tomarle el pulso

—Sus pulsaciones son muy rápidas, acaba de desmayarse, Maritza debes venir a ayudarme, no puedo solo —Ella asintió y camino a mi lado quitándose todo lo que traía encima, Zayden, se sacó el reloj que Rouses le regalo, uno para medir pulsaciones

—Tal vez esto ayude

—Está ligado a ti, no servirá de mucho, debes despertar Rouses, debes…

La miré lucia tan frágil y luego mire a Maritza.

—Solo resiste 

—Debemos llevarla arriba —Asentí tomándola y llevándola arriba

Paulina

No sé cuanto paso, pero no fueron más de quince minutos en los cuales termino en el suelo, sin aire, azul, se la llevaron inconsciente y nosotros solo nos quedamos parados ahí, sin hacer nada porque no sabíamos qué putadas hacer. El primero en reaccionar fue Alessio.

—¿Qué estabas pensando? Tu tonto jueguito casi la mata, no, la puso en ese estado catatónico

—Yo no sabía qué reaccionaria así

—¿Y como más va a reaccionar Nicolás? La está pasando mal y no ayudamos —Hablo Tomás

—No recordaba que su prima murió —Hablo en susurro Nicolás —Realmente no era mi intención —Alessio lo tomo de las solapas de su camiseta