Passione

70

Una locura, había vestidos a montón y muchas cosas, además de una peluca.

—Deberías ponerte el azul, no el negro

—No, el azul, ella lleva puesto uno azul —Indico Dalia entrando —Mejor, el rojo te queda bien

—¿Y si voy desnuda? —Pregunte sarcástica

—No, eso no es buena idea —Hablo Alessandro —Ponte, el rojo y apúrate

El vestido me quedo como un guante demasiado, la peluca, y sin maquillaje, debería sacarme, la peluca no quedaba, la bote a un lado de la habitación, me puse la tiara que llevaba conmigo en mi cartera, era pequeña e insignificante y me encamine al pasillo, los demás ya estaban ahí.

—Guárdense los comentarios —Hable antes de que dijeran algo —Ahora que

—Entraras a esa sala, Alessio te indicara donde sentarte —Indicó Nicolás —Si ella gana matará a los niños, no solo a los míos —Mire a Alessio

—Yo lo haré primero —Susurre —Nadie toca a mi familia y menos una puta

Comenzaron a entrar uno por uno con sus parejas, al final nos quedamos Alessio y yo, lo miré.

—¿Qué tan malo puede ser? —Tome su brazo —No vayas a dejar que me caiga

—Nunca dejaría que te hicieran nada —Beso mi frente, lo mire

—No dejaré que se salgan con la suya

—Todo es culpa de Nicolás, él mató a uno de los hijos de mi tío, esto solo es venganza

Entramos a la sala donde había un gran comedor, de un lado estaban los hijos de la abuela de Nicolás y del otro estaban sus nietos; en el extremo estaba la mujer, me senté al frente de ella. Solo me miro sonriente, era oportunista, se estaba aprovechando, quería sacar a la madre de Nicolás y lo estaba logrando, era la favorita del señor Adriel, además que se acostaba con su tercer hermano, y haría cualquier cosa para que su hijo no nato estuviera a salvo.

—Bien, ahora que estamos todos juntos, es hora de saber quien ocupara el lugar

—O solo debemos echarla y matar a los bastardos

—Si les pones una mano encima te mato y solo con microscopio podrán encontrar tus restos —Ella me miro

—Ellos te matarán

—Y yo los mataré, no sé si sabes quien soy, pero no soy una princesita que necesite que la cuiden, puedo cuidarme sola, además que si me tocan todo se les irá al carajo —Ella se relamió los labios

—A mí no me agrada ella, mis hermanos han demostrado los promiscuos que pueden llegar a ser, sobre todo el que se supone que es puto Capo di Capi, y si se enteran nos mata, además que la puta se acuesta con los cuatro. —Me miro —Mientras que ella es como un corderito disfrazado, además que uno de nuestros sobrinos está en coma solo porque quiso matarla y terminaron matándolo por idiota

—Creo que es el momento, señora Caruso —Todos me miraron —Si no lo hace usted lo hago yo

—Estoy embarazada, ¿Y tú?

—No tengo que acostarme con los tres para controlarlos como yo quiera

—Pero darle un hijo a la mafia de los cuatro…

—No cuando solo es de uno —La madre de Nicolás, reprodujo el video, donde uno de los hermanos ya sabia —No dejaré que toques a mis nietos, nunca

—Eso que, si les doy un hijo…

—Que debe ser reconocido por todos, y por todos hablo de los cinco —Hablo la tía de Alessio —Yo no lo hago

—Yo tampoco —Mencionó el padre de Alessio —Amo a mi nieto y no pienso colaborar con esto

—Yo tampoco —Hablo el que se supone que era el señor que estaba casada con mi prima —Esta familia ya está rota, más muertes solo formaran una guerra aquí

—Son tres contra dos —Aclaro la abuela, saco un arma y disparo sin mirar la sangre, salto a mi rostro y al de los que estaban cerca de aquella mujer —Mi familia se rompió demasiado hace mucho, tengo un nieto en coma, uniste a mis nietos, espero que seas así de buena, estas aprueba

—Era mi hijo —Menciono uno parándose

—Y tienes otro en coma —Le dijo su hermana —Que lucha por ver el día, tú solo te acuestas con ella, un hijo no regresara a otro

—Él no debería ser el rey y él no debería ser el futuro monarca y ella solo dificultará las cosas

—Matar a los hijos a la descendencia de su hermano, no le devolverá al suyo y creo que Stefano no quería eso; él era diferente, no quería matar, él solo quería probar que era digno de su apellido. Cuantas cosas le puede pedir un padre a un hijo, desde que mate hasta que mienta, que olvide cosas que no puede olvidar y acepte cosas que le es difícil aceptar, que encaje, donde no encaja, que sea alguien que no es y sobre todo que perdone a quien no puede perdonar o que olvide a su madre

—Tú no sabes lo que siente, lo que es perder a alguien tan importante en tu vida

—Lo sé, la mitad de mi familia murió, solo tengo una abuela que puede tener un paro cardiaco, un primo de cinco años; perdí a mis padres en solo tres años, y a mí demás familia en solo dos segundos. Sé lo que se siente estar solo y desamparado, pensar que no tienes nada y querer morir por eso; porque eres el causante de la muerte de tu familia, mate a la mía, por quedarme con ellos y ahora que los quiero dejar, tengo miedo de matarlos por irme. —Tome una bocanada de aire —Ustedes nunca han sentido lo que es amor, pero por alguna razón sus hijos si y eso lo hace mejor persona en muchos sentidos

—Nos enseñaron a no amar y lo aprendimos

—No, lo que aprendieron era a ocultar y con eso, lastimaron a sus familias, si quieren saber lo que no es sentir se los puedo enseñar, pero a ustedes su mirada los delata. —Me puse de pie —Señor Caruso, si usted quiere lastimar aquellos dulces niños, solo porque no puede mantener su cosa en su pantalón o porque no puede admitir lo que es obvio aquí, vendré y la conversación que tendremos no será amistosa. —Me acerqué a la puerta —Y no es una amenaza, solo una simple advertencia, ahora si me disculpan quiero irme a quitar este incómodo vestido

—Yo digo que te queda bien niña —Mire a la tía de los Caruso —El rojo es tu color, es cierto lo que dicen de los ojos, quiero una muestra




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