Passione

71

Rouses

—No pareces feliz niña —Miré a la mujer que estaba parada en la puerta —No sabía que salías con mi nieto

—No salgo con él —Aclare dejando de verla y concentrándome el paisaje, podía ver el mar chocando contra las rocas, me había cambiado de ropa y ahora tenía puesto unos cómodos pantalones

—No conviví mucho con Alessio y no te conozco, pero nunca lo había visto así de feliz, necesito que hagas algo ven 

Mire por un segundo más antes de pararme e irme, caminamos por los pasillos hasta llegar frente a una puerta cuando la abrió había un monitor de signos vitales y en la cama estaba Stefano. Un hombre se acercó y le dijo algo, ella me miro y después salió, mire por un rato más a Stefano y la seguí, a lo lejos escuche gritos y llantos.

—No es mi hijo, no está bien, no me lo quiten, abuela me lo quieren quitar —Al entrar, Issabella estaba abrazando algo, tenía varias heridas en su brazo, una aguja le colgaba del brazo, parecía loca —Tú que haces aquí, tú tienes la culpa de todo. 

Todos me miraron, cuando se movió, un olor putrefacto inundo mi nariz y la de los demás, la manta que cubría lo que tenía Issabella, cayó mostrando el cuerpo de un bebe en descomposición. 

—Él está bien, mira Miranda, está dormido, muy pronto se despertara y pedirá de comer —Comenzó a moverse por la habitación meciendo al bebe, lo que hacía que desprendiera más olor, ¿quieres conocerlo? —Me miro, mire a la señora y me acerque lentamente, ella me lo mostró —Es muy bello, se parece a su padre. —Me tomo del brazo —Él no me escucha, tiene a Emilio encerrado, debes hacer que lo liberen, él me ama, nos iremos los dos lejos, él dejara a Cerdeña, Naythan no lo sabe, él se fue hace mucho, pero no lo amo, Emilio debe conocer a su hijo

—Issabella…

—No —Se quedó viendo un lugar —Él lo quiere matar, nos quiere matar

—Sufre mucho su majestad, se desangrará si no la atendemos ahora, además debemos sepultar al bebe, ya intentamos quitarlo —Mire a Issabella, acariciaba a su bebe

—No dejes que me lo quiten, no dejes que lo maten, ellas quieren dormirme y matarlo, ya lo intentaron y no las deje, Stefano me ayudaría, se lo debes —Trago seco —Se lo debes —Hablo más fuerte, tenía el cabello sucio y la ropa manchada de excremento, de su excrementó.

—Puedo tomarla —Ella miró a su bebe, y me lo entrego, comencé a mecerlo como ella lo hacía

—Está vivo, ¿verdad? —La mire —¿Verdad? —Estire mi mano lentamente hasta llegar a su frente al tocarlo, hice que su subconsciente reaccionara y comenzó a llorar —No, mi bebe, no —Antes de que pudiera quitármelo —Hice que se tranquilizara y esta quedo sentada

—Debe descansar —Me miro —¿Lo entiendes? —Pregunte sin dejar de tocar su frente, podía sentir lo que ella sentía, Dios, qué dolor, qué desesperación, perder a un hijo. —Debemos darle paz —Negó —Él estará bien —Duérmete 

Poco apocó fue cerrando los ojos, los enfermeros se acercaron y le entregue el cuerpo a alguien, cuando intente caminar caí sentada y me quede mirando a Issabella, su hijo era lo que le mantenía viva mientras su gemelo estaba en esa cama, no tenía a nadie más, su abuela trataba de hacer todo lo posible, pero no era suficiente, dolor, tristeza, desesperación, un vacío que no desaparecía, el querer gritar y que él regrese a la vida, se había vuelto loca por su hijo y no era menos.

—Rouses, Rouses —El alma le dolía, el alma estaba destrozada, su corazón sangraba y es que no hay una manera de expresar lo que es perder a un hijo —Rouses —Sacudí la cabeza saliendo del trance, Alessio estaba frente a mí —Me lance abrazarlo, mientras las lágrimas recorrían mi rostro —¿Estás bien? ¡Rouses! —Me abracé más a él

—Está despertando

—Debemos salir de aquí —Negué y me acerqué a ella, abrió los ojos y me miro

—Lo siento mucho —Susurre —Yo lo siento mucho

—Él no volverá —Negué —Él no llorará, ni comerá

—Debes tomar un baño y dormir te centra bien —Negó

—Necesito un poco de… —Su mano temblaba —Necesito que… —Toque su frente

—Rouses no lo hagas —Me alejo de ella

—Ella está sufriendo —Lo miré, él miró a su prima

—Si tomas el baño veré que te den algo para el dolor —Ella asintió

—Cambien las sabanas y limpien el lugar —Alessio me abrazo mientras ella entraba a su cuarto

—Le darás algo —Negó —¿Por qué le mentiste?

—El bebe murió porque nació con una mal deformación acusa de las drogas, además de tener síndrome de abstinencia

—Era su madre

—¿Por eso lloras? —Miro a su abuela —¿Qué hizo?

—Solo le toco la frente —Le informo la mujer

—Rouses —Tomo mi rostro —Mírame, el bebe estaba enfermo si, lo superara

—Lo dices como si no fuera difícil, era su hijo, su bebe, su mundo —Me abrazo

—Ahora está bien, ya no sufre, no es tu culpa, no es tu culpa —Lo miré —¿Para qué la trajiste aquí? —La señora me dio una carpeta, estaba el expediente de Stefano, la bala que tenía en la cabeza aún seguía ahí

—Quiero que salves a mi nieto —La mire —No sé que más hacer

—¿Qué dicen los doctores?

—No quieren morir si él muere —Informo, cerré la carpeta

—Puedo hacer algo, no solo por él —Mencione —Sino por ella

—¿Lo harías?

—Si—Respondí —Nadie se merece vivir así —Aclare —Ni ellos, tendré que llamar a alguien e ir por alguien, tal vez puede enviar alguien conmigo para que lo traiga de vuelta

—Bien —Asintió —Designaré a alguien

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