Alessio
Al final Esteban no estuvo tan equivocado, la respuesta era como logro engañarme, era fácil, me ausente una semana, pero ¿Los demás días? Era lista. Mire a Cronos, había venido conmigo hasta el palacio, estaba sentado en uno de los sillones de la habitación, mirando la foto que Rouses había puesto en su lado de la boda secreta.
—Cuando éramos niños, hablabas de ella con tanta elocuencia que dabas asco, nunca creí que te casarías con ella
—¿Por qué?
—Por el desastre que eras ya para ese entonces —Sonrió —De alguna forma lograste que hacer que te amara
—Tuve suerte —La miré —Solo tuve suerte, de encontrar y de que me amara, tanto o más como yo lo hago —Lo mire —Puedes ser el mismo emperador, no te dejaré que te la lleves
—¿Aunque pueda darle más de lo que tú podrás?
—No podrás ¿Por qué no podrás amarla como yo lo hago?
—Lo que viene no sera fácil
—Por eso tú me ayudarás a cuidar a mi esposa, no al revés —Sonrió
—Yo no soy tu enemigo Alessio, lo eres tu mismo y sabes bien por qué te lo digo
—Sandra no está
—No, pero usará eso para acabar con tu matrimonio
—No se lo permitiré
—Solo te dire una cosa, si le haces daño, a ella —Señaló a Rouses —Si solo aces derramar una sola lágrima, por eso te haré añicos Alessio. Sandra no vale ni una miga de lo que Rouses vale, grábatelo.
—Sé lo que vale mi mujer, y sé lo que vale tu hermana, por eso nunca accedí a casarme con ella
—Deberías decirle, sobre tu pequeño secreto
—No tengo ningún secreto
—Tengo dos sobrinos Alessio, de seis años, que no opinarían lo mismo
—Esos niños no son míos
—¿Tienes pruebas?
—Las tendría si tu hermana me dejara hacerles un simple prueba de ADN
—¿Como ahora con tu ex prometida? Estoy al tanto de todo lo que pasa a su alrededor, deberías decirle
—Y tu cerrar la boca
—¿Antes que alguien se te adelante?
—¿No se lo dirás?
—No, pero Sandra tiene tantas ganas de hacerlo
Rouses
—Lo siento —dije —Lo siento
—Debes ser fuerte —Escupió sangre —Debes acabar con ellos antes de que acaben con nuestra familia, prométeme Rouses, harás lo que tengas que hacer para matarlos a cada uno de ellos, lo harás sangrar, llorarán sangre —La respiración le fallaba —Desde ahora debes ser más fuerte que antes, no llores y pelea, no olvides quien eres y…
—Por favor no…
—Cuida a mi madre y hermano, lo siento —Comenzó a agonizar —Te amo hermana
—No, Eleonor, Eleonor —Abracé su cuerpo, lo apreté contra mi pecho —¡Noooo! No por favor, no me dejes, no por favor, no puedo, no puedo, despierta, regresa, No
Caí al suelo mirando las estrellas, el dolor se extendió por todo mi cuerpo, extendí mis manos y cerré los ojos.
—Cuando sientas miedo o estés sola solo miré el cielo, Rouses, hay más que solo este planeta, siempre estamos solos por más acompañados que estemos, por eso debes ser fuerte y poder defenderte tu sola, las estrellas no te dejaran porque tú eres una de ellas.
Me desperté sobresaltada en mi cama, mire a mi lado y Bianca estaba ahí.
—¿Qué haces aquí?
—¿Soñabas con Eleonor?
—¿Qué te importa? —Sonrió
—Sabía que lo harías —La mire —Sigues culpándote
—Yo la mate
—No lo hiciste, la liberaste, Eleonor, siempre se sintió en una jaula
—Ella merecía más
—Como todos nosotros, ella era débil, no era como tú
—A ella nunca le gusto que la compararas conmigo
—Debía aprender a ser fuerte —Se puso de pie —Este lugar no ha cambiado mucho, tú, por otro lado, te casaste
—Si
—Con un Caruso
—Tú eres una Caruso
—Y soy muy inferior a ti Rouses y él lo es mucho más
—Mi esposo no es inferior a mí, se te olvida que es un príncipe
—Los mafiosos vienen de granjeros, que se unieron contra la delincuencia, son y serán siempre granjeros
—Debería bastarte mi felicidad
—¿Y cuanto te durara?
—Lo que tenga que durar, lo amo —Me miro
—¿Él te ama?
—La amo —Mire detrás de ella a Alessio —Pero eso no le importa a usted
—Me importa porque es la única hija que tengo viva
—Pues debería importarle su felicidad
—Que no se te olvide que en la mafia ni están casados, ni has pedido su mano, y deberías apresurarte niño, porque se te puede ir el tren o venir uno mejor
—Sé que cree que su hija merece algo mejor
—No creo lo sé, sé cómo somos los Caruso, y siempre aspire más para ella
—Bianca por favor
—Mi hija no solo merece el mundo, sino el universo entero —Se volteó y me miro —Te traje tu yogurt favorito, hablaremos después, sobre esto, ¿Me escuchaste?
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Editado: 23.05.2023