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—Decían que habías muerto

—Si bueno, no morí, estoy muy viva 

—¿Por qué le dicen Zarina? —Pregunto Elara

—Es hermana del futuro Zar de Rusia, es la pequeña Zarina —Explicó Tomás

Procedí a comer con la mirada de esa chica, Nicolás estaba mirando su celular cuando me pillo viéndolo.

—Es tu nuevo juguete 

—Estaba aburrido 

—¿Lo sabe?

—No, creo que no, y debo ponerle un freno antes de que se le suaba a la cabeza, pequeña Zarina

—¿A que si?

—Su majestad —Mire al camarero —Me temo que la prensa la encontró, están afuera queriendo entrar

Vi algunos dentro tomando fotos.

—Unos ingresaron —Dijo un hombre que tenia la placa de gerente en su pecho 

—No se preocupe, he terminado, me puede traer la cuenta 

—Claro

—Agréguelo a la mía —Mire a Nicolás 

Se armó un revuelo cuando uno de los fotógrafos boto a uno de los camareros, otro cayó sobre la mesa.

—Paga de una vez Nicolás, debemos irnos 

—Haré que los saquen —Asentí, se acercaron tanto que la cámara estaba sobre mi rostro 

Estaban los aparto, pero el tipo, lo golpeo, empezó a pelear con él.

—Esteban, déjalo, vamos —dije con exasperación 

—Solo una foto princesa, una foto 

—Por favor, señores, tengan más respeto —Los guardias intentaban sin ningún éxito apártalos

—Salgan por atrás, saldré con Rouses por al frente después 

—¿Por qué tú? 

—Porque es mi trabajo 

Nicolás se llevó a Rachel casi a rastras, Esteban se fue con Maritza, suspire y me mire los pies, no sabía qué decir o hacer.

—Te vez bien —Alce la vista encontrándome con Alessio ¿Me veía bien? 

Tenia puesto un calentador negro y un abrigo del mimo color encima, estaba algo despeinada, está todo menos bien.

—Para nada —Él rodó los ojos 

—Vamos

—Van a aplastarnos 

—No lo harán, vamos 

Salimos agradeciendo al gerente, y al camarero, había policías que habían cercado a la prensa. 

Sentí unos dedos tocar mi mano, mire a Alessio, me la tomo y prácticamente jalo de mí al auto, me hizo subir y subió él detrás de mí, no me soltó, mire un rato nuestras manos y luego me solté.

—Espero que le agrade el nuevo protocolo majestad, vayas de seguridad —Jack apareció de la parte adelante 

—Creo que lo adoro —Me sonrió

—Iremos directo al aeropuerto como estaba planeado 

—¿Te dejamos en algún lado? —No lo mire, no sabía como

—El aeropuerto está bien —Dijo

Al llegar al aeropuerto, el avión ya estaba en la pista, baje del auto y comenzaron a subir mis maletas, Alessio se arrimó al auto con las manos en los bolsillos y me miro.

—Creo que debo decir lo siento y gracias —Alzo una ceja —Lamento que te hayan metido en la cárcel y gracias por alejar a la prensa, sé que algún día dejaran de hablar de esto —Nos señale 

—¿Eso crees?

—Sí, será como lo de los actores de Diario de Vampiros

—¿En serio lo piensas?

—En algún momento reharemos nuestras vidas y todo pasará a segundo plano, quedará olvidado

—¿Así de fácil?

—Así es el mundo, olvida lo que tiene que olvidar, y olvidara lo que no debí ser para ninguno de los dos 

—Estamos listos

—El contrato nuevo debemos hablarlo, la jefatura de policía debe aprobarla como la primera vez, pero si quieres cortar lazos lo entenderé, debo irme 

Subí al avión, un vuelo, rumbo a Londres, dejando atrás Berlín.

—No te dijo nada 

—No, es que no le di tiempo a decir nada, además la chica con la que sale estaba presente 

—Debe haber sido por eso cariño, ¿Estás comiendo?

—Si mamá estoy comiendo

—¿Y estás durmiendo? —No dije nada —Rouses debes dormir, sé que te está costando, pero no puedes dejar de dormir, vente un rato a casa cuando llegues, si tienes tiempo claro nos gustaría verte 

—A mi también mamá, salúdame a todos por ahí, trataré de ir 

No había perdido mi comunicación con los Williams, deje de lado mis lentes y cerré mis ojos, estaba cansada, mentalmente, físicamente, me sentía bien.

Londres nos recibió con una lluvia horrible, pase en un cuarto con diez personas discutiendo sobre las finanzas y próximos proyectos de la empresa, cuando termine ya era muy tarde, me dolían los pies.

Llegamos al departamento y pedimos comida a la habitación, me cambié de ropa y fui al salón, Maritza cambiaba de canal, salte a su lado y me miro molesta.

—Siento que moriremos por tanto trabajo 

—Ya mismo volveremos a casa a descansar

—Más te vale Rouses o me saldrán arrugas precoces —Me reí

—No seas tan dramática