Passione

30

Entramos y nos quitamos los zapatos, deje el paraguas a un lado y entre en la estancia estaba como lo recordaba.

—¡Abby! —Patrick fue el primero en abrazarme, seguido de Jane, Steven, que estaba más grande, solo me miro —SI viniste, no sabes cuanto te hemos extrañado 

—Se supone que solo eran vacaciones, ¿Sabes lo difícil que es ser la única chica con estos? —Me reí, ella se quedó mirando a mi lado

—¿Quién eres tú? —Mire a Patrick

—¡Patrick!

—¿Viene contigo Abby?

—Se invitó solito —Él lo miro raro 

—Un gusto Jane Williams —Jane fue educada y le extendió la mano

—Alessio Caruso —Me miro

—¿Es tu novio?

—No

—¿Y por qué no? Sí, está para morirse

—¡Jane! 

—Pero si es mi pequeña —Camine hasta papá y lo abrace, mientras que Patrick y Jane hablaban con Alessio —Richard lo golpeo 

—Si 

—Ya iba a hacerlo yo —Lo miré —¿Qué? Nadie te hace daño —Lo abracé 

—Te extrañé tanto 

—Yo también 

—¿Por qué le pegaste Richard? —Le pregunto Jane a nuestro hermano que miraba muy enojado a Alessio 

—Se lo merecía por hacerle daño a Rouses —Me miraron, aún era difícil para ellos, yo me volteé y miré a Steven

—Si me recuerdas, ¿verdad?

—No se metan en las cosas de su hermana, tú discúlpate, eso debe resolverlo Rouses, y si está aquí es por algo ¿Verdad?

—Se invitó solo —Dijo Patrick, Tome a Steven en brazo y me miro 

—Abby —Dijo 

—Si me recuerdas —Me abrazo 

—Qué grande estas 

—Chocolate 

—Te traje galletas de dinosaurios

—Golosinas —Gritaron los otros dos

—Ni se te ocurra Alejandra —Mire a mi madre 

—Mamá 

—Me gusta mucho más Alejandra —Se rieron y yo rodé los ojos

—¿Podemos jugar cartas? —Me pregunto Jane —Y escuchar a Taylor, nadie quiere escucharla ni menos cantar las canciones, podemos hacer una pijamada como en los viejos tiempos

—Eso si no te duermes primero ¿Verdad Steven?

—Si 

—Hay, pero si él solo era un crío 

—Jane

—Disculpe señor Caruso debe pensar que somos unos locos

—Para nada

—Señor Caruso —Mi padre se acercó a saludarlo 

—¿Cómo está, señor Williams?

—Bien, deberíamos hablar en privado —Lo miré, lo guio a su despacho, y Richard fue detrás, Jason sonreía a un lado e iba a seguirlos

—Oye, ni a mí me cae, pero no lo maten —Me miro y sonrió 

—Tranquila hermanita, tu romeo estará a salvo 

Mire a mi madre y ella me miro un poco consternada.

—No le harán nada —dijo Mía

—¿Vemos una película? Para calmar los nervios o ¿Podemos hacer unos pasteles para el postre? 

—Si —Secundo Patrick

—Pasteles serán 

Al entrar a la cocina saludé a Pipa, la mujer me abrazo, Steven se quedó en la sala con sus juguetes, mientras que yo con mis otros hermanos hacíamos un pastel.

Jane salía con su oscurecías, mientras que Patrick era todo lo contrario, cuando terminamos nos sentamos a jugar cartas.

—Esa era mía

—No, es mía 

Mía estaba con mi madre hablando de una fiesta que organizaban con fines benéficos, a la cual no podría ir. Cuando vi a Jasón entrar a la cocina, pero ni a Alessio ni a mi padre.

—Eso no es justo

—Tú pusiste las reglas, ahora te toca —Jane había dichos que el que perdiera recibiría un pellizco de todos

—No, no quiero, sé lo dire a… —Patrick la pellizco y ella gritó, yo me reí —Te voy a acusar —Patrick me miro y fue con mamás, mientras me reí, recogí las cartas, para ver que ninguno se metiera en problemas, y ahí estaba se le está poniendo morada la nariz 

—¿Estás vivo?

—No es mi alma que te atormentará —Me reí, me acerque a él 

—Se te está poniendo morado, ven, debes ponerte hielo, para que baje la hinchazón

Lo guie hasta la cocina y saque una funda pequeña de hielo, Pipa no dijo nada, solo lo saludo, se sentó y le puse el hielo en la nariz. Su mano se colocó sobre mi cadera. Me había quitado la chompa al entrar al igual, que él, solo llevaba la blusa, que hacía juego con mi falda, había una pequeña separación que permitía dejar ver mi piel, sus dedos estaban calientes, sobre mi piel, lo mire, él vio mi reacción, pero no se detuvo.

Con su otra mano coloco mi cabello sobre mi oreja.

—Te ves bien —Dijo en Italiano 

—Espero que mi padre no te haya molestado, le explicaré todo

—Ya lo hice yo, no te preocupes —Lo miré 

—¿Sí? Bien, así no se llevará ideas equivocadas, y no se sorprenderá cuando le diga que me casaré en unos meses 

—¿Y si no permito que eso pase?

—Yo te dejé ir, ¿por qué tú no?

—Porque, ya me canse de no pelear por nosotros 

—Alessio —Intente apartarme, pero no me dejo, seguía sosteniendo la bolsa de hielo

—Tenemos mucho que resolver, lo sé, pero Rouses, mira, podemos comenzar desde el principio, pero no mentí cuando dije frente a todo el mundo que te elegí como mi compañera de vida

—Yo no mentí cuando dije que no sabía lo que sentía por ti 

Aparto el hilo de entre nosotros, y me tomo de ambos lados de la cara y me beso, al principio no lo seguí, pero luego fue inevitable, nos separamos por la falta de aire y lo mire, estaba llorando, otra vez, frente a él.

—Debes irte —Dije —Pon una excusa y vete por favor, no te quiero aquí, Alessio regresa con Rachel, y olvídate de mi 

—A la que quiero es a ti 

—Ya pasamos por esa pregunta y ninguno de los dos hizo la respuesta correcta

Solo me miro, me separé de él, y me senté limpiándome el rostro.

—Rouses tu teléfono —Jane me lo entrego, la foto de Zayden estaba ahí 

—Gracias

—¿Te gusta mi hermana? —Mire a Jane y ella sonrió y se fue corriendo, conteste

—¿Estás en Londres?

—Llegué ayer, no te llame porque llegue rendida al apartamento —Me limpie la nariz 




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