Passione

37

—La historia no la sabemos, pero lo que si es que su contrato no se ha hablado para renovación

—Yo sinceramente no me lo trago, ella tenia diecisiete, y el veintiuno, lo más seguro es que la estaba pervirtiendo. Porque no es normal que un hombre de veintiún años se fije en una jovencita de diecisiete

—El amor…

—El amor, mis pelotas, una fuente me confirmo que su contrato no puede ser renovado ¿Por qué? Porque no lo quieren cerca de ella, además ambos están juntos 

—Aún no se confirma nada y…

Pague el televisor y me tome mi medicina, cerré los ojos cuando Maritza fue abrir la puerta.

—La prensa está aquí, hay mucha en el lobby

—¿En serio no me digas? 

—Este lugar es más grande que nuestras habitaciones —Hablo Dalia

—¿Por qué ella tiene el cuarto más grande?

—Tener dos esposas como que no te sienta

—Solo tengo una —Dijo

—Bien, al grano Caruso, que debo salir de aquí a Tokio, para el partido de mi selección, así que apresurarte

—Tenemos los puestos marcados

Se acercó al comedor, los demás lo siguieron, y me puse de pie, estaba en pijama

—Cada punto es uno de nosotros —Mire el mapa —Aquí estaremos nosotros y tú estarás aquí —Señalo un punto un poco alejado

—No hay en 3D

—No, yo no cargo una máquina de esas en mi bolsillo —Saque mi teléfono, señale el mapa y después lo proyecto 

—¿Pero qué carajos hiciste?

—Última tecnología, saldrá al mercado en diciembre, es el prototipo que pruebo, hará todo más didáctico —Mire el mapa que proyecte —Así que me quedaré de nuevo en la azotea, está bien —Había un punto algo lejano —¿Y este punto?

—Ese soy yo —Hablo Dalia —Como verás estoy indispuesta

—Si

—Iremos con las tríadas después, hay un poco de revuelo y de paso verás a tu otro hermano Wang

—¿Wang?

—Ella a un no lo recuerda

—¿Quién es?

—Shaoran Wang, es uno de los tres demonios principales ene el mundo oscuro, junto con el demonio de hielo Aleck y Achilles

—Aleck, él es nuestro hermano, ¿verdad?

—¿Aún no lo recuerdas?

—No, no lo hace

—Pues hablabas de él cómo si lo hicieras 

—Por lo que me contó Esteban

—Pues pasaremos por Rusia a saludarlo

—No eres su persona favorita Caruso —Dijo Esteban

—¿Un​​ critex?

—Sé cuanto te gustan los acertijos

—¿Qué hay dentro?

—Eso, debes descubrirlo

—Ellos no vendrán ¿Verdad?

—Lo siento Catalina, pero esta navidad no será

—Creo que ninguna

—Quiero limar asperezas

—Bien ¿Algo más?

—No por el momento, lo único es que quiero saber si estás bien para hacer esto, sé que te duele la cabeza

—Eso no afectará mi forma de trabajar, la cabeza me a dolido mucho antes de perder la memoria Nicolás despreocúpate

—Saldremos en veinte

—Saldré antes, debo despistar a la prensa

—Bien

—Princesa, unas palabras, princesa, ¿Qué es lo que piensa sobre los comentarios recientes? ¿Es verdad que el señor Caruso la ha pervertido? Princesa por favor 

—Tal vez fue al revés no lo creen —Se quedaron callados —Adiós

Subimos al auto y Estaban se rio.

—¿Tal vez fue al revés?

—Nadie lo sabe

—Ni lo sabrá

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—Sabes despistar a la prensa —Mire a Rachel —Se te da bien, ¿No?

—Comencemos —Hablo Nicolás —No hagas una tontería 

—Mira quien lo dice 

—A sus posiciones 

Me quedé de nuevo ahí, el cielo estaba estrellado, fue un proceso respectivo, pero esta vez tenia compañía.

—Mira qué hermosa, será mejor que te vayas, tus amigos no regresarán —Solo observa, son más que ellos

Camine unos pasos, más hasta llegar al techo de cristal que me permitía ver lo que estaba pasando. 

—Entonces hermosa…

—Me abrirás un agujero en ese techo —Me volteé —Tú y tus amigos

—Queríamos ser amables, pero veo que no se podrá, a ella muchachos

Dos de ellos se me acercaron, los esquivé y se cayeron, fue muy simple, los otros dos sacaron sus armas, yo un pequeño cuchillo y corte la punta con maestría; se miraron y sonreí, los alce sobre los cielos y los lance sobre el techo de vidrio.

Hicieron un hueco grande, lance u gancho y salte bajando, todo el mundo se quedaron quietos.

—Estar ahí arriba es muy aburrido, necesito un poco de diversión

—Entréguenle lo que desea la dama

Se acercaron en grupo, saque otra daga y envase cortando cuellos, y por el suelo desestabilizando, me levante y fue mucho más fácil descargar sus aortas.

—Bueno, quien sigue —Sonreí, el hombre detrás del escritorio, me miro y a punto hacia un escritorio, lo abrí y saque una bolsa

—Está todo lo juro, a ahora lárgate de aquí

—Pero qué modales, podemos irnos, señores —Me voltee, pero escuché el sonido de un arma, me voltee y el disparo salió, detuve la bala frente a mí y la voltee, la dirige a su frente




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