Passione

62

 Nos dejaron justo en la esquina, al llegar a la puerta el guardia nos dejó pasar, el pasillo daba a unas escaleras que bajaban a un piso repleto de gente, bailando, bebiendo y pasándose un poco.

—Yo estaré por ahí y tú no vayas a meterte en problemas —Asentí y Gia se fue

—Tenemos visión —Hablo Esteban —Solo llama su atención, cuando estés con él, dile que Nicolás te manda

—Listo

Pasé por la barra, hasta llegar al centro del lugar, comencé a moverme en medio de la pista, lo había visto en un video, así que moví mis caderas lentamente, había más chicas disfrazadas, muchas de ellas adolescentes, con hombres súper mayores, algunos debían ser sus abuelos. De repente me pararon dos hombres, me tomaron de los brazos.

—Disculpé 

—Cállate niña —Grito uno —Es una joyita

—Debe ser operada —Me subieron por unas gradas hasta la parte de arriba

—Perdí visibilidad

—Pues creo lo que hay aquí, no beberías verlo —Susurre

Cuando me soltaron, había varios hombres, con jovencitas, algunas de ellas estaban siendo folladas, otras masturbadas, otras manoseadas y otras estaban sin ropa siendo tocas entre sí o por otros, desvié la mirada y la concentré en el suelo.

—¿Dónde estás Rouses?

—Estoy...

—Linda niña —Me levantaron el mentón —No deberías entrar aquí, si tu pureza está intacta 

Era Arturo, debía tener la edad de Alessandro, era un sádico, masoquista, su pasatiempo favorito, desvirgar a jovencitas y después venderlas o matarlas, era detestable

—No 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por una de las chicas, quien ahora era cogida por dos tipos y luchaba por escapar

—No le prestes atención, pero qué linda niña

—Nicolás —él me miro

—¿Nicolás?

—Él me mando —Miró a sus hombres

—No lo puedo creer la linda Achilles, está frente a mí, no sabía que eras muy pura —Lo mire

—Él hubiera venido en persona, pero eres difícil de encontrar, así que aquí estoy

—La reina de la mafia, linda, linda, tu padre debe estar orgullo

—Algo así 

—Escuche la buena nueva, el desgraciado está vivo —Me miro y se alejó —Por él no te tocaré, pero te llevaré conmigo hasta que él y yo saldemos deudas —Lo mire

—Hay otra chica jefa

—Dele el dinero —Me miro —Si no quieres que la matemos, vendrás conmigo

—Sabes que puedo acabar contigo

—Y yo con tus amigos —Hablo me mostró una Tablet, la tenía a todos en la mira —Sabía que él vendría, pero no pensaba pagar, pero ahora tengo algo más valioso, vamos

—No te sirvo de nada

—Sé lo que significas para ellos, tenerte me da poder, es por lo que están contigo, porque saben que si te pasa algo ellos se mueren

Caminamos por otra puerta hasta salir por la parte de atrás, es aquí en donde me comienzo a recriminar mis actos, debía haber hecho algo, pero a veces es bueno dejar al río fluir hasta el momento adecuado, subimos a un auto, me senté lo más alejada de él, pero él se me acerco, intento tocarme, pero se lo impedí

—Qué carácter, será divertido entrenarte

—Me tocas, te mato —Lo amenacé

—Ya lo veremos linda, conduce

El segundo semáforo, el chofer, se giró.

—Señor nos siguen —El regreso a ver

—Oh, Nicolás, lástima que no lo verás otra vez 

El auto arrancó y empezó una persecución, hasta que los perdimos, debía salir de esto sola, me bajaron del auto a un edifico, al entrar subimos al ascensor a uno de los últimos pisos, me jalo hasta sentarme en uno de los sillones, lo miré debía encontrar algo con lo que defenderme.

—Sabes, romperé la promesa de no tocarte, los Caruso deben pelearse por tocarte, sería espectacular que les dieras un hijo, ese hijo estaría sobre enzima del ahora hijo de Nicolás, tu linaje será los únicos herederos —Se acercó a mí y yo retrocedí

—Si me tocas...

—Ellos me matarán, pero moriré feliz —Se precipitó a mí y me comenzó a besar el cuello y a tocar las tetas, su cuerpo tapo el mío impidiendo que me moviera, lo empujé que, pero su estatura me lo impidió —Lo disfrutaras. —Lo mordí lo que me permitió estirarme hasta alcanzar el adorno de metal y lo golpeé con todas mis fuerzas, eso lo hizo a legarse —Puta —Lo volví a golpear hasta que quedo en el suelo, con su cabeza hecha añicos

Escuché pasos y me escondí.

—Señor, señor —Llegaron —Mierda, señor 

Salí detrás del sillón y derribe al sujeto intentando quitarle el arma, forcejeamos hasta que lo golpeé con el arma y quedo inconsciente, le quite las municiones y la otra pistola, camine hasta la puerta, pero un pelotón enorme venía, debía buscar otra salida, por elevador venían otros, camine hasta el pasillo.

—Tenemos dos cuerpos, busquen a la chica y mátenla

—Hay un grupo queriendo entrar —Hablo otro

—Llamen a la policía 

Debía salir antes de que esto se convirtiera en una carnicería, salí de mi escondite y comencé a disparar, golpe algunos y los esquive, cuando las balas se me acabaron, me escondí tras el sillón, tome a uno de los hombres que ya hacía en el suelo y lo use como escudo hasta llegar las escaleras. 

Fui bajando dejando un reguero de cadáveres, debía salir de ahí, cuatro hombres me acorralaron, uno se acercó, utilice mi peso para botarlo, el otro se aproximó y lo empuje por las escaleras, el otro se lanzó a mí y rodamos escaleras abajo, vaya f...

Fui bajando dejando un reguero de cadáveres, debía salir de ahí, cuatro hombres me acorralaron, uno se acercó, utilice mi peso para botarlo, el otro se aproximó y lo empuje por las escaleras, el otro se lanzó a mí y rodamos escaleras abajo, vaya forma de salir, me puse de pie y lo golpeé antes de que se despertara. Comencé a bajar las escaleras, hasta el piso de servicio, al llegar ahí, busque el ascensor de servicio y baje, al llegar a la entrada había muchos policías, algunas personas salían y me uní a ellos; debía actuar asustada, a la salida tome un abrigo grande y salí de ahí, camine hasta llegar a una patrulla, a lo lejos vi a los otros, que parecían discutir con uno de los policías, me acerque y lo golpeé por detrás y deje su cuerpo en el piso, ellos me miraron.




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