Passione

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Paulina

—Pero qué mierda, ni loco, he estado contigo —No le hizo caso 

—Su hija es la puta, ella no respeto mi noviazgo con él —Miré a Alessandro estaba furioso, Ángelo se dio cuenta de la presencia de Rouses, pero no hizo nada —Si él se casa con ella es por pena, porque ni siquiera pasa con ella si no conmigo en su departamento, tal vez no la crio bien —La mujer sonrió

—Estás loca, carajo —Alessio estaba furioso

—Mi hija no tiene que arrastrarse por un hombre —Miro a Alessandro —Ella se divorciara y se casara con alguien mucho mejor, alguien que le traiga el cielo al infierno y sea capaz de callar a la puta en presencia de su esposa

—Deja que ella decida —Hablo Ángelo

—¿Decidir? Ella sabe lo que es mejor, ella no se puede casar, mujeres como ella no se casan con hombres que lo único que hacen es intentar controlarlas y encerrarlas, este matrimonio no durara, sé que es lo mejor para ella

—¿En serio lo sabes? —Rouses salió de su escondite, dejando a más de uno con la boca abierta —Sabías que estaba escuchando —Indico —Y sabías que no iba a hacer nada

—Niña —Rouses sonrió y miro a Alessio y Rachel

—¿Escuchaste todo? —Rachel parecía asustada

—Cada palabra —Sonrió como si nada —Bianca no estás muy lejos de casa

—Cuando escuché que te casaste supe que debía venir corriendo, eso no es lo que tú quieres

—¿Y qué quiero? —Le pregunto

—Libertad, alguien que te dé toda esa pasión y amor, pero que no te encierre y te deje ser, ¿me equivoco? — Rouses sonrió y metió las manos en su abrigo

—No tenemos todo lo que queremos, ¿verdad? —Ella la miro

—Tranquila para eso está el divorcio, lo demás son detalles insignificantes, todos tenemos momentos de debilidad —Camino hasta ella —Todo el mundo sabe que el matrimonio no va a ningún lado cuando tu esposo se va 

—No es cierto, no le crear Rouses, está loca 

—Digo la verdad

—Nunca me acostaría contigo, porque estoy casado

—El punto aquí es que ellos son gente ordinaria, ella viene de una larga familia de prostitutas

—¿Qué le pasa? —Rachel camino hasta ellas

—La tuya siempre ha sido de la realeza, mi familia siempre ha servido a la tuya —Rouses la miraba sin una pisca de ánimo —Eres una princesa, descendiente de Alejandro Magno, Julio Cesar, Cleopatra —Se giró sosteniendo la mano de Rachel antes de que esta le impactara en el rostro

—Maldita vieja que se cree, como puede insultarme —Le grito a la mujer, Rouses solo miro al suelo —Ahora entiendo por qué eres así, una maldita bruja, espero que te duela, que te arda y entiendas que él no te ama, porque en vez de cuidarte, estaba follando conmigo.

—Alessio cállala —Le grité, Nicolás, quien estaba detrás, solo miro a Alessio

—cállate o te cortaré la lengua —Le grito Alessio

—No, ella debe saber, debe saber que no es tan fascinante como dicen, ella también puede perder —Rouses la miro

—¿Debería sentir algo? —Rachel miro desconcertada a Rouses —Porque aquí la única que siente eres tú, odio, ira, celos —Sonrió —Envidia, amor, deseo, y poder. —Avanzo un poco —Quieres que sienta lo mismo que tú sientes, sería perder el tiempo. —Avanzo más —Llorar como tú lo has hecho y humillarme, no lo creo. —Siguió avanzando —Saber que me ganaste —Hizo énfasis en la última palabra —Porque lo piensas y sentirme mal, ¡no! —Avanzo 

>>Saber que te gusta ser el plato de segunda mesa y vives feliz por eso, pues felicidades —Estaba frente a ella, la tomo del brazo y Bianca retrocedió —Rebajarme a tu nivel y entrando a una absurda pelea, ¡no! —Rachel levanto el otro brazo, pero Rouses la neutralizo, llevándola hasta la mesa golpeando su cabeza en ella —Quieres alardear, hazlo, grita a los cuatro vientos que te acostaste con él, las veces que sea —Alessio se acercó para detenerla, pero Nicolás lo detuvo, ella incorporó a Rachel y la puso frente a Alessio —Él te ama —Hablo en tono de burla —Buen chiste cariño, pero él no ama a nadie que no sea el mismo, con horrorosas excepciones, quieres creer en el cuento de hadas en tu mente —Rachel se quejó —Él me dejara y sé ira contigo y serán felices —Sonrió —Pues quédate con él, porque ese juguete que quieres ya está roto y ya me e lastimado mucho jugando con él —Alessio se zafó de los brazos de Nicolás —No vuelvas a involucrarme en tus asuntos y menos nombrarme, y ten presente esto, como te estoy dando también así puedo quitártelo y no te darás cuenta, y recuerda que así como tuviste la valentía de decirlo frente a todos como una gran hazaña, así yo también puedo poner a medio mundo en tu contra incluyendo a tu familia y hermanos, solo vasta un susurro y los puedo tener comiendo de mi mano.

—Eres una vil perra —Rouses la sujeto más fuerte —Apuesto que estás deseando que tu lindo príncipe estuviera vivo 

Los ojos de Rouses se oscurecieron; en un movimiento que rápido para explicar, la dejo inconsciente en el suelo, Alessio estaba frente a ella, ella le sonrió y después le pego una cachetada, sin dejar de sonreírle.

—Deberías evaluar tus gustos Caruso —Él no dijo nada —Estás envejeciendo o es que no encontraste a nadie mejor

—Está mintiendo, estaba ebrio y no recuerdo lo que paso

—Vaya elección de palabras, pero no me importa, no quiero saberlo, creo que sabes lo que pasara —Miro a Bianca —Que esto no se te vuelva costumbre — miro a sus padres 

—No te quiero cerca de ella Alessio —Menciono Alessandro —No después de lo que escuchado, tal vez debiste mencionarlo antes de que nos convencieras de que hablemos con ella —Rouses miro a Alessio

—Quiero el divorcio. —A Alessio se le fue el alma del cuerpo —Haré que mi abogado hable contigo y lo anunciaremos a la prensa, será lo mejor para que así tú y la linda —Le piso la mano, haciendo que se despertara. —Tenga su historia de amor —Se burló —Que sean felices —Salió seguida del chico del hangar




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