Passione

29

Me quedé mirando la televisión un rato después de que la entrevista acabara, la habitación se iluminó cunado, un rayo cayó a lo lejos, las luces se pagaron y en reflejo de la televisión lo vi, estaba parado detrás de mí, mire a mi lado Maritza se hizo la loca y Esteban solo dijo.

—Como que se fue la luz, ¿No? ¿Será solo aquí o en todo el distrito? —Cerré los ojos 

—¿Qué haces aquí? —No respondió, me voltee mirándolo estaba empapado —¿Qué no conoces los paraguas? Estás mojando el suelo —Me miro

—Eso es lo que menos te importa —Mire a Maritza —Upps como que me dio hambre, Esteban

—Nunca digo no a la comida 

—Lo que dije ahí

—No, no vamos a hablar de eso, ni ahora ni nunca

—¿Por qué?

—Porque me voy a casar, joder —Me puse de pie y lo mire —Y porque a pesar de lo que aun sintamos no lo voy a cancelar, así que vete porque no pienso volver al jodido círculo vicioso donde cada vez que alguno mete la pata el otro se va y regresa cuando se le da la jodida gana. No puedo, ya no 

Camine rumbo a mi cuarto, dejándolo ahí empacado en medio de la sala, mientras mi cara se mojaba pero no con lluvia.

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Tenia la mañana libre, algo que iba a aprovechar para visitar a mi otra familia, mea arregle y le avise a mi mamá que iría a desayunar. Salí al salón, Estaban estaba despeinando con una cara de sueño, no había señales de Maritza y Alessio estaba sentado de espaldas a mí, pero sabía que era él por su cabello rebelde.

—Me voy —Esteban, me miro

—¿Llevas abrigo?

—Si

—¿A qué hora vas a regresar?

—A las dos, papá

—¿Mañana tenemos esa cosa?

—Sí, la cosa, regresaré temprano, lo prometo o me puedo quedar a dormir, haya, cualquier cosa te llamo

—Vale, Rouses, no olvides el paraguas, y ve en taxi, por favor

—Si

Me acerqué a él y besé su mejilla ignorando a Alessio.

Salí poniéndome un abrigo; afuera el frío era intensó, abrí el paraguas, recuadrándome de la pequeña llovizna, el clima de Londres a veces se ponía duro. Abrí el paraguas, no pensaba ir en taxi, estaba cerca, comencé a caminar calle abajo del departamento. 

Entre a una tienda con el objetivo de comprar golosinas a mis hermanos, y una que otra cosa para papá y mamá.

—Te dijeron que tomaras taxi —Casi boto la botella de vino, mire con enojo al hombre rubio a mi lado

—¿Qué haces aquí?

—Nada, viendo lo desobedientes que eres

—¿A ti qué te importa? ¿Por qué me sigues?

—Porque eres propensa a que te secuestren, ataquen, maten, ¿Quieres que siga? —La gente nos regresó a ver 

—Nos están mirando

—La gente es curiosa —Lo miré

—Lo único que vas a lograr es hacerme llorar, así que vete 

—Tú ya me hiciste llorar Rouses

—No sabes cuanto te detesto 

—No te creo, como que no creo eso de la boda 

—Pues deberías

—No lo amas, y él cree que eres una princesita de cuanto de hadas, cuando en realidad eres la bruja del cuento, tan mala, y tan… —Acaricio mi mejilla —Ya no eres mía 

—Ya no —Pase por su lado hasta la caja

—¿desea algo más?

—Sí, por favor, una funda de frutos secos

—¿Algo más?

—No, eso es todo

—¿Efectivo o tarjeta?

—Tarjeta

La chica me entrego una funda, miraba detrás de mi sabia que se trataba de Alessio, lo ignore, cuando salí, aunque me abrió la puerta. Abrí el paraguas con dificultad, pero lo hice, seguí mi camino, pero sentía su presencia en mi espalda, en un cruce me detuve y él a mi lado.

—Dejas de seguirme

—No —La gente nos miraba atenta, tal vez nos reconoció, el paraguas casi se me cae

—¡Cuidado! 

—Disculpe —El semáforo cambio y la gente paso, Alessio me quito el paraguas y me miro 

—Deja de ser tan orgullosa 

—Mira quien lo dice —Rodé los ojos y suspire —Está bien, pero no te quedarás

—Está bien, pero me llamarás cuando vayas a regresar 

—Ni lo sueñes

—Ese es el trato corazón 

—No me digas así, eso resérvalo para alguna de tus novias —Camine a su lado lo más lejos que podía, pero me estaba mojando, así que tuve que pegarme

—Para que gastarlo con gente tan insignificante 

Lo miré enojada, cuando un ciclista paso por nuestro lado a gran velocidad, tuve que agarrarme de su brazo para no caerme.

—A Rachel no debe gustarle que esté aquí y conmigo 

—¿Y qué importa lo que ella quiera? —No le hice caso —Por otro lado, tú, y tu amigo, no debe estar por aquí

—No, Zayden esta Sussex

—¿Por qué le haces caso? 

—Porque por una vez en mi vida quiero ser perfecta para alguien —Sentí su mirada sobre mí, pero no lo mire 

—Siempre ha sido perfecta para mi 

—Eso no es cierto —No dijo nada —Porque si hubiera sido así, no hubieras llegado al altar —Nos detuvimos, y me solté de su brazo —Es aquí, dame mi paraguas y vete 

—Rouses —Me volteé encontrándome con mi madre y Mía 

—Mamá —La abrasé —Hola Mía —Le di un beso en la mejilla, miraron de tars de mi 

—Él es el señor Caruso mamás, ya se va —Le extendí la mano y él me dio el paraguas 

—¿Lo estás echando Rouses? —Mi madre sonaba entre alarmada, y también como si me estuviera regañando

—No, él se quiere ir ¿Verdad? —Lo miré




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